Cada vez que alguien compra una botella de una bebida alcohólica, una cajetilla de tabaco o una caja de latas de cerveza, está pagando un impuesto especial. Este tributo, además de gravar de manera añadida productos que pueden ser delicados para la salud, permiten hacer un rastreo de la evolución del consumo en España. En las recientes estadísticas de cierre de 2022 publicadas por la Agencia Tributaria se constata un incremento considerable en las ventas de esos tres productos en un contexto de recuperación del consumo, que ha ayudado a la recaudación récord de impuestos por parte del Estado.
De hecho, tras dos ejercicios afectados por las restricciones de movilidad que han impactado en la hostelería y el turismo, el año 2022 permitió a estos tres productos recuperar definitivamente los niveles que existían antes de que la pandemia golpease al consumo. El informe anual de la Agencia Tributaria de recaudación especifica la cantidad de productos que se han vendido sujetos a esta tributación de impuestos especiales. Según esta estadística, el alcohol, la cerveza y el tabaco se han situado por encima de 2019 y, en algún caso, alcanzando récords.
Tabaco: 2.081 millones de cajetillas vendidas
Una de las principales fuentes de ingresos de los impuestos especiales es la que grava la venta de tabaco en España. El consumo de cajetillas se encuentra desde la última ley en claro descenso, una caída que se había incrementado por la limitación del ocio que acarreó la pandemia. Ahora, los datos sugieren que los niveles de consumo vuelven a acercarse a los que existían en 2019, con un ligero incremento respecto a entonces. Son 2.081 millones de cajetillas vendidas en España con un crecimiento del 7% respecto a 2021.
Debido a este aumento en la venta de cajetillas de tabaco en España, el Estado ha incrementado a cotas que no se veían en una década sus ingresos por los impuestos a este producto. Fueron 6.682 millones de euros los recaudados en España por la venta de tabaco. El dato más elevado desde 2012. No solo se ha beneficiado el Estado del aumento de las ventas sino también del valor de los cigarrillos que se han vendido, que aumentó en más de un 8% respecto al año anterior.
La recuperación del consumo es todavía más destacada en los otros dos productos, alcohol y cerveza, dos categorías muy vinculadas al gasto en hostelería, un ámbito que ha ido viviendo su recuperación tras el frenazo de la pandemia. Cabe recordar que, de entre las bebidas alcohólicas, la única que no tiene un impuesto especial sobre ella es el vino. En realidad, sí la tiene, cuenta con el Impuesto sobre el Vino y las Bebidas Fermentadas, pero el tipo en todo el Estado de este tributo es del 0%. Un asunto que históricamente ha levantado ampollas entre los otros sectores productores de bebidas alcohólicas.
Alcohol: un 11% más que en 2019
En lo que respecta al impuesto especial sobre el alcohol y otras bebidas derivadas, el consumo ha alcanzado en 2022 los 101 millones de litros vendidos. Se trata de un aumento muy importante respecto a 2021, de casi el 19%, pero también respecto a 2019, el año previo al estallido de la pandemia, un 11% más. Recupera así el consumo de estas bebidas una senda alcista que inició en 2014 tras tocar el mínimo justo después de la crisis financiera.
El Estado ha recaudado 905 millones de euros logrando no solo superar los niveles previos a la pandemia, sino lograr su mayor registro desde el año 2007, en pleno crecimiento entonces antes del estallido de la burbuja inmobiliaria. Ha logrado recaudar un 34% más que en el año 2021, un ejercicio que todavía se vio marcado por las limitaciones en sectores como la hostelería por el impacto de la crisis sanitaria. Los precios también han tenido su repercusión en el aumento de la recaudación. El valor de los litros de alcohol vendidos durante el pasado año ha aumentado un 21%, por encima del volumen de litros consumidos.
Cerveza: 4.065 millones de litros consumidos
Sin embargo, la mayor recuperación se ha visto en el consumo de cerveza, una bebida que marca especialmente la evolución de la hostelería. El mayor gasto en ocio que se ha ido palpando durante el pasado ejercicio y la intensa llegada de turistas a España han impulsado las ventas de litros de cerveza. Según las citadas estadísticas de la Agencia Tributaria, fueron 4.065 millones de litros consumidos, un registro que nunca antes se había alcanzado. Recupera así el anterior mayor registro, que corresponde a 2019.
Este impuesto tiene un impacto más limitado en las arcas públicas ya que tiene un peso muy pequeño sobre el precio final. El pasado año se pagaron 9,2 céntimos por litro. Así, la recaudación por este impuesto quedó en 341 millones de euros, un 9,5% más que el año pasado, y, al igual que ocurría con el consumo en litros, esta estadística también ha alcanzado el récord histórico de recaudación.
Los primeros datos de recaudación de 2023, de los dos primeros meses, apuntan a una ligera caída en los ingresos procedentes de estos tres productos. Sin embargo, es pronto para poder constatar una tendencia a la baja y los datos de la campaña más turística que arranca ahora con la Semana Santa y se alargará durante el verano servirán para comprobar la evolución del consumo del alcohol, la cerveza y el tabaco.
La cuarta fuente de ingresos
Los impuestos especiales son la cuarta figura por volumen de ingresos en España, aunque es en realidad una cesta compuesta de varios impuestos distintos. En su conjunto, junto con el IVA, son los tributos más vinculados al consumo, mientras que el IRPF se remite a los salarios y Sociedades, a los beneficios de las empresas. En esta cesta se encuentran los tres impuestos mencionados, los que gravan los hidrocarburos o la electricidad.
En total, este apartado dio al Estado 20.200 millones de euros el año pasado. Supuso en torno a un 8% del total de los ingresos fiscales en un año en el que la recaudación alcanzó su récord histórico. Los impuestos especiales se quedaron cerca de obtener los registros de su mejor año, 2019, pese a que el alcohol, la cerveza y el tabaco superaron aquellos niveles. Sin embargo, otros factores han afectado a esta cesta de impuestos, especialmente en cuanto a las otras dos grandes figuras: los hidrocarburos y la electricidad.
Respecto a la factura de la luz, este tributo se redujo a apenas un 0,5%, desde el 5,11%, dentro de las medidas frente a la subida de los precios. Esta medida restó 1.700 millones de euros de ingresos al Estado. La recaudación fue de poco más de 200 millones de euros, frente a los 1.900 millones que habrían sido sin la rebaja fiscal.
Tampoco tuvo su mejor año el impuesto especial de hidrocarburos. Esta figura fiscal fue muy criticada el año pasado por la oposición, especialmente en voz del PP, que acusó al Gobierno de hacer caja con la subida del precio a la gasolina. Sin embargo, se trata de una figura que no está vinculada al precio sino al consumo de carburantes. El consumo subió apenas un 1,5% frente a 2021, pero sigue todavía sensiblemente por debajo de los niveles de 2019. La recaudación de este impuesto, el más importante entre los especiales, alcanzó los 11.984 millones de euros, frente a los 12.264 millones de 2019, el nivel histórico más alto.