Pagar una penalización de 26 millones de euros en apenas dos meses puede parecer una barbaridad, pero no lo debe ser tanto cuando los bancos europeos han preferido abonar este peaje a prestar dinero a la economía real. El Banco Central Europeo cobra desde el 11 de junio una multa del 0,1% a las entidades de crédito que dejan su dinero en la entidad. La medida, de carácter extraordinario y que se adoptó en junio, tenía como fin el incentivar a la banca a mover su dinero y que este fluyera en la economía.
Desde que la iniciativa entró en vigor, apenas ha habido movimientos significativos en las dos principales partidas por las que se cobra esta penalización. Por un lado, lo que se denomina en la jerga monetaria “la facilidad del depósito”, que es donde los bancos depositan su dinero intradía si no hay una alternativa mejor en el mercado para guardar el dinero seguro. Aunque estos depósitos siempre han dado un interés peor que el mercado (a propósito) es la primera vez en la historia que cobran por guardar el dinero. La otra son las cuentas corrientes.
Cuentas corrientes bien surtidas
En los dos meses que lleva operativa la tasa, las entidades han tenido depositado en el BCE un saldo medio de 213.000 millones de euros en cuentas corrientes. La penalización no se aplica a todo este montante, ya que el Banco entiende que hay unas reservas mínimas que las entidades deben tener (por criterios de caja) y no las tiene en cuenta. Pero una vez descontadas estas reservas (de alrededor de 105.000 millones de euros aunque se recalculan diariamente), aún queda un buen pico que la banca podría movilizar y que ha preferido no hacerlo. Es el “exceso de reservas” por las que el BCE también penaliza. La factura solo con esta partida ha sido de alrededor de 21 millones de euros en dos meses, según los cálculos de eldiario.es (haciendo la media diaria por un promedio de 360 días).
De media (de forma muy aproximada al contar solo con datos de dos meses), los bancos están pagando alrededor de 300.000 euros diarios para que su dinero pase la noche en la entidad presidida por Mario Draghi. El hotel más lujoso sin duda de la zona del euro. Si la media se conservara el resto del año, se recaudarían más de 100 millones de euros. En realidad, una gota en el océano de beneficios de la banca europea.
Aunque en los primeros días que operó el sistema se pudo percibir un cierto bajón en el saldo abierto en estas cuentas, la media se sitúa prácticamente invariable desde principios de año dejando en evidencia el poco resultado de la medida. Es decir, los bancos siguen prefiriendo tener su dinero en la entidad, pagando, que buscar otro destino como el de dar crédito a la economía. La disculpa que se aduce habitualmente es que aún no hay “demanda solvente”, esto es, gente que pida dinero prestado de la que el banco se fíe.
Para el catedrático de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad de Valencia Joaquín Maudos, el hecho de que la banca tenga “el doble de reservas de las requeridas confirma que la medida extraordinaria del Banco Central Europeo de fijar un tipo negativo para el exceso de reservas ha tenido un efecto marginal y que su eficacia era más bien mostrar hasta donde estaba dispuesta a actuar la entidad con medidas no convencionales”.
En la otra gran cuenta donde descansa el dinero de la banca, la facilidad del depósito, sí se ha podido apreciar una cierta caída en los últimos meses. A principios de año la banca llegó a tener hasta 95.000 millones de euros en este refugio (el 7 de enero), y con el último dato disponible (20 de agosto), la cifra estaba en 18.300 millones. Con todo, desde que se anunció la medida en junio, la media ha estado en el entorno de los 24.000 millones de euros. Esto ha dejado, de forma aproximada, unos ingresos en las arcas del BCE de 4,6 millones de euros.
Cabe recordar que aunque la tarifa es diaria, el banco echa cuentas una vez que termina cada periodo medio de permanencia que contempla. Estos periodos no coinciden con los días naturales del mes. El último completo fue del 9 de julio al 12 de agosto. La primera factura que se pasó a las entidades tenía por tanto fecha de 9 de julio. Por supuesto estos cálculos son para el conjunto de los bancos del euro, pero cada uno afronta su finiquito de forma individual. Sería muy interesante conocer (no es público) cómo se reparte esta factura.
España puede recaudar 11 millones de euros este año
Se da el caso de que en cada país, el banco central también puede tener dinero depositado de entidades de crédito locales. Fuentes del Banco de España han confirmado que en julio la entidad que preside Luis María Linde pasó la factura por primera vez por este concepto. La cifra no es pública pero se puede obtener con un cálculo muy grueso ya que las estadísticas no están tan desagregadas como las del BCE. En julio, las entidades tenían depositado en el Banco de España 10.652 millones de euros. Si se aplica a bocajarro una tasa del 0,1% (dividida entre 12 meses al ser solo aplicable a ese periodo), saldría que la entidad cobró alrededor de 887.000 euros por prestar sus cámaras fuertes.
El Banco de España, como el resto de los bancos que componen el eurosistema, son los encargados de recaudar esta tasa y de quedarse con lo facturado, que en un año podría superar los 11 millones de euros (si el saldo de julio fuera la media del resto del año).
Además, los bancos locales (y también Fráncfort) tienen como clientes a las Administraciones Públicas que por diferentes conceptos, tienen cuentas abiertas en la entidad (como el Tesoro o por ejemplo la Seguridad Social). Como es obvio, aplicar esta tasa a estas cuentas sería un descalabro, así que el BCE introdujo unos umbrales mínimos para poder aplicar la penalización a los clientes públicos. El Banco de España no ha querido informar de cuales son estos umbrales por su “complejidad” (sic) pero son lo suficientemente altos como para no producir un quebranto en las arcas del Estado. En julio, el dinero depositado por las Administraciones (que también incluyen comunidades autónomas y ayuntamientos) apenas superaba los 1.700 millones de euros.