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Ericsson, Nokia, Alcatel, Siemens... Qué fue de las viejas marcas de móviles

La fabricación de teléfonos móviles es una industria cruel. Muchas de las empresas que fueron líderes en uno u otro momento han caído en desgracia; es un sector industrial que elimina con regularidad a quienes están en cabeza. Atropelladas por cambios tecnológicos, superadas por bruscos cambios de la moda, asesinadas por la aparición de refulgentes supernovas del consumo como el iPhone o incapaces de evolucionar lo bastante deprisa, numerosas marcas han vivido la experiencia de ser líderes absolutos en este mercado para después acabar en la indigencia.

Veamos un breve repaso de algunos de estos antaño gigantes de la tecnología occidental y hoy desaparecidos o moribundos fabricantes de teléfonos móviles, que cuando sobreviven es en manos asiáticas.

Ericsson: en un principio, desde el Norte

En el principio era el GSM, y el GSM hizo posible el nacimiento y la dominación de empresas radicadas en países europeos de mediano tamaño; compañías importantes en mercados marginales (las telecomunicaciones en los países nórdicos) que aprovecharon este estándar paneuropeo de telefonía móvil digital para saltar a la prominencia mundial.

La primera en hacerlo fue la sueca Ericsson: un fabricante de equipos de telefonía surgido de una empresa de reparación de aparatos telegráficos nacida a finales del siglo XIX y líder del sector en su país. Suecia, pese a su relativo pequeño tamaño, es un país puntero en innovación que está entre las pocas naciones que fabrican sus propios cazas de combate; Ericsson aprovechó esa tradición de I+D para inundar con sus teléfonos el mercado europeo que la adopción del GSM acababa de abrir.

Si consideramos un teléfono móvil como un aparato diseñado para hablar por teléfono sus móviles eran perfectos: funcionaban muy bien, eran casi indestructibles (seguro que alguien cercano tiene alguno en casa que aún funciona) y muy sencillos de utilizar.

Cuando Telefónica introdujo en España la telefonía móvil digital los teléfonos Ericsson estaban entre los primeros que ofreció; formaban parte por ejemplo de la primera oferta de móviles con tarjeta (MoviStar Prepago) que puso en el mercado la entonces MoviStar en 1996. Un modelo típico y muy conocido era el GF 768 (ver imagen), pero también fueron muy vendidos aparatos como el T28 (el más ligero de su momento, años 1999/2000, con sólo 81 gramos de peso), el T36 (similar al T28 pero dotado de Bluetooth) o el R380, el primer móvil del mercado con Symbian, lanzado en el año 2000.

Las primigenias baterías de aquellos Ericsson no eran gran cosa y otros fabricantes empezaron a ofrecer aparatos con más funciones. El severo diseño minimalista escandinavo de los terminales y su característica antena rechoncha acabaron perdiendo la batalla de la estética ante sus competidores.

La cuota de mercado se resintió y la compañía entró en pérdidas; un incendio en una planta de Philips en México en el año 2000 provocó serios problemas de fabricación y redujo las ventas. Finalmente en 2001 la empresa sueca fusionó su división de móviles con la de Sony creando Sony Ericsson, y en 2012 vendió su 50%; hoy se llama Sony Mobile Communications y es 100% japonesa. La actual Ericsson se dedica a la fabricación de equipo de redes de telefonía, es decir, al otro lado del negocio.

Nokia: de Finlandia al mundo

La siguiente empresa que salió de los confines del ártico para dominar el mundo de la mano del GSM fue la finlandesa Nokia. Fundada como fabricante de papel en 1865 acabó haciendo cables telegráficos y posteriormente equipo de telegrafía y telefonía para el mercado local, pero también para la URSS y los países de Occidente: Finlandia se podía permitir ese lujo en plena Guerra Fría dada su condición neutral.

En los años 70 suministraba equipo de comunicación por microondas destinado a la industria y fue de los primeros fabricantes de equipo telefónico en desarrollar la digitalización de comunicaciones inalámbricas. De modo que en los 90 estaba perfectamente situada para despuntar en la nueva telefonía móvil digital. Y así lo hizo: sus modelos robustos, comparativamente baratos, con baterías de larga duración y sensibles a las modas estéticas empezaron a convertirse en los preferidos del público. Hasta el punto de que esta empresa nacida en Finlandia, país con menos de 5,5 millones de habitantes, fue líder mundial en la venta de móviles entre 1998 y 2011.

