El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha pedido a España en varias ocasiones moderación salarial. Se puede recordar aquí, aquí y aquí. Pero ahora el organismo se desentiende de su consejo, ya que tras estudiar el efecto de esta receta en los países del euro, ha llegado a la conclusión de que puede ser contraproducente. El organismo con sede en Washington acaba de publicar un informe, titulado “Los efectos de la moderación salarial: ¿funciona la devaluación interna?”, en el que estudia el impacto de los ajustes de sueldos en los cinco países rescatados: España, Irlanda, Portugal, Italia y Grecia. Y saca unas conclusiones desconcertantes (para las políticas que suele recomendar).
En primer lugar, el FMI considera que si la moderación salarial la hace un país solo, el efecto es positivo para el país y para la zona del euro en su conjunto; si la moderación salarial se hace en los cinco países a la vez (que equivalen al 30% del PIB de la zona del euro) pero el Banco Central Europeo (BCE) puede recortar tipos de interés (para animar la demanda y no caer en una espiral deflacionista), el PIB todavía crece pero en menor medida. Pero, si la moderación salarial se hace sin margen de maniobra para la política monetaria, como ocurre en este momento porque los tipos ya están en el 0% y no se pueden recortar más, el efecto de abrocharse el cinturón es negativo. Para esos países y para todo el conjunto de miembros del euro. Es decir, la economía se contrae como consecuencia de esta reducción de salarios en los cinco países de forma simultánea.
Para compensar este hallazgo, el FMI asegura que habría que complementar la moderación salarial con medidas expansivas del BCE (como la compra de deuda pública que acaba de iniciarse pero no tuvo lugar en el periodo en el que se redujeron los sueldos), o con otras “reformas estructurales”. Si se hiciera esto a la vez, la merma en el crecimiento se compensaría. Y como colofón al informe, los hombres de negro avisan: “Si estas políticas [por la reducción de los salarios] son consideradas en estos países, los efectos secundarios adversos para el crecimiento del resto del euro deben ser tomados en cuenta”.
Así las cosas, el FMI asume que la moderación de los salarios en los cinco países del euro en programas de rescate ha sido perjudicial, no solo para ellos sino para el conjunto de la zona del euro. Y va más allá. El organismo asegura que “una política explícita de devaluación interna nunca ha sido parte de ninguno de los programas impuestos a los países del euro”. Los hombres de negro se atreven a hacer esta aseveración porque, dicen, ellos proponen paquetes de medidas integrales que actúen por el lado de la oferta y demanda agregadas.
La moderación salarial siempre ha sido señalada por el FMI como el objetivo último de reformar la negociación colectiva, una de las imposiciones que llevaron a la reforma laboral de Mariano Rajoy en 2012. Supuestamente, con la devaluación interna, España sería más competitiva. Pero esta competitividad se esfumó al reducirse también los salarios en nuestros países naturalmente competidores.
Las conclusiones del informe son dolorosamente llamativas si se tiene en cuenta que los salarios en España han caído alrededor de un 25% desde el inicio de la crisis, según cálculos del FT con datos de Thomson Reuters. Los resultados son una caída de los precios sostenida desde 2014, que en el conjunto de la zona del euro ha dejado al IPC próximo al 0%, y un crecimiento anémico para toda la Europa que comparte moneda común, que a duras penas se expande a una tasa del 0,5%.