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El Gobierno espera al IPC de abril y al PIB del primer trimestre para su rebaja de previsiones de crecimiento

El Gobierno agotará el plazo del 30 de abril para enviar el programa de estabilidad a la Comisión Europea, sobre el que se basará, por ejemplo, la asignación de los fondos del Plan de Recuperación en junio. El Ejecutivo presentará este viernes “el nuevo cuadro macroeconómico de España, que va a acompañarse de las previsiones fiscales de aquí a 2022, porque estamos esperando a los datos importantes que nos va a aportar el Instituto nacional de estadística (INE) este jueves y este viernes, actuando con la máxima prudencia y responsabilidad”, según confirmó este miércoles la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, en la sesión plenaria del Congreso.

El Gobierno publicará un recorte “significativo” a la estimación de crecimiento económico inicial para 2022, del 7%, por el impacto de la guerra, según adelantó la propia Calviño el martes en una entrevista concedida a la emisora de radio Onda Cero.

El Gobierno cuenta con la referencia de las previsiones del 4,8% del Fondo monetario internacional (FMI) o del 4,5% del Banco de España, tras sendos tijeretazos de cerca de un punto porcentual, pero calculará la suya con más información: el Índice de precios al consumo (IPC) de abril se conoce el jueves, tras la aceleración del 9,8% en marzo frente al mismo del año pasado, y el dato avanzado del crecimiento económico en el primer trimestre el viernes.

Y, más importante, con la aprobación de la propia Comisión Europea del tope al gas, que ni en el Banco de España, ni el FMI, ni ninguna institución entre las que han revisado las estimaciones de crecimiento recientemente habían introducido en sus modelos de predicción, pese a a ser clave para la inflación y por tanto para el crecimiento económico.

Límite al gas

Finalmente, Bruselas ha aceptado imponer un límite de 50 euros el megavatio hora (MWh) durante un año al precio de la generación eléctrica con ciclos combinados. El tope está bastante por encima de los 30 euros/MWh que habían propuesto inicialmente España y Portugal, que según dijo Ribera rebajaría la factura “a la mitad”.

Con esta nueva referencia, el ahorro para el consumidor respecto a los precios actuales, coinciden expertos consultados, va a ser significativo. Falta conocer los detalles del mecanismo. El Gobierno español confía en aprobarlo en el próximo Consejo de Ministros y empezaría a reflejarse en las facturas de mayo, según Ribera.

“La información que tenemos nos hace pensar que ya hemos alcanzado el pico de inflación el mes pasado. La previsión es que se vaya desacelerando”, subrayó este martes Calviño, que ante la pregunta de si se va a observar una tasa interanual del 10%, sentenció: “Yo no lo preveo”.

Impacto de la guerra

La hipótesis sobre la que construyó la estimación anterior se ha derrumbado por completo, aunque distintas fuentes apuntan a que, con los últimos datos y el efecto del tope al gas o el Plan de choque, el nuevo cuadro macro seguirá siendo una de las visiones más positivas respecto a la actividad económica del país en el actual contexto de absoluta incertidumbre.

En septiembre del año pasado, el Ejecutivo contaba con un petróleo a 60 dólares por barril de media en 2022. En lo que va de año, el promedio del crudo roza los 100 dólares, un 64% más caro. Este desfase es crucial debido a que el petróleo supone casi un 10% del total de las importaciones de España. En concreto, la factura de crudo en 2021 fue de 33.696 millones de euros. Este ejercicio será mucho más alta.

El Banco de España calcula que un encarecimiento del 10% del petróleo durante un año resta 0,15 puntos al crecimiento económico. Y el equipo de analistas de BBVA Research admite que en su escenario central (4,1% de incremento del PIB) “se evitan significativas escaladas adicionales de las sanciones y cortes de flujos de gas/petróleo entre Rusia y la Unión Europea”. Sin embargo, es difícil descartar ninguna de las dos situaciones.

Por otra parte, el centro de análisis Funcas basa su previsión de crecimiento del 4,2% a que el precio del petróleo llegue a 110 dólares por barril de media y del gas, a 90 euros por MWh.

El tope de 50 euros a la generación de electricidad con gas de la “excepción ibérica” equivaldría, sumando el coste de los derechos de emisión, a unos precios del pool de unos 130 euros-140 euros/MWh. Son niveles que no se ven desde el pasado septiembre, y aunque muy superiores a los de un año normal (el doble, en cifras redondas), contrastan con el precio medio de marzo, que fue de 283 euros/MWh. Entonces, el mercado mayorista pulverizó todos sus récords contaminado por la exponencial subida del gas natural derivada del conflicto bélico.

Bruselas ha aceptado que ese tope sea inferior en las primeras semanas de aplicación de la medida, cuando se va a fijar en 40 euros, para aumentar luego hasta esos 50 euros. Esto se traducirá en precios del orden de los 100-120 euros/MWh, inéditos desde el pasado agosto, lo que va a tener su traslado a la inflación.

“El principal riesgo al crecimiento proviene de la inflación, por su impacto sobre la capacidad real de gasto de los hogares, márgenes empresariales [capacidad de obtener beneficios de los ingresos] y sobre el sector exterior”, señala el equipo de analistas de Bankinter.