El paradigma de los teléfonos que hicieron grande a Nokia fue su modelo 3310, un robusto y barato móvil con carcasa intercambiable que incluía juegos como Snake y una calculadora y del que se vendieron más de 100 millones de ejemplares en todo el mundo. Pero la empresa también tenía modelos de gama alta: en aquella época los Nokia molaban tanto que uno de sus móviles acaparó todas las miradas al aparecer en las manos de Neo en la primera película de la trilogía Matrix (e inspirar el posterior 7110, en la imagen).

La compañía fue de las primeras en ofrecer teléfonos inteligentes con modelos como el 9000 Communicator de 1996, el N-Gage (móvil/consola de videojuegos) de 2003, el N95 ‘todo en uno’ con GPS, cámara y acceso a Internet vía 3,5 G en 2006 o el 5800 XpressMusic, el primer móvil con pantalla táctil completa en 2008.

Sin embargo el software nunca fue el fuerte de Nokia: tras años desarrollando un sistema operativo propio llamado Symbian y tras numerosas innovaciones en el mercado la llegada del iPhone de Apple supuso un verdadero terremoto y descoyuntó el panorama. Symbian sencillamente no estaba a la altura y pronto fue barrido del mapa, reemplazado por Android como alternativa al iOS de Apple.

La cuota de mercado de la empresa finlandesa empezó a caer en picado y en 2011 firmó con Microsoft para instalar el sistema operativo Windows Phone en sus terminales. Finalmente la empresa estadounidense adquirió la división de terminales y servicios móviles de Nokia en 2014. El resto de la empresa, concentrada en la fabricación de equipos para redes, acaba de anunciar la absorción de Alcatel-Lucent.

Siemens, ni siquiera en Alemania

Alemania, potencia tecnológica e industrial europea, no podía quedarse atrás en la carrera del móvil. Una de sus empresas electrónicas punteras, Siemens AG, tuvo su propia y activa división de fabricación de terminales. La matriz de Siemens nació en 1847 como fabricante de equipo telegráfico, y su expansión fue tan grande que a finales del siglo XIX empezó a crear su propio barrio en Berlín para alojar a sus empleados: Siemensstadt.

Hoy sigue siendo el conglomerado de ingeniería más grande de Europa, y en 2011 tenía más de 400.000 empleados en todo el mundo. Diversificado en múltiples industrias (desde las comunicaciones a la energía nuclear, los ferrocarriles, el automóvil, electrodomésticos, maquinaria industrial, etc), puso el primer móvil en el mercado en fecha tan temprana como 1985: el Siemens C1, del tamaño de un bolso. En 1994 lanzó su primer móvil GSM, el S1. Y desde entonces hubo decenas de modelos.

Siemens fue pionera en muchas innovaciones que hoy son estándares en la telefonía móvil como las pantallas en color (S10, lanzado en 1997), el teclado deslizante (SL10 en 1999) o el reproductor MP3 interno y las tarjetas de memoria MMC (SL45, en 2001). A lo largo de los años lanzó varias series dirigidas a segmentos de público distintos, desde modelos básicos a otros de altas prestaciones y orientados al mercado empresarial. En su punto culminante llegó a obtener un 8% del mercado mundial.

Pero para 2004 el avance tecnológico y algunos errores del software incluido en las terminales empezaban a minar la cuota de mercado de Siemens, que cayó al 5,5%. En 2005 la recién constituida Siemens Mobile perdió 19 millones de euros frente a 143 millones de beneficios el año anterior. En junio la compañía se deshace del problema vendiendo la empresa al fabricante taiwanés BenQ y creando BenQ Mobile. El último modelo lanzado con la marca Siemens fue el SXG75, el primer móvil en el mercado con GPS 100% integrado y dotado de doble cámara para videoconferencia.

Pero BenQ no consiguió remontar las ventas a pesar de conservar el uso de la marca Siemens por cinco años. La cuota de mercado se desplomó otro 40% y el fabricante de Taiwán acabó por declarar la quiebra en septiembre de 2006; la empresa cerró el 31 de diciembre de ese año perdiéndose miles de empleos y cerrando la planta de fabricación situada en el Land de Renania del Norte-Westfalia. El modo como se gestionó la información a los trabajadores durante la venta provocó que el Tribunal Federal del Trabajo alemán condenara cuatro años después a Siemens.

