El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha rebajado dos décimas la previsión de crecimiento de la economía española para 2021. El pronóstico no es alarmante salvo porque es uno de los pocos países dentro de las economías avanzadas que ve cómo sus proyecciones económicas se reducen. Si las economías avanzadas incrementan sus perspectivas de crecimiento en 0,5 puntos porcentuales en 2021, hasta el 5,6%, el FMI apunta que España crecerá un 6,2%, dos décimas menos que en la previsión de abril. Ahora bien, el organismo multilateral añade un punto porcentual el crecimiento de nuestro país en 2022, hasta el 5,8%, manteniéndose como la economía que más crecerá en la Eurozona en ambos años. Se prevé que la economía mundial crezca un 6,0% en 2021 y un 4,9% en 2022.
El Fondo muestra su preocupación por las divergencias en la recuperación. Las perspectivas de crecimiento de las economías avanzadas para este año han mejorado en 0,5 puntos porcentuales, hasta el 5,6%. Las diferencias en las políticas de apoyo y fiscales son una fuente de profundización de la brecha. En las economías avanzadas se mantiene un apoyo fiscal considerable, con 4,6 billones de dólares de anunciados en relación con la pandemia disponibles en 2021 y en años posteriores.
También avisa de que “la recuperación no está asegurada en ninguna parte mientras segmentos de la población sigan siendo susceptibles al virus y a sus mutaciones” y llama la atención ya que “el despliegue de vacunas va más lento de lo previsto permitiría que el virus mutar aún más”.
En este sentido, el FMI destaca el papel de Estados Unidos, con unas políticas públicas que refleja la legislación prevista de apoyo fiscal adicional en la segunda mitad de 2021 y sirven de tractoras para el resto de las economías. EEUU crecerá un 7% este año y un 4,9% en 2022. En el caso de la zona euro, la previsión de crecimiento suma dos décimas más en 2021, hasta el 4,6%, y medio punto porcentual más en 2022, hasta el 4,3%.
El fondo recuerda que en las economías emergentes y en desarrollo la mayoría de las medidas fiscales y de apoyo expiraron en 2020 y ahora estos países se encuentran buscando reconstruir sus reservas fiscales. Algunos mercados emergentes, como Brasil, Hungría, México, Rusia y Turquía, también han empezado a subir los tipos de de la política monetaria para frenar las presiones al alza de los precios en un entorno de inflación de los precios de las materias primas.
“Los desajustes entre oferta y demanda han provocado escasez temporal en un contexto marcado por patrones de gasto cambiantes, lo que ha hecho aparecer cuellos de botella en las cadenas de suministro, alimentando las presiones inflacionarias”, destaca el informe del Fondo.
“Se espera que la inflación vuelva a sus rangos anteriores a la pandemia en la mayoría de los países en 2022”. Con esta premisa el organismo que dirige Kristalina Georgiev llama la atención a los bancos centrales por la subida de precios: “Los bancos centrales deberían tener en cuenta las presiones inflacionistas transitorias y evitar el endurecimiento de la política monetaria hasta que se aclare la dinámica subyacente de los precios”.