Nueva York, 3 dic (EFE).- Documentos internos de Google revelan preocupaciones por parte de sus empleados sobre posibles violaciones a los derechos humanos en un contrato de computación en la nube valorado en 1.200 millones de dólares y rubricado con el Gobierno y el Ejército israelí, informó este martes The New York Times.
De acuerdo con el rotativo, las inquietudes empezaron cuatro meses antes de que se firmara el acuerdo, llamado Proyecto Nimbus, en 2021.
Los abogados de Google, a quienes se les pidió que evaluaran los riesgos del acuerdo suscrito por siete años, expresaron que, dado que en el contrato se incluían “clientes sensibles”, como el Ministerio de Defensa de Israel y la Agencia de Seguridad de Israel, “los servicios de Google Cloud podrían usarse o vincularse para facilitar violaciones de derechos humanos, incluida la actividad israelí en Cisjordania”.
De acuerdo con los documentos a los que tuvo acceso The Times, Google proporcionó a Israel la potencia de procesamiento necesaria para ejecutar aplicaciones y herramientas de inteligencia artificial (IA), como la tecnología que analiza imágenes y videos para detectar objetos. Así como servicios para almacenar y analizar grandes cantidades de datos, junto con software más mundano, como el sistema de videoconferencia de Google.
El acuerdo no significó mucho económicamente para Google, pero sí fue un contrato gubernamental importante para su negocio de computación en la nube, que luchaba por competir con rivales como Amazon -que también suministra servicios informáticos a Israel- y Microsoft.
Preocupación de los empleados
Cuando el titán tecnológico estaba considerando el acuerdo con Nimbus, Google contrató a su principal firma de consultoría de derechos humanos, Business for Social Responsibility (BSR).
Firma que recomendó a la empresa que no proporcionará IA al Ejército israelí, ya que temían que Google tuviera poco conocimiento de cómo los clientes de Nimbus en Israel estaban utilizando su tecnología.
BSR, además, aconsejó que Google incorporara sus principios éticos de IA en el contrato, lo que comprometería a Israel a no usar Nimbus para vigilancia, como arma o para dañar a las personas, según los documentos.
En el acuerdo final, el gobierno israelí no agregó estos principios de IA al contrato, pero sí dijo que Google tenía el derecho de suspender a los clientes si violaban los términos de servicio y la política de uso aceptable de la compañía, que prohíbe a los clientes usar la tecnología para socavar los derechos legales de los individuos, violar la ley o propagar virus informáticos, según The Times.
Desde el inicio de la guerra entre Israel y Gaza el año pasado, algunos empleados afirman que la tecnología de Google podría estar teniendo su influencia en el conflicto.
No obstante, la empresa lo ha negado, diciendo que Nimbus “no está dirigido a cargas de trabajo altamente sensibles, clasificadas o militares relacionadas con armas o servicios de inteligencia”, según el rotativo.
En abril, algunos empleados organizaron sentadas en dos oficinas de Google y en los mensajes de los manifestantes estaba la palabra Nimbus.
La policía arrestó a ocho de los manifestantes y Google terminó despidiendo a alrededor de 50 trabajadores por participar en las protestas.
En octubre, la empresa prohibió a los empleados escribir mensajes no autorizados en las pizarras y colocar carteles en la oficina, según un mensaje interno obtenido por The Times.