BenQ sigue operando en su país como fabricante y montador y lanzó varios modelos en Taiwan con la marca BenQ-Siemens, pero desde 2013 ya sólo usa su propia marca. La segunda planta de fabricación erigida por Siemens, en la ciudad brasileña de Manaos, está a la venta.

Alcatel: vive la France (y EE UU, y China)

Alcatel, hoy dividida entre Alcatel Mobile Phones y Alcatel-Lucent, tiene un triple origen de lo más multinacional. Por una parte desciende de una empresa de fabricación de equipos absorbida en 1966 por la eléctrica francesa Compagnie Générale d'Electricité (CGE), a su vez nacida en 1898; Alcatel Mobile Phones nació cuando la división de esta empresa francesa se fusionó con la empresa china de electrónica TLC en 2004. Más tarde se incorporaría la estadounidense Lucent, que se remonta a la Western Electric Manufacturing Company estadounidense (en activo desde 1869) y que fuera durante décadas la división de fabricación de maquinaria de AT&T, con la que se fusionó en 2009.

Pero ya en 2005 la fabricación de móviles había quedado por completo en manos chinas con la salida de Alcatel de Mobile Phones. Bajo la marca Alcatel se vendieron durante años millones de teléfonos móviles en todo el mundo, sobre todo en los mercados de países en vías de desarrollo; los más conocidos son los de la serie One Touch. Se trata de teléfonos sencillos, robustos y baratos sin grandes adelantos tecnológicos pero muy fiables que se ofrecen como de gama baja.

Algunos modelos se hicieron especialmente conocidos como el One Touch Easy o el One Touch 980 de 2010 (ver imagen), el primero de la marca capaz de utilizar el sistema operativo Android. La serie One Touch llegó a ser tan conocida que TCL Corporation sigue utilizando la marca fuera de China para sus productos. La compañía resultante de la separación de Alcatel Mobile Phones, Alcatel-Lucent, acaba de anunciar su fusión con lo que queda de Nokia; ambas están especializadas en equipos para redes móviles y otras formas de telecomunicación industrial.

Motorola: pioneros desde EEUU

Mientras tanto en los Estados Unidos las cosas seguían su propia dinámica, y allí la empresa reina era Motorola. Fundada en 1928 como proveedora de materiales para radios la compañía había creado productos tan señeros como el primer ‘Walkie talkie’ de uso militar para el ejército EEUU en la Segunda Guerra Mundial, y desarrollado tecnología de microprocesadores en la década de los 60 y 70.

Es normal, por tanto, que el primer teléfono móvil comercializado fuera suyo: el Motorola DynaTAC de 1983 (en la imagen), que funcionaba con tecnología analógica, pesaba casi un kilo y tenía batería para tan sólo una hora de conversación. El primer teléfono de tipo ‘flip’, el MicroTAC, también fue suyo y salió a la venta en 1989; su sucesor fue el primer teléfono tipo ‘concha’ (clamshell), el StarTAC, que se plegaba justo por el centro.

Durante algún tiempo este factor forma le permitió ocupar un lugar destacado en el mercado mundial, pero luego los clamshell empezaron a pasarse de moda; el estiloso modelo Razr le permitió recuperar primacía a mediados de los 2000 (vendió más de 50 millones de aparatos), pero luego la llegada de los ‘smartphones’ le supuso un grave problema a pesar de que adoptó el sistema operativo Android.

Fabricantes asiáticos como Samsung le robaron cuota de mercado y el iPhone dañó seriamente sus ventas al redefinir el espacio móvil. El principal problema de Motorola siempre fue la inexistencia de un estándar de telefonía digital en los EE UU; cada empresa telefónica tenía el suyo, lo que hacía que los teléfonos fueran incompatibles con las redes de otros países u operadores: para que sus móviles pudieran operar fuera de los EE UU (o en otra zona) necesitaba hacerlos multibanda.

La pérdida de mercado terminó haciendo que la división de móviles Motorola Mobility fuera adquirida por Google en 2012; tras quedarse con las patentes el buscador revendió la fabricación de teléfonos al fabricante chino Lenovo.