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Noticia servida automáticamente por la Agencia Europa Press

La eólica barre a la fotovoltaica en la subasta de renovables del Gobierno

El Grupo Forestalia, Gas Natural Fenosa, Enel Green Power España, la filial 'verde' de Endesa, y Gamesa se han adjudicado más de 2.500 megavatios (MW) en la subasta de renovables celebrada hoy, según informaron a Europa Press fuentes conocedoras del resultado. Tal y como estaba previsto, la energía eólica ha barrido al resto de tecnologías, y en especial a la fotovoltaica, que según la patronal UNEF “no se ha adjudicado ningún MW”.

La subasta, como se preveía, volvió a contar con tanta presión competitiva que los incentivos quedaron reducidos a cero, como sucedió en la del año pasado, y tuvo como tecnología ganadora a la eólica, que se llevó el principal grupo de los megavatios en juego, señalaron las mismas fuentes.

Forestalia volvió a dar la sorpresa, como ocurrió ya en la subasta del año pasado, al adjudicarse el mayor paquete en la subasta, con 1.200 megavatios (MW). El año pasado, en la subasta que ponía fin a la moratoria 'verde', el grupo aragonés presidido por Fernando Samper se adjudicó más de 400 MW (300 MW eólicos y más de 100 MW de biomasa) de los 700 MW que se pusieron en juego. No consta que se hayan puesto en marcha.

Por su parte, Gas Natural Fenosa se ha adjudicado más de 600 MW en la subasta, mientras que Enel Green Power España se ha hecho con una partida de unos 500 MW y Siemens Gamesa con 206 MW.

Mientras, Iberdrola, que es la primera empresa por potencia eólica en España con más de 5.500 MW, acudió a la subasta pero no se adjudicó ningún megavatio. A la puja tampoco ha acudido Acciona, tradicional operador del sector.

La 'macrosubasta' celebrada este miércoles ha puesto en juego 2.000 MW, ampliables a 3.000 MW, según un anexo “confidencial” cuyas condiciones se desconocen. Con ella, el Gobierno pretende introducir las tecnologías renovables más eficientes en costes y que la convocatoria permita a España avanzar en el cumplimiento de los objetivos de la UE de renovables para 2020.

Para ello, la subasta ha utilizado un sistema marginalista en el que los interesados pujaron a la baja hasta completar la bolsa de megavatios en juego.

Esta subasta se presentaba como tecnológicamente neutral, de modo que podían competir todas las fuentes de generación renovable. Esta circunstancia difería de lo ocurrido en la subasta de 2016, en la que se introdujeron cupos por tecnología y se pusieron en juego un total de 700 MW, de los que 500 MW eran eólicos y los 200 restantes, de biomasa. Esta subasta se cerró sin incentivos y sin adjudicación para las grandes eléctricas.

No obstante, este planteamiento ha generado controversia en el sector, ya que la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) consideró que no había tal neutralidad y solicitó medidas precautelares al Tribunal Supremo para la suspensión de la subasta, que finalmente no fueron aceptadas por el Alto Tribunal, al considerar que el mecanismo beneficia a la eólica al priorizarse las horas de funcionamiento y las instalaciones de mayor tamaño.

Tras la subasta, la asociación Asociación Nacional de Productores Fotovoltaicos (Anpier) ha difundido una nota en la que señala que “las pequeñas y medianas iniciativas fotovoltaicas no han tenido ninguna opción, ni siquiera ofertando el máximo de los descuentos posibles”.