Las cinco grandes energéticas españolas (Iberdrola, Repsol, Endesa, Naturgy y Cepsa) aumentaron sus inversiones un 22% en 2023, hasta 23.529 millones de euros, pese al impuesto extraordinario al sector, que las compañías han recurrido y por el que han amenazado con congelar inversiones si se mantiene como está planteado.
En 2023, las cinco compañías abonaron 1.352 millones por ese impuesto, que consiste en una prestación pública temporal del 1,2% sobre el importe neto de la cifra de negocios de las energéticas. El Gobierno, que inicialmente planteó el gravamen como temporal (para los ejercicios 2023 y 2024), ante los beneficios extraordinarios derivados de la crisis energética por la invasión de Ucrania, luego anunció que el tributo se mantendría, aunque se comprometió en diciembre a suavizarlo con deducciones por inversiones en descarbonización.
La modificación quedó en el aire tras descartarse la elaboración de unos nuevos Presupuestos por la convocatoria de elecciones en Catalunya. El Ministerio de Hacienda ha anunciado que el gravamen (también aplicado a la banca) se reformulará en una ley fiscal específica.
De esa cifra de inversión, aproximadamente el 72%, algo más de 17.000 millones, se destinó a descarbonización, en un ejercicio en el que el beneficio conjunto de estas cinco multinacionales descendió un 25%. Se situó en 10.466 millones, tras el récord histórico de 13.880 millones registrado en 2022, como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania y la explosión de precios del gas, el petróleo y la luz. Pese al descenso de los beneficios, los dividendos entregados en 2023 por las grandes energéticas españolas a sus accionistas aumentaron cerca de un 12%, hasta 8.253 millones.
De esos más de 23.500 millones de inversión, algo más de la mitad (11.382 millones) la concentró Iberdrola. Durante 2023, la mayor eléctrica española batió su récord de inversiones, al incrementarlas un 6%. Lo hizo tras alcanzar también un nuevo récord de beneficios, sexto consecutivo, con unas ganancias de 4.803 millones, un 10,7% más. De esos casi 11.400 millones de inversión, Iberdrola destinó el 47% (unos 5.349 millones) a renovables y el 46%, a redes. En España redujo su inversión el 22%, hasta 2.323 millones. Estados Unidos fue el primer destino, con 3.028 millones, un 14% más.
La energética anunció el pasado jueves unas inversiones brutas de unos 41.000 millones en el periodo 2024-2026 para alcanzar un beneficio neto de 5.600-5.800 millones al final del periodo. La cifra incluye la compra del 18,4% que no controla en la estadounidense Avangrid. Los socios de la compañía en renovables -como el fondo soberano noruego Norges o Masdar- contribuirán con 5.000 millones, con lo que la inversión neta de Iberdrola será de 36.000 millones. El grupo destinará el 85% a mercados con rating 'A': Estados (35%), Reino Unido (24%), Iberia -España y Portugal-, (15%), Latinoamérica (15%) y Alemania, Francia, Australia y otros países de la Unión Europea (11%).
Y tras Iberdrola, Repsol, con la que la eléctrica vasca mantiene un enfrentamiento que ha llegado a los tribunales, donde Iberdrola ha presentado una demanda que acusa a la petrolera de greenwashing (lavado de imagen ecológico). La compañía que dirige Josu Jon Imaz, la más afectada por el impuesto a las energéticas (con un impacto de 443 millones en 2023), disparó el pasado ejercicio sus inversiones un 47%, hasta 6.167 millones, tras otro de sus mejores años. Su beneficio, de 1.368 millones, se redujo un 25,5%, pero fue el cuarto más elevado de su historia y el tercero si no se tienen en cuenta los extraordinarios.
Repsol, que ha condicionado inversiones multimillonarias en España al “marco regulatorio y fiscal”, destinó el 30% de la inversión total (unos 1.604 millones) a generación baja en carbono: principalmente a la adquisición de la plataforma de renovables Asterion y al desarrollo de proyectos de energía limpia en Estados Unidos, España y Chile. Repsol presentó hace unas semanas una actualización de su estrategia que contempla una inversión récord de hasta 19.000 millones entre 2024 y 2027 para acelerar su transformación hacia una compañía con cero emisiones netas.
También batió un récord de inversiones y beneficios en 2023 Naturgy. La primera gasista y tercera eléctrica española ganó 1.986 millones, un 20,4% más, pulverizando su segundo récord de ganancias consecutivo. El grupo que pilota Francisco Reynés disparó en 2023 sus inversiones un 52%, hasta casi 3.000 millones, cifra que previsiblemente se mantendrá este 2024.
“Un 90% de la inversión se dirigió a proyectos de transición energética”, según la compañía, que computa 2.136 millones de inversión orgánica y adquisiciones en renovables. El 90% se destinó principalmente a desarrollos de proyectos renovables -1.730 millones de euros- y redes (900 millones). España recibió el 66% del total.
Endesa, la segunda eléctrica española, es una de las dos grandes energéticas que no aumentó la inversión en 2023. Esta alcanzó 2.304 millones, ligeramente por debajo del récord de 2022 (2.343 millones), en un ejercicio en el que los beneficios de la filial de la italiana Enel se redujeron drásticamente, un 70,8%, hasta 742 millones, como consecuencia de factores extraordinarios relacionados con su negocio de gas, fundamentalmente, un laudo arbitral favorable al Estado de Qatar con un impacto negativo de 450 millones, y por el gravamen extraordinario al sector.
Endesa fue, con 1.678 millones en dividendos, la segunda energética que más dinero destinó a remunerar a sus accionistas, solo por detrás de Iberdrola (casi 3.182 millones) y ligeramente por delante de Naturgy (1.624 millones).
En el caso de Cepsa, los dividendos entregados a los dueños de la petrolera que controlan el emirato de Abu Dhabi y el fondo Carlyle se dispararon el año pasado un 47%, hasta 869 millones, lo que eleva a 1.400 millones la cifra entregada en los ejercicios 2022 (cuando batió récord de ganancias) y 2023. El pasado ejercicio, el grupo declaró unas pérdidas de 233 millones, frente a las históricas ganancias de 1.100 millones registradas en 2022.
Las inversiones de Cepsa en 2023 alcanzaron los 732 millones, ligeramente por debajo de las de 2022, de los que destinó “cerca del 40% del total a proyectos sostenibles”. “Las inversiones sostenibles aumentaron un 56% en comparación con el ejercicio anterior, a medida que se ejecuta la estrategia Positive Motion”, dice en sus cuentas. Con un ambicioso plan de inversiones en hidrógeno, Cepsa aspira a tener una cartera de 4,5 GW renovables para 2030. Actualmente tiene 2 GW con permiso de conexión a la red. “En 2023 obtuvimos la Declaración de Impacto Ambiental para varios de nuestros proyectos”, pero no instalaron ni un MW.