El Gobierno lleva cierto retraso en la aprobación de la segunda parte de la reforma de las pensiones, pero el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, da por hecho que el proceso está llegando a su fin. Tampoco en la Comisión Europea, donde analizan los cambios legislativos vinculados a los fondos europeos, están metiendo prisa al Ejecutivo español, que es el más adelantado en la ejecución del plan de recuperación y señalan que los plazos son orientativos. Prefieren que las modificaciones se hagan con acuerdo. Y así se enmarca el segundo viaje de Escrivá a Bruselas en apenas dos semanas para abordar con las autoridades comunitarias la reforma. El ministro ha reiterado que los cambios contemplan el periodo de cálculo.
Ese es el principal escollo que tiene la negociación en España, a pesar de que es un compromiso del plan presentado en Bruselas. Hasta ahora Escrivá no había logrado convencer a los socios parlamentarios del Gobierno (ni tampoco a Unidas Podemos) sobre su propuesta de ampliación de los años para el cálculo de la pensión de los 25 a los 28 años. Tampoco a los sindicatos, que exigen una mayoría política para negociar esta cuestión. Sin embargo, Escrivá ha dado este lunes por hecho que la medida se incluirá en un acuerdo que está “muy cerca”, ha repetido en varias ocasiones.
Lo que no ha querido es poner una fecha concreta y ha hablado de finales de mes o en los próximos días. Desde luego, da por hecho que antes del parón de Semana Santa. El ministro ha defendido que modificar el periodo de cálculo de las pensiones puede ayudar a los trabajadores que tienen carreras “no lineales”, es decir, aquellos que no tienen en sus últimos años de cotización los mejores en términos salariales.
“Hoy hemos podido constatar cómo los trabajos de los equipos vamos trabajando de manera considerable”, ha afirmado el ministro en declaraciones a los periodistas tras reunirse con el comisario de Economía, Paolo Gentiloni. Según ha explicado, le han hecho “ver” que el proceso en este caso está siendo más “denso” precisamente por ser España la avanzadilla en la negociación. Es el único país que ha recibido el aval de la Comisión Europea para el tercer desembolso de los fondos NextGenerationEU.
La segunda parte de la reforma de las pensiones tiene que llevarse a cabo para el cuarto desembolso de los fondos europeos. El otro asunto de ese paquete que Escrivá presentó en Bruselas en su último viaje -en ese caso sin publicidad- tiene que ver con lo que cotizan los sueldos más altos. En ese caso, el ministro se ha abierto a incluir una “cuota de solidaridad” o “recargo” a los salarios más altos.
Las dudas de la Comisión Europea estaban en el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) aprobado en el primer bloque de la reforma, que consiste en una cuota adicional con destino a la hucha de las pensiones. Bruselas ha pedido que se estabilice este instrumento más allá de 2032, fecha en la que el Gobierno quería volver a analizar el estado del sistema de pensiones para acordar su continuidad. La intención es prolongarlo hasta 2050. “Queda muy poco”, ha asegurado Escrivá en la capital comunitaria.