Avangrid, filial estadounidense de Iberdrola, ha comunicado este martes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la resolución de su contrato de fusión con la estadounidense PNM Resources por el incumplimiento de las condiciones previstas para el cierre de la operación. Iberdrola renuncia así a la que habría sido su mayor adquisición en Estados Unidos, valorada en unos 7.500 millones de euros, y que lleva años retrasándose.
La operación se anunció en octubre de 2020, en plena pandemia, e iba a suponer la creación de una de las mayores compañías del sector norteamericano, con diez eléctricas reguladas en seis Estados (Nueva York, Connecticut, Maine, Massachusetts, Nuevo México y Texas) y el tercer operador de renovables del país, con una presencia total en 24 estados y activos valorados en unos 40.000 millones de dólares.
La transacción suponía un valor de empresa implícito de aproximadamente 8.300 millones de dólares (unos 7.500 millones de euros), considerando una deuda neta más ajustes de aproximadamente 4.000 millones de dólares (unos 3.377 millones de euros).
Sin embargo, la adquisición de PNM fue vetada por el regulador de Nuevo México en diciembre de 2021. El no a la operación fue unánime por parte de los cinco miembros de la Comisión Reguladora de Nuevo México, que consideraron que los riesgos del acuerdo superaban los beneficios prometidos a los contribuyentes estatales.
En ese momento, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, estaba todavía imputado por el caso Villarejo, unos hechos por los que la Audiencia Nacional confirmó el sobreseimiento en octubre de 2022 al considerar prescritos los delitos relacionados con la contratación del excomisario jubilado.
Iberdrola, que trató de sortear el veto del regulador con un recurso ante el Tribunal Supremo de Nuevo México, declaró en enero de 2022 su intención de hacerse con PNM extendiendo el vencimiento del contrato de fusión suscrito por ambas compañías para acelerar su crecimiento en el mercado de Estados Unidos.
El pasado octubre, Galán confió en una presentación de resultados en que el Supremo de Nuevo México se pronunciaría sobre su recurso contra el veto de la compra de PNM en la primera mitad de este año, pero se abrió por primera vez a un posible “plan B” para otra operación, si esta finalmente no prosperase, porque hay “muchas oportunidades” en EEUU, donde recordó cuenta con 6.000 millones para invertir.