La gran negociación del comercio: más de 300.000 trabajadores están pendientes de saber su salario y condiciones laborales

El calendario ha hecho coincidir en el tiempo las negociaciones de las condiciones laborales y salariales de la gran mayoría de gigantes del comercio. Por un lado, las de Anged, en la que están integradas empresas como El Corte Inglés, Carrefour, Alcampo, Leroy Merlin o Ikea. Por otro, las mesas de Inditex y H&M. Y, en paralelo, parte de los convenios provinciales del textil. Sin olvidar la nueva patronal del retail que puede llegar a cambiar toda la fotografía del sector en solo unos meses.

Unas conversaciones que van a definir el marco laboral de más de 300.000 personas y donde sobrevuela, sobre todo, la pérdida de poder adquisitivo que ha provocado la inflación a lo largo de los últimos meses.

“La prioridad absoluta es el incremento salarial”, afirma Antonio Pérez, secretario general de Fetico, el sindicato mayoritario en Anged, la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución. Una reivindicación similar a la que plantea la mayoría de representantes de los trabajadores en unas conversaciones que pueden prolongarse varias semanas o, incluso, meses. 

Este diálogo a varias bandas llega en un momento donde las ventas del comercio llaman al optimismo, en una temporada de invierno mejor de lo que esperaban las empresas; pero con el empleo a la baja en el mes de enero en el sector, con un descenso de 40.000 trabajadores tras el final de la campaña de Navidad y a pesar de estar en plena temporada de rebajas. 

Dejar atrás las condiciones de la pandemia

El 3 de febrero arrancó la negociación del convenio estatal de las compañías integradas en Anged, donde además de empresas de grandes almacenes e hipermercados están textiles como C&A o Tendam (Cortefiel, Springfield o Women Secret), también las tiendas de Apple, Fnac o Media Markt, de repuestos de coche como Norauto y Aurgi o de alimentación como Costco. Una variedad de segmentos que lleva su empleo por encima de las 230.000 personas. De ellos, el 65% son mujeres, con un alto peso del contrato a tiempo parcial. 

Los sindicatos presentes en las negociaciones (Fetico, Valorian -antes Fasga-, CCOO y UGT) asumen que no va a ser un acuerdo fácil y que puede prolongarse semanas. De entrada, el desencuentro es claro. Todos los representantes de los trabajadores han propuesto subidas que van del 18% al 19% a lo largo de cuatro años. En cambio, la patronal rebaja esa subida plurianual hasta el 7% y un pago único a la finalización del convenio en 2027 del 3%. Una propuesta “disparatada” en opinión de CCOO. 

Una escalada de sueldos aplazada en el tiempo que los sindicatos rechazan porque no permite dejar atrás la pérdida de poder adquisitivo. Sobre todo, porque los empleados de las empresas de Anged vienen de un acuerdo de transición, firmado en la primavera de 2021, cuando aún había establecimientos cerrados y empleos en ERTE como consecuencia de la pandemia. Entonces, se acordó una subida del 2% en dos años, a razón de un 1% cada ejercicio. 

“Todos tenemos muy claro de lo que vamos a hablar”, asegura el responsable de Fetico, que tiene 7 de los 12 representantes de la negociación. La propuesta de este sindicato pasa por una subida anual del 4,22%, además de un pago único del 4,5% a la firma del convenio. Mientras, Valorian, propone subidas este año y el próximo del 6% y del 3,2% en los dos ejercicios siguientes. “Las empresas saben que van a tener que subir, pero nos argumentan que, aunque hayan incrementado la facturación, también les han aumentado los costes”, explica Miguel Venegas, presidente de Valorian. Por su parte, CCOO propone un alza mínima del 18% y cláusula de revisión del IPC y UGT aboga por el 19%. 

Más allá de la subida, que va a ser el punto prioritario, la negociación del convenio de Anged se centra en otros aspectos, como poner un sueldo base de 18.000 euros al cierre del nuevo convenio, que en 2021 se quedó cerca de los 15.000 euros. También, en reducir la jornada anual, que actualmente está en las 1.770 horas o limitar los domingos y festivos laborables, para que quienes trabajan fines de semana tengan uno al mes de descanso. “Ahora mismo las posturas están muy alejadas”, reconocían el viernes diferentes representantes de los trabajadores.

La mesa de negociación de Inditex

En paralelo está en marcha la mesa estatal de Inditex, donde se reúne la compañía dueña de Zara, Bershka o Pull & Bear junto a CCOO y UGT, que son los dos sindicatos con representatividad a escala nacional. Ya ha habido dos reuniones. En la primera se acordó prorrogar el plan de incentivos y un adelanto del 3% a cuenta de convenio, también en aquellas provincias donde los convenios están congelados o bloqueados. 

Esa es una de las claves de esta negociación, porque Inditex no tiene un convenio propio, sino los provinciales sobre los que luego se aplican pluses, pero que son diferentes por territorio y marca. Y ahí está uno de los focos de conflicto. En diciembre, la compañía llegó a un acuerdo para subir en más de 300 euros el sueldo de sus dependientas de A Coruña. Esa subida marcó el paso. En enero, CGT -que es mayoritario en Madrid en Pull & Bear y Zara- convocó en la capital una jornada de huelga y otra de movilizaciones frente a las tiendas para reclamar una subida en esa línea y prevé otro paro el sábado 11 de febrero, que se ampliará a Barcelona, Sevilla y Valencia. 

La semana pasada, en la segunda reunión de la mesa, la empresa presidida por Marta Ortega propuso fijar un salario fijo anual mínimo en todos los territorios, al que se sumaría un variable aún por definir, según indican tanto CCOO como UGT. Además, ayudas por familiares a cargo, nacimiento o adopción, material escolar o guardería, aún por concretar en próximas reuniones.

También en H&M hay abierta una mesa de negociación que se reunirá el 20 de febrero, donde también están CCOO y UGT. En este caso no solo se va a hablar de la política salarial. También, de la falta de personal en tiendas, donde los sindicatos han identificado que hay bajas que no se están cubriendo y existe una sobrecarga de las plantillas, en una multinacional que hace un año hizo un ERE que afectó a más de 1.000 empleados

La incógnita de ARTE

Las mesas de Inditex y de H&M pueden marcar una hoja de ruta que, en un tiempo más breve que largo, se quede en papel mojado. El comercio textil pende de convenios provinciales y actualmente casi una veintena están bloqueados y una decena en negociación. Entre estos últimos, el de Madrid, que tiene que echar a andar en las próximas semanas y donde la representación empresarial corre a cargo de Acotex.

Inditex, H&M, Mango, Primark y Uniqlo son algunos de los integrantes de la Asociación Retail Textil España (ARTE) que se creó a finales del pasado año y que en sus estatutos ha abierto la opción de negociación laboral. En concreto, “participar en el diálogo social con las organizaciones sindicales a fin de concertar políticas de interés recíproco a nivel sectorial y promover acuerdos en materia de negociación colectiva”.

Desde febrero, esta asociación ha pasado a ser integrante de CEOE. “ARTE se ha constituido recientemente con la finalidad de alcanzar una mayor coordinación para la promoción de los planteamientos sectoriales en el ámbito económico, sociolaboral y regulatorio”, asumía en un comunicado la patronal encabezada por Antonio Garamendi. De momento, los sindicatos consultados reconocen que es una incógnita si echará a andar la negociación sectorial de esta nueva asociación aunque asumen que su propósito es bastante claro.

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