La rama de la familia Botín que lidera junto a sus hijos el octogenario Jaime Botín-Sanz de Sautuola García de los Ríos, hermano del fallecido Emilio Botín, se ha aliado con Iberdrola en un proyecto fotovoltaico en Extremadura mientras avanza en la tramitación de varios parques solares, en pleno boom renovable y tras muchos años haciendo caja con este sector.
Los Botín canalizan esta actividad a través de Aleph, la gestora de capital riesgo que dirige un hijo de Jaime Botín, Alfonso Botín. Lo hacen mediante una empresa que toma su nombre de un animal de la mitología griega con trazas de humano, pez y caballo, Ictiocentauros SL.
Esta firma disparó sus activos en 2022 hasta 38,7 millones de euros, según sus últimas cuentas, accesibles a través de Insight View. Cerca del 33% de sus acciones está en manos de Cartival. Con este holding, los Botín controlan casi un 24% de Bankinter, quinto banco español, y el 19,15% de la aseguradora Línea Directa.
A cierre del pasado ejercicio, Ictiocentauros era dueña de siete empresas dedicadas a la promoción de energía fotovoltaica. Entre ellas, Ictio Solar Boreal, SL, que en julio de 2022 se convirtió en accionista de Solar Majada Alta SL, sociedad de Iberdrola dueña de los parques fotovoltaicos Majada Alta y San Antonio de Iberdrola en Cedillo (Cáceres), con una potencia total de 100 megavatios (MW).
Las plantas recibieron en 2020 financiación del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y se pusieron en marcha en agosto del año pasado. Según explica Iberdrola en un informe sobre el retorno de sus inversiones con financiación verde, Aleph se convirtió en accionista de ese proyecto extremeño en julio del año pasado “comprando el 49,9% de la participación” a la multinacional energética.
Ni Aleph ni Iberdrola comentan la operación que, independientemente de su tamaño, en el caso de la gestora de los Botín es relevante porque esa firma es más conocida en el sector por vender activos que por adquirirlos.
En el caso de Iberdrola, la transacción encaja en su estrategia de rotación de activos. En los últimos años, la energética ha cedido participaciones minoritarias en muchos proyectos renovables a distintos inversores para obtener dinero fresco, manteniendo el control de esas instalaciones.
De Ictiocentauros también cuelga Ictio solar Casiopea SL, que tramita el proyecto PF Ictio Alcántara, un pequeño parque solar de 26,6 MW en la localidad cacereña de Alcántara. Fue declarado de utilidad pública por la Junta de Extremadura en agosto de 2022, tras obtener autorización administrativa previa y de construcción.
Un proyecto de 250 MW
A preguntas de elDiario.es, Aleph no precisa qué cartera tiene en tramitación porque su política es no hablar con la prensa. Esa cartera podría ascender a varios cientos de MW. En Cedillo, otra sociedad de Ictiocentauros, Ictio Solar Aries SL, planteó a finales de 2019 un conflicto de conexión ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) “en cuanto promotor de un proyecto fotovoltaico de 250 MW”, tras rechazarlo Red Eléctrica al ser considerada “inviable” la conexión propuesta. La CNMC inadmitió el conflicto de la empresa de los Botín por presentarlo fuera de plazo.
Varios proyectos de Ictiocentauros han cambiado de manos en los últimos años sin llegar a ver la luz, lo que ha permitido a sus dueños embolsarse dividendos millonarios. En marzo de 2019, la CNMC autorizó la venta al fondo australiano Macquarie, al canadiense OpTrust y a Bruc Energy (de Juan Béjar, ex de Ferrovial, Citigroup o FCC) de nueve proyectos fotovoltaicos con 380 MW que había tramitado la sociedad de los Botín en Toledo, Ciudad Real y Cáceres.
Macquarie canalizó esa operación a través de la sociedad Gnowee Iberia, cuyo nombre remite, de nuevo, a la mitología (en este caso, aborigen). Tras la venta, Ictiocentauros repartió en ese ejercicio un dividendo de 21,2 millones a sus accionistas, según sus cuentas de ese ejercicio.
Un año después repartió otros 16,15 millones, tras vender en octubre de 2020 esa participada de Cartival