El FMI pide al Gobierno mejorar los ingresos para proteger los servicios públicos y no bajar el IRPF

Hubo un tiempo en el que los hombres de negro visitaban España de forma desapercibida, como una parte más de los cientos de miles de extranjeros que pasan por nuestro país. Pero la crisis y el rescate financiero han hecho de la visita de los burócratas del Fondo Monetario Internacional un acontecimiento que amerita luz y taquígrafos. Así, la misión habitual del FMI, la que se realiza cada año en los 186 países miembros del organismo bajo el título de “Consultation IV”, concluye hoy y se cierra con rueda de prensa, informe y fanfarria. Un cambio en la transparencia de los auditores de Washington.

Las principales conclusiones que han transmitido los hombres de negro en un escueto informe de cuatro páginas, difundido antes de la rueda de prensa y que arranca con un “España ha doblado la esquina” es que hay mimbres para la recuperación pero que son necesarias más reformas para sostenerla. Aunque en las recomendaciones están los tics habituales del Fondo, en especial la llamada a la moderación salarial, se observa un cierto cambio de foco sobre sus recomendaciones más machaconas y habituales para España.

Especialmente significativas son las propuestas para la reforma fiscal que el Ejecutivo español puede aprobar este mismo viernes. El FMI ha sido el adalid de una posible devaluación fiscal, esto es, de un intercambio entre la subida del IVA y la rebaja de cuotas de la Seguridad Social llamada, en su opinión, a favorecer la competitividad y la exportación en España. Los sabios escogidos por el Gobierno se alinearon con esta petición de la que, sin embargo, el Gobierno se desentendió, como ahora parece hacerlo el FMI.

Aunque el organismo sigue pidiendo una subida del IVA y una bajada de cuotas de la Seguridad Social, lo hace de forma comedida y puntual. Así, le dice al Ejecutivo que tiene que tener como objetivo “proteger los servivios públicos para esta generación y las siguientes” lo que en su opinión, exige “mejorar la recaudación”. Y eso no casa con las intenciones del ministro Montoro de bajar los impuestos.

Para lograr esta mejora en los ingresos, el FMI apunta que aún hay espacio para una subida de los impuestos especiales (alcohol y tabaco) y de los medioambientales, y también para sacar parte de los productos que ahora están en los tramos más bajos del IVA reducido y súperreducido. El Ejecutivo sí ha mostrado su inclinación a tocar el grupo intermedio (que actualmente está gravado con un 10%) y elevar la fiscalidad de algunos productos sin mover los tramos actuales de este impuesto.

Además, el FMI dice que hay que ensanchar las bases imponibles, esto es, que se mejore las cantidades por las que tributan las sociedades, eliminando algunas exenciones y beneficios actuales. Coincide en que de hacerse este movimiento se podría llegar a bajar el tipo actual del 30% pero, dicen, nunca por debajo del 20% ya que situaría esta tasa por debajo de la media europea.

Además, y arrojando un jarro de agua fría a los anuncios electoralistas del Ejecutivo, el FMI concluye que en la actualidad dada la situación imperativa de mantener los ingresos y preservar la progresividad fiscal, hay menos margen “para bajar de forma significativa el impuesto del IRPF”.

Por último, y dentro de los consejos sobre un marco de fiscalidad más favorable para crear empleo, según los criterios del FMI, piden que haya una bajada selectiva de cotizaciones sociales para que las empresas contraten a los trabajadores menos cualificados. Llama la atención esta recomendación sin que se valore la actual medida implementada por el Ejecutivo de bajar las cotizaciones sociales a todos los nuevos contratos con una tarifa plana de 100 euros. El FMI llama a tasar esta medida, en línea con las recomendaciones de los expertos. Además, para preservar el mantenimiento de la Seguridad Social piden que estas rebajas se compensen con transferencias desde Presupuestos.

Además, hay que conjugar todas estas recomendaciones de mejora de la recaudación con la ausencia a contener el gasto o cualquier otra medida llamada a continuar con la austeridad. La era de los recortes parece tocar a su fin en los informes del FMI.

Cambios en los procesos de insolvencia

Además de pintar este marco para la reforma fiscal, el FMI pide también abordar cambios profundos en la ley de concurso de acreedores española. El Fondo se queja en la nota de que la recuperación no acaba de arrancar porque las empresas están más ocupadas en desempalancarse (esto es, reducir su deuda) que en contratar. Por eso, pide que se flexibilice la ley para mejorar los procesos de quitas y renegociación de deudas con los acreedores, mejoran las oportunidades de que una empresa pueda cambiar sus condiciones de financiación. Pide a los bancos que adopten algún tipo de “código de conducta” que permita ofrecer a las empresas altamende endeudas un catálogo de posibilidades para refinanciar la deuda.

También insta al Gobierno sea más permisivo con la reestructuración de las deudas a Hacienda y la Seguridad Social. Actualmente, se pueden renegociar con las administraciones, pero una vez que se entra en pre-concurso la obligación de pagar en primer término al Estado es muy rígida. También pide que se acometa la ley de insolvencia para los autónomos, una de las principales peticiones del sector.

En cuanto a la banca, dice que pese a la significativa mejoría del sector en España, siguen sin dar crédito. Aunque entienden que es un proceso de pez que se muerde la cola (no dan crédito porque no ayudan a refinanciar a las que ya están endeudadas) también recuerda que los bancos españoles optan por mejorar su capital reduciendo los préstamos en lugar de por otras vías. Así insiste en que mejoren su colchón de solvencia ahorrándose el reparto de dividendos y reduciendo costes, en lugar de cerrando el grifo del crédito.

Echar mano de las ETT

En el aspecto de la creación de empleo, el FMI pide a las comunidades autónomas que mejoren sus programas de políticas activas, ayudando a los parados a mejorar su formación. También pide que se use de forma más habitual a las agencias privadas de colocación (en su mayoría ETT) a intermediar en la colocación de parados.

Dentro de la tónica tibia de todo el informe, los hombres de negro piden lograr un equilibrio entre la protección de los contratos indefinidos y los temporales. En otros informes anteriores, el FMI abogó por un contrato único o por un sistema similar al austriaco de indemnización creciente, pero, al menos en este primer informe, no se atreven a dar con una fórmula tan acotada.

Por último, el informe concluye que es necesaria la ayuda del resto de la UE y del Banco Central Europeo para apuntalar la recuperación. En concreto, el FMI le pide a sus compañeros en la troika que aflojen en la política monetaria para que sea más expansiva y ayude a las empresas a bajar sus costes de financiación.