La izquierda europea, los ecologistas y elementos euroescépticos desperdigados por los 751 escaños del Parlamento Europeo estuvieron el martes a punto de cosechar una victoria inesperada, gracias a la fuerte división de los socialistas europeos del grupo S&D (Socialistas y Demócratas) en torno al TTIP. El cisma pudo perfectamente tumbar el informe sobre el polémico tratado de libre comercio con EEUU, que iba a ser presentado por el socialdemócrata alemán Bernd Lange, a la sazón presidente de la comisión parlamentaria de Comercio Internacional (Inta).
El voto de la Eurocámara contra el informe Lange era una opción que no entraba en las quinielas. Es verdad que el Parlamento solo puede emitir una opinión y es al final del proceso (cuya fecha se desconoce) cuando podrá aceptar o rechazar el tratado que actualmente negocia la Comisión Europea en nombre de toda la UE. Pero un hemiciclo incapaz de sacar adelante un informe habría supuesto un golpe mortal contra el TTIP, según reconocen varias fuentes consultadas.
Por eso el voto se ha pospuesto y el informe ha sido reenviado a la Inta para que los socialistas negocien un poco más con la otra gran familia, el Partido Popular Europeo (PPE).
Oficialmente la excusa del presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, ha sido “el gran número de enmiendas sobre la mesa”. “Tomamos nota de lo que ha pasado en la Eurocámara”, concede escuetamente un portavoz del equipo de la comisaria Cecilia Mälmstrom, la principal impulsora del TTIP en Europa. “Seguiremos con nuestra agenda y esperaremos a que el Parlamento se posicione”. ¿Y si se hubiera tumbado el informe Lange? “Mejor no especular”, responden en la siempre hermética Comisión.
La fractura en el S&D empezó el 28 de mayo en la Inta tras un giro de última hora que les llevó a pactar con populares, conservadores y liberales un texto ambiguo que no excluía el controvertido sistema de arbitraje de conflictos entre inversores y estados (ISDS). A cambio, el informe exigía a Estados Unidos firmar las convenciones de la Organización Internacional del Trabajo. Aunque solo un eurodiputado francés contrario al TTIP se opuso en la comisión al apaño con los ISDS, la reacción popular, sobre todo en las redes, provocó una cascada de enmiendas de varios socialistas para corregir lo que la mayoría abiertamente reconoce como un “error”.
Socialistas divididos en tres bloques
A lo largo de la semana pasada se reanudaron los contactos, pero el PPE ya no estaba dispuesto a cambiar nada. Y además los socialistas se dividieron en tres bloques: los que están a favor del informe Lange tal cual está; los que quieren enmendar el informe con un rechazo explícito de los ISDS privados, entre los que se encuentran los eurodiputados del PSOE; y los que rechazan totalmente los ISDS e incluso el TTIP. “Los socialistas están divididos y no se aclaran, y ahora quieren que revisemos los compromisos adoptados. Esto no es serio”, dicen los populares europeos.
La guinda la puso el congreso del Partido Socialista Francés el pasado fin de semana en Poitiers. El primer secretario general del partido, Jean Christophe Cambadélis, proclamó que “en estos momentos” el PSF se posiciona “en contra del TTIP”. Así, los socialistas belgas y austriacos tampoco quieren el tratado.
Ante la fractura en su propio partido, Schulz, que apuesta sin titubeos por el TTIP, se reunió el martes por la tarde en Estrasburgo con su compatriota Bernd Lange y entre ambos convinieron que lo mejor era posponer el voto. Así, el presidente de la Eurocámara echó mano de un artículo del reglamento de cuestionable calidad democrática para suspender la votación. “Deberíamos evitar que el Parlamento Europeo no sea capaz de adoptar una resolución fuerte [sobre el TTIP], debilitando uno de sus atributos por los que más se ha luchado”.
La izquierda del GUE (en la que están Podemos e IU) y los Verdes han criticado la suspensión del voto, calificándola de “secuestro de la democracia” y de “final de la gran coalición entre populares y socialistas”, un rodillo que marcó la pasada legislatura (2009-2014). Pero ahí no ha concluido el cisma de S&D.
Este miércoles por la mañana estaba previsto el debate en torno al TTIP en Estrasburgo, con independencia de que ya no iba a celebrarse la votación del informe Lange. La consigna del presidente del S&D, el italiano Gianni Pittella, era abstenerse. Pero una mayoría de socialistas votó a favor del debate, que sin embargo fue rechazado por el PPE y otras fuerzas. El PSOE, en minoría, siguió las directrices del grupo.
Este medio ha intentado el miércoles contactar con varios responsables del PSOE para recabar su versión, sin conseguirlo. “No vamos a posicionarnos con grupos radicales que están en contra del TTIP solo porque enfrente está un socio como Estados Unidos”, objeta un miembro de los socialistas españoles. “Ferraz nos ha pedido responsabilidad con el tratado pero dejando muy claras las líneas rojas como los ISDS tutelados por jueces independientes. Para nosotros, el TTIP es una urgencia ante el avance de China y de otros países”.
“Los socialistas españoles e italianos están atrapados en un bucle que no compartimos en absoluto”, rebate un socialista francés desde el anonimato. “Nosotros hemos dicho que estamos en estos momentos en contra del TTIP, y si no se eliminan los ISDS del informe votaremos en contra, ya sean públicos o privados. Estamos dispuestos si hiciera falta a tumbar el TTIP”, zanja.