Más turistas atendidos por los mismos trabajadores: la precariedad sostiene el boom del turismo
El boom del turismo español tiene dos caras muy diferentes. Por un lado, la cara más brillante es la de las grandes cifras que muestran un crecimiento de las pernoctaciones, las llegadas de turistas y las plazas hoteleras. Por otro, las cifras de empleo que reflejan que esta bonanza no se ha traducido en más empleo. Al menos no directamente por los hoteles.
Mientras que los principales factores que impulsan el turismo crecen a toda pastilla –con un incremento de las llegadas desde 2008 de casi el 20% y un crecimiento de las plazas hoteleras de casi el 9%–, el número de trabajadores empleados en el sector hotelero fue casi idéntico al que se registraba en 2008, con apenas una mejora del 0,63%, según los datos de la Encuesta de Coyuntura Hotelera del INE.
“Se están racionalizando los puestos de trabajo”, señala Ricard Santomá, decano de la Facultad de Turismo de la Universidad Ramón Llull, que añade que durante la crisis el sector, a pesar de haber cosechado buenos datos de llegadas o pernoctaciones, se “ha contagiado de las preocupaciones” y se ha dedicado a “mantener el tirón”.
Los sindicatos hacen una lectura más dura de la situación y señalan que la recuperación del turismo se está dando a través de la creación de empleo de baja calidad. “Esto demuestra a las claras que el crecimiento y la rentabilidad de la planta hotelera española descansa sobre la plantilla y precariedad que padecen los trabajadores y trabajadores de este sector primordial en la economía española”, señala Comisiones Obreras en su último informe relativo al empleo turístico.
Al analizar la situación del empleo turístico, el profesor de la Universidad Nebrija, Manuel Figuerola, “aparentemente, puede hablarse de un cierto estancamiento, ya que, al fuerte crecimiento de la demanda e incluso del alza de la capacidad receptiva (hay 170.000 nuevas camas), no les ha acompañado un crecimiento significativo del empleo”, apunta. En definitiva, hay muchas más habitaciones que atender por el mismo personal de siempre.
Este desfase se explica por un lado por la externalización. Un caso paradigmático es el de las camareras de piso, las trabajadoras que limpian las habitaciones de los hoteles, es la última gran batalla laboral del sector. Agrupadas en una asociación denominada Las Kellys, han denunciado que cobran salarios más bajos que el convenio del sector por estar subcontratadas por otra empresa. Su lucha llegó al Congreso hace unos meses, que aprobó un cambio en la regulación de subcontratas para tratar de evitar esta situación.
Otro elemento que juega en contra de la creación de empleo en el sector es la mejora tecnológica. “De alguna manera nos encontramos en momentos, en donde gran parte del back office (el trabajo que no se realiza de cara al público) ha de verse disminuido en el número de empleados que lo gestionan. Mientras, deberá forzarse que el front office (los que están cara al público) amplíe las personas que han de prestar mayor número de atenciones y servicios a la clientela, cada vez más exigente con el trato personal”, señala el experto. Santomá también coincide en señalar a las nuevas tecnologías como parte de las razones para que haya puestos en los que se necesita menos personas
En la práctica, aunque cada vez llegan más turistas, los empleos que el propio sector hotelero asegura que se dedica a ellos no crecen. En 2008 casi siete trabajadores y medio atendían cada 10.000 pernoctaciones. En 2016 la cifra baja hasta seis trabajadores por cada 10.000 pernoctaciones.
Otro de los problemas que presenta el sector hotelero por el propio modelo turístico de sol y playa es la temporalidad. Los picos turísticos muestran que el empleo crece en las temporadas altas. En la gráfica inferior, puede apreciarse cómo las diferencias entre los meses veraniegos con más contratación y los que tienen menos se ha acrecentado.
CCOO señala que además de que la temporalidad sea uno de los males del sector, existe un problema en el tipo de contrato que se crea. El sindicato explica que en muchas de las ocasiones en las que se firman contratos temporales deberían firmarse contratos fijos-discontinuos.
En un comunicado reciente sobre el sector, UGT demandaba un cambio de modelo y que hay que “repercutir los beneficios empresariales en incrementos salariales de los trabajadores y trabajadoras del sector”.