Una noche más, y un día menos para lograr un acuerdo. El Eurogrupo (la reunión de los titulares de Economía y Finanzas de los países cuya moneda es el euro) culminó en tiempo récord la noche de este miércoles sin lograr un acuerdo entre Atenas y los 18 países restantes de la Eurozona, llevando al límite del tiempo de descuento la negociación. El jueves y viernes hay cumbre de los jefes de Estado de la UE en Bruselas y la fecha límite -el pago al FMI de 1.600 millones de euros- pone contra las cuerdas a los negociadores.
Oficialmente, este nuevo y enésimo retraso forma parte de la idiosincrasia negociadora; extraoficialmente, el Gobierno heleno liderado por Syriza rechaza la contrapropuesta interpuesta por el FMI, que elimina muchos impuestos a las capas más ricas del país y añade más recortes presupuestarios (como se ve en la contrapropuesta, que publica el Wall Street Journal).
Del lado de las instituciones nadie culpó a nadie. “Voy a ser muy breve”, avisó el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, a los periodistas arremolinados a la salida el miércoles por la noche. “Hemos informado a los ministros de los progresos realizados hasta ahora. Desafortunadamente sin arrancar un acuerdo todavía, pero seguiremos trabajando duro, durante toda la noche si es necesario. Mañana en principio nos reuniremos a la una para estudiar la situación”.
El Eurogrupo duró una hora escasa. A las 13h del jueves se celebrará otra reunión. Antes y en el edificio de la Comisión (enfrente de donde tiene lugar el Eurogrupo) volverán a sentarse muchos de los dirigentes que el miércoles anduvieron encerrados cinco horas sin acercar mucho las posiciones: Alexis Tsipras, Christine Lagarde (FMI), Mario Draghi (BCE) y el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker. Su discusión estará centrada al principio en un nivel más técnico.
También se unirán los que estuvieron este miércoles, como Dijsselbloem, los comisarios Valdis Dombrovkis y Pierre Moscovici y el presidente del Mecanismo de Estabilidad (el fondo de rescate), Kaus Regling. “Puede que todo se retrase incluso un poco más si la gente necesita descansar una o dos horas”, agregaron los portavoces del Eurogrupo.
Fuentes cercanas a Yanis Varufákis, el titular de Finanzas heleno que estuvo en el Eurogrupo, destacan que las causas del no acercamiento son “obvias”. “El presidente Tsipras publicó unos tuits aludiendo la abusiva contrapropuesta del FMI y el trato desigual a Grecia con otros países”, lamentan estas fuentes.
Llegan pocos mensajes de ambos lados de la mesa y son contradictorios. En la parte griega se aprecia además una división entre los acreedores debido a la dureza de la propuesta del FMI, que pide más recortes en pensiones, avanzar más en el retraso en la edad de jubilación y eliminar más impuestos que gravan la riqueza (elimina una tasa a los juegos de azar, por citar un ejemplo).
Un oficial de la Comisión negaba tras la conclusión infructuosa del Eurogrupo que hubiera división de la parte acreedora, que encarnan BCE, FMI y Comisión Europea. Y todavía hay más mensajes difusos que cargan el ambiente: antes de la reunión, un representante del Gobierno austriaco aseguraba preferir “que no haya acuerdo antes que un mal acuerdo”. Esta dispersión en la postura de la troika a la hora de negociar se llevaba apreciando en los últimos meses y ya había sido subrayada por el gobierno heleno con anterioridad. Pero, sorprendentemente, hasta ahora era el FMI el que parecía más proclive a aliviar la carga de los griegos y ahora parece el negociador más inflexible.
Nadie habla de ruptura, porque los tiempos con los que cuentan todos (no solo Atenas) son más estrechos: el día 30 de junio vence el primer plazo para pagar 1.600 millones al FMI, y entre julio y el 20 de julio con el BCE. Quedan cinco días, y en ese tiempo tiene que haber un acuerdo y después ser éste aprobado en el Parlamento Heleno y también en los hemiciclos germano y finlandés, respectivamente.
En las discusiones no ha salido aún otro asunto que está entre las absolutas prioridades de Grecia: el alivio de la deuda. En el malogrado Eurogrupo del miércoles no dio tiempo a abordar este tema porque ni siquiera se pactó un acuerdo con relación a las medidas a adoptar por el Gobierno. Según revelan fuentes del Ejecutivo griego, la quita a la deuda estará sobre la mesa sí o sí.
Moscovici, comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, se reunió con el líder del partido opositor griego To Potami, que podría ser necesario para aprobar un hipotético acuerdo con la Troika en caso de que el cisma ideológico resquebraje al Ejecutivo de Syriza. “Moscovici nos ha dicho que está muy preocupado”, indicó en Bruselas una persona cercana al líder de esta pequeña formación, Stavros Theodorakis.