España es el país que más redujo la desigualdad de género en el mercado laboral entre 1985 y 2010. Sin embargo, este logro está en peligro; la austeridad lo amenaza. Lo constata la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el club de los países ricos, en su informe 'Cerrando las brechas de género' que publica hoy.
La mejoras en la educación, especialmente en la de las mujeres, explican la mitad del crecimiento económico de los últimos 50 años en los países de la OCDE. El informe señala que España es el segundo país -tras Portugal- que más logros en educación ha conseguido en los últimos años. “Una mayor cualificación de las mujeres ha contribuido a disminuir la brecha de género en la participación laboral”, dice.
Durante la crisis, esa brecha se ha estrechado aún más, debido a que la participación de las mujeres en el mercado laboral ha aumentado mientras que el número de hombres ocupados ha disminuido como consecuencia del descalabro de sectores masculinizados como la construcción.
Sin embargo, la organización asegura que las medidas de austeridad “pueden resultar desiguales en términos de impacto de género” y “poner en peligro estas mejoras recientes”. “Se han producido recortes en las prestaciones familiares para quien cuida de un familiar dependiente y los cuidadores tienden a ser mujeres. Los fondos especiales para la financiación de la educación infantil no se han renovado”, afirma la OCDE, que también menciona la congelación de empleo público y la reducción de los salarios de los funcionarios como medidas que pueden perjudicar la igualdad.
El informe señala algunos de los impedimentos que existen para avanzar en la igualdad real en el mercado laboral y el reparto de tareas: los costes elevados de dejar a cargo de alguien el cuidado de los hijos y los salarios más bajos de las trabajadoras, que hacen que a muchas mujeres “no les merezca la pena económicamente trabajar a tiempo completo”; una cultura del trabajo que penaliza a las mujeres por interrumpir sus carreras para tener hijos; o el reparto desigual de las tareas domésticas y de cuidado, sobre las que las mujeres “siguen llevando el peso”.
Techo de cristal
La OCDE constata que el llamado 'techo de cristal' existe. Las mujeres cobran de medio un 16% menos que los hombres en los países de la OCDE. Sin embargo, en el caso de las mujeres en puestos de responsabilidad la brecha se amplia: cobran de media un 23% menos que sus compañeros masculinos. Además, por cada mujer en un puesto directivo, hay diez hombres. El informe señala el ejemplo de Noruega, que estableció un sistema de cuotas, como un caso de éxito para lograr una presencia equilibrada de mujeres y hombres en los puestos de responsabilidad.
La organización insta a los gobiernos pero también a las empresas a actuar para reducir la brecha de género. No obstante, alerta de que algunas medidas que pueden parecer positivas a corto plazo para favorecer la conciliación -como facilitar el teletrabajo o el empleo a tiempo parcial- pueden “perpetuar la idea de que las responsabilidades familiares son una tarea de mujeres”. Es decir, que estas medidas tienden a recaer en las mujeres y no consiguen que las tareas de cuidado se repartan entre mujeres y hombres.
El informe señala además que este tipo de medidas tienen consecuencias negativas a largo plazo para las mujeres -peores carreras de cotización, peores pensiones, más precariedad-, por lo que sólo deben impulsarse si se asegura que hombres y mujeres en igualdad acceden a ellas. La OCDE también pone sobre la mesa otras propuestas, como el permiso de paternidad remunerado para los hombres.