La UE tiene entre sus primeros desafíos de 2023 la guerra comercial con EEUU ante los planes millonarios de la Administración de Joe Biden para encarar la inflación. Bruselas busca fórmulas para evitar que esa ley desgaste a la economía europea. Ese fue el mandato que le dieron a la Comisión Europea los líderes en su última reunión del año y la intención es examinar las posibilidades en una nueva cita en febrero. Mientras tanto, los socios trabajan en sus capitales para dar posibles soluciones. España envió este lunes un documento a Bruselas en el que reclama facilitar el acceso a los planes de recuperación, según ha adelantado El País y ha confirmado elDiario.es.
“Es necesario facilitar las inversiones y proyectos estratégicos de los Planes Nacionales de Recuperación y Resiliencia. Son fundamentales para garantizar que nuestra economía continúe creciendo y se vuelva más resistente a los choques del lado de la oferta en los mercados globales y las restricciones del lado de la demanda derivadas de las tasas de interés más altas y la disminución de la liquidez”, asegura el Gobierno en ese texto en el que critica que “los procesos de autorización aún demoran demasiado, lo que es incompatible con una respuesta oportuna al apoyo público masivo a las capacidades industriales”.
Los trámites para acceder a los fondos es uno de los caballos de batalla de la industria, que tiene todas sus expectativas de crecimiento puestas en los planes de recuperación aprobados por la UE a finales de 2020 y que supondrán una inyección millonaria de inversiones. “Una adaptación temporal de las normas sobre ayudas estatales para permitir el rápido despliegue de inversiones en el marco de los Planes Nacionales de Recuperación es el mejor instrumento para hacer frente a los desafíos estructurales de la industria europea y, al mismo tiempo, evitar la amenaza a la igualdad de condiciones que implica la una relajación general de los requisitos de las ayudas estatales”, defiende el Gobierno español.
La UE ha sido muy crítica con la Administración Biden al entender que sus planes de apoyo a la industria estadounidense puede perjudicar a la europea. De hecho, Bruselas calificó como “un problema” la Ley de Reducción de la Inflación, cifrada en unos 400.000 millones de ayudas destinadas en buena medida a las energías verdes -lo que afecta al sector del automóvil europeo, muy importante en países como Alemania y Francia-. “Las subvenciones distorsionarían el mercado”, advirtió en noviembre el vicepresidente checo, Josef Síkela, que era entonces el presidente de turno de la UE. La actual presidencia sueca espera que la Comisión Europea le informe próximamente de la marcha de las conversaciones.
“Las discusiones han comenzado entre la Comisión y la Administración Biden”, explicó este lunes el embajador sueco ante la UE, Lars Danielsson, en un encuentro con periodistas. Por su parte, el Gobierno alemán, que considera que es uno de los más afectados por los planes de Biden, ha intensificado sus negociaciones con esa Administración. La secretaria de Estado de asuntos económicos, Franziska Brantner, viajó a Washington para abordar el asunto con las autoridades estadounidenses, según publicó Bloomberg, que EEUU ha hecho algunas concesiones, pero se mantiene la tensión por las energías limpias.
Y es que desde hace semanas los 27 están manos a la obra para intentar parar el golpe en la economía europea. De hecho, el comisario de mercado interior, Thierry Breton, ha comenzado una gira por las capitales europeas para dar una respuesta común a la ley estadounidense contra la inflación. Precisamente ahora está en Madrid, donde se ha reunido con Pedro Sánchez y este lunes lo hizo con la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, que ya expresó su petición de agilizar la aprobación de ayudas estatales con fondos europeos. “Es muy importante que en el contexto actual agilicemos todos los proyectos y garanticemos el buen funcionamiento del mercado interior”, expresó Calviño en una rueda de prensa junto a Breton.