El presidente de la organización de empresarios CEOE, Antonio Garamendi, propone eliminar la limitación de mandatos del cargo que ocupa: la presidencia de la patronal. En la actualidad, los estatutos de la CEOE regulan un máximo de dos mandatos para su presidente, medida que se acordó cuando lideraba la entidad su predecesor, Juan Rosell, y que entonces Garamendi defendió. Ahora, cuando está arrancando su segunda etapa al frente de CEOE, el empresario vasco pretende suprimir este límite, lo que le permitiría volver a optar al cargo en un futuro.
El movimiento del presidente de la CEOE se encuadra en una reforma más amplia de los estatutos de patronal, que también incluye la supresión de la votación de la Asamblea General sobre el nuevo presidente en caso de que haya una única candidatura y esta sea respaldada por aclamación, explican fuentes de la organización empresarial.
Ahora, aunque se dé tal circunstancia, el candidato o candidata a la presidencia se expone a una votación interna si hay algún vocal que así lo demanda, de manera que se expone a una valoración sobre el respaldo con el que cuenta entre el conjunto de patronales y empresas. Además, se contemplan también cambios en los plazos para presentar candidaturas, para limitar las de última hora, indican fuentes patronales.
Críticas por un “retroceso de democracia interna”
Las propuestas han generado malestar en varias patronales, las más críticas con Antonio Garamendi, según varias fuentes. “Hay bastantes organizaciones molestas, pero no se quieren señalar”, indican desde una de estas organizaciones empresariales.
La maniobra de eliminar la votación interna en el caso de una candidatura única, por ejemplo, es vista por los más críticos a Garamendi como una forma de “silenciar” la disidencia. Desde el entorno del actual líder de CEOE indican que quien no esté a favor de la candidatura ya tiene la opción de presentarse al cargo y señalan que este tipo de votaciones desgastan a la organización.
Sobre la limitación de mandatos, fuentes de una patronal lamentan que supone “un retroceso” respecto a una prácticas “que cuesta mucho sacar a delante”, de higiene democrática que se impulsaron en varias organismos –entre otros la CEOE– ante la crisis institucional vivida tras la pasada crisis financiera.
Los críticos al actual presidente subrayan además la incoherencia de Antonio Garamendi de impulsar el máximo de mandatos cuando quería optar al puesto de Juan Rosell, lo que impidió que el catalán tuviera la opción de volver a presentarse al cargo, y que ahora el vasco dé este viraje, posibilitando así ampliar su mandato.
Decidirá la Asamblea General el 19 de julio
Desde el entorno de Antonio Garamendi piden “no personalizar” las propuestas en torno al presidente, sino que dicen que el líder de CEOE ha planteado estas modificaciones porque así se lo habían planteado desde varias patronales.
Algunas territoriales también están interesadas en retirar su limitación de mandatos, como “en la Comunidad Valenciana, Murcia y Baleares”, dice una fuente patronal. También destaca que “el 85%” de las organizaciones patronales dentro de la CEOE no tiene a día de hoy estas limitaciones para sus presidentes.
Otras, como la de catalana Foment o la de pequeñas empresas (Cepyme), sí cuentan con límites en sus presidencias. “Foment no tiene previsto cambiar sus estatutos”, responden a este medio desde la organización que lidera Josep Sánchez Llibre. En Cepyme no han respondido al respecto y emplazan al debate interno que tendrá lugar en las próximas semanas.
La dirección de la CEOE subraya que los cambios solo saldrán adelante si hay consenso interno. “Si así lo quiere la organización”, subrayan. De momento, la propuesta se aborda en la Comisión de régimen interno de CEOE, luego en la Junta Directiva y más adelante en la Asamblea General, el próximo 19 de julio.
En el entorno del presidente de la patronal creen que las modificaciones serán ratificadas por los órganos internos, “porque así lo quiere la mayoría”. Algunas voces más críticas emplazan a que la discusión se someta a votación dentro de la Asamblea, lo que permite el voto secreto de los vocales. “No se va a votar, así no saldría”, sostienen desde una patronal.