La comisión de Salud Pública del Parlamento Europeo apoyó hoy una nueva normativa que pretende alejar del tabaco a niños y jóvenes, los más propensos a comenzar a fumar.
Los eurodiputados dieron el visto bueno (con 49 votos a favor, siete en contra y cuatro abstenciones) a la nueva directiva, pactada el pasado diciembre por el Parlamento Europeo y el Consejo (que reúne a los países de la Unión) y que aún debe ser aprobada definitivamente por ambas instituciones.
El texto será votado por el pleno de la Eurocámara en febrero o marzo.
Entre otras novedades, la legislación exigirá una información más detallada sobre los ingredientes del tabaco, prohibirá el tabaco de sabores e incluirá la obligación de agrandar los mensajes de advertencia en las cajetillas.
En el futuro, los paquetes de cigarrillos deberán incluir fotografías que cubran el 65 por ciento de la superficie de ambos lados.
La directiva prohibirá también los cigarrillos mentolados, aunque el veto a estos sólo se hará efectivo seis años después de la entrada en vigor de las nuevas normas.
“Sabemos que son los niños, y no los adultos, quienes empiezan a fumar. Y a pesar de la tendencia de caída del número de fumadores adultos en la mayoría de Estados miembros, las cifras de la Organización Mundial de la Salud demuestran un preocupante aumento de los fumadores jóvenes”, dijo la ponente del informe votado, la laborista británica Linda McAvan.
El asunto que complicó las negociaciones a última hora el pasado diciembre fue el de los cigarrillos electrónicos, que finalmente podrán seguir vendiéndose pero serán objeto de regulación.
En adelante esos cigarrillos se considerarán bien un producto médico, si se presentan como con propiedades curativas o preventivas, o como productos del tabaco.
Doce años después de la entrada en vigor de la directiva sobre el tabaco, el producto en cuestión sigue siendo la principal causa de muerte que se puede prevenir, y unas 700.000 personas fallecen cada año como consecuencia de ese hábito.
Las medidas adoptadas para incentivar a los europeos a abandonar el tabaco han ayudado a reducir el número de fumadores del 40 % en 2002 (cuando sólo quince países formaban la UE) al 28 % en 2012.