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La Inspección de Trabajo sanciona al consorcio público IEMed por emplear a falsos becarios con contratos irregulares

Página web de lsa Becas para titulados universitarios del IEMed que ha sancionado la Inspección de Trabajo, en su promoción de 2019.

Laura Olías

21 de noviembre de 2022 22:24 h

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La Inspección de Trabajo ha actuado contra la existencia de falsos becarios en el consorcio público IEMed (Instituto Europeo del Mediterráneo), dependiente sobre todo de la Generalitat de Catalunya, a la que está más vinculado políticamente, pero que también tiene participación del Ministerio de Asuntos Exteriores, la Unión Europea y el Ayuntamiento de Barcelona. La autoridad laboral dio de alta de oficio como trabajadores indefinidos a los 'becarios' del programa de prácticas del IEMed de 2019, ya que concluye que firmaron contratos irregulares, no recibieron apenas formación ni fueron tutorizados. Cumplían las funciones de empleados en puestos para los que estaban ya cualificados, pero con salarios de unos 775 euros al mes. La Seguridad Social exige al IEMed más de 89.000 euros en cotizaciones sociales.

El IEMed es un think tank público creado en 1989 especializado en las relaciones euromediterráneas, que se financia en su inmensa mayoría con subvenciones públicas nacionales y europeas (casi 2,8 millones a cierre de diciembre de 2021). “Generamos conocimiento para actuar a favor de un Mediterráneo en paz, estable y próspero donde el diálogo entre culturas es una realidad tangible”, indica la entidad en su página web. Su 'Programa Mediterráneo de Prácticas' para personas con titulación universitaria ha quedado invalidado por la autoridad laboral respecto a la promoción de 2019, que es la que ha analizado la Inspección de Trabajo, como ha podido comprobar este medio.

Este programa de prácticas ha continuado y está vigente en la actualidad. “Sigue funcionando igual, con el mismo éxito y demanda de siempre, como puede comprobarse en la promoción de este 2022 y la del próximo año 2023, que acaba de cerrar la convocatoria”, responden en el IEMed.

La entidad pública ha recurrido la resolución de la Inspección de Trabajo, de noviembre de 2021, y el conflicto laboral ahora está en los tribunales, pendiente de juicio fijado para febrero del próximo año. La Seguridad Social ha demandado al instituto para que la justicia reconozca la relación laboral con los “becarios” y que este pague 89.139 euros en cotizaciones sociales por estos trabajadores.

Contratos irregulares

“Cuando llegamos nos hicieron firmar un contrato laboral formativo y también un convenio de prácticas, pero nos decían que solo valía el segundo. No tenía ningún sentido”, explica una de las personas del programa de prácticas de 2019. La Inspección de Trabajo recoge este punto como una de las irregularidades del modelo de becarios del IEMed.

El organismo suscribió con los becarios contratos laborales para la formación y el aprendizaje. Este contrato, no obstante, es una modalidad laboral destinada a jóvenes sin cualificación, algo que no cumplían estos beneficiarios, con estudios universitarios e incluso de máster, recuerda la autoridad laboral.

Además, estos contratos laborales no tenían efecto en la práctica en cuanto a derechos laborales para los jóvenes, como las vacaciones pagadas anuales, a las que no tenían acceso. El IEMed a su vez les hizo firmar un acuerdo de colaboración que tenía por objeto “el establecimiento de las condiciones para la realización de las prácticas”. Este era el que fijaba realmente los horarios de los becarios, de 35 horas a la semana (con turno de mañana y tarde), y el dinero que recibían, unos 2.400 euros al trimestre: en torno a 775 euros al mes.

El IEMed responde a elDiario.es que “se da de alta a los becarios de acuerdo con la normativa de la Seguridad Social”. Con la legislación vigente, indican desde el consorcio público, “este tipo de becas formativas tiene que darse de alta en Seguridad Social a los meros efectos de su inclusión en el Régimen de Seguridad Social y nunca considerando esta alta como un reconocimiento de la condición laboral de los becados, tal y como la norma especifica”.

Sin embargo, el IEMed no suscribió un convenio de prácticas con cotización para los becarios, como apunta, sino un contrato laboral. De hecho, en el recurso que formalizó el instituto público al acta de Trabajo, la entidad justifica que los contratos de formación y aprendizaje se suscribieron “erróneamente” porque pensaban que eran necesarios para la cotización de los becarios. El IEMed se contradice en el mismo documento al indicar que el contrato era “un mero documento interno entre becario y entidad” y añade que no los registraron ante ningún organismo.

“La gente aguanta porque lo que quiere son buenas recomendaciones del organismo para su currículum, pero sabíamos que éramos trabajadores”, indica la antigua beneficiaria de las prácticas, que asegura que los becarios llamaron la atención al IEMed sobre estos contratos, en la práctica ficticios, sin que este corrigiera la situación.

En el consorcio público destacan la “satisfacción” de los participantes. Es “un programa de becas concebido únicamente para el beneficio de los becarios y del que el IEMed no obtiene beneficio alguno más que cumplir con sus fines estatutarios, pero del que, como institución, está convencido que es un proyecto modélico”, indican.

Sin formación necesaria “ni tutorización alguna”

Más allá de los documentos firmados, la Inspección de Trabajo analiza la relación jurídica que existe en la práctica entre las partes, los becarios y el IEMed. En su resolución, la autoridad laboral considera que existe una “relación laboral ordinaria”, no un programa formativo. Es decir, que son falsos becarios.

La Inspección concluye que es “palmario” que se trata de personas ya formadas y cualificadas, que podían llevar “con éxito” las actividades encomendadas, que califica de “rutinarias” y de “escasa formación”. Considera que son tareas necesarias para el funcionamiento del IEMed que, de no hacer los becarios, tendrían que realizarse por el personal del consorcio público.

Aunque el IEMed destaca la existencia de cursos de formación, que denomina “píldoras formativas”, la autoridad laboral rechaza que estas jornadas justifiquen la relación de becarios que defiende el instituto. Los cursos no llegaban a las 33 horas en un año, en suma ni una semana de trabajo, y además versaban sobre todo acerca del funcionamiento del propio IEMed. En unas prácticas no laborales, la formación es el “elemento fundamental” del programa, que debe tener un interés educativo para los becarios y contar con tutorización, recuerda Trabajo.

“No nos permitían asistir a actividades relacionadas con nuestras responsabilidades, como charlas y ponencias”, afirma la persona contactada de la promoción de becas de 2019. “Nos decían que no se podía por estar en horario de trabajo”, añade.

La Inspección concluye además “la falta de tutorización alguna” de los becarios por el supuesto responsable de ellos, en ese momento Josep Ferré, que fue el director en funciones del IEMed durante años. En 2021 dejó el consorcio y ahora es el director ejecutivo de otra entidad del ámbito euromediterráneo, Anna Lindh Foundation, que colabora con el IEMed con frecuencia. En la actualidad, al frente del IEMed está el diplomático Senén Florensa, antiguo representante de España ante la ONU en Viena que también fue responsable de Acción Exterior en la Generalitat con Artur Mas.

Sin guía ni seguimiento por parte del tutor, se alega que los coordinadores de las distintas áreas del IEMed supervisaban las tareas de los jóvenes en sus puestos. La autoridad laboral recuerda que no puede confundirse una formación de una persona becaria con la adquisición de experiencia profesional de un trabajador que se inicia en una empresa.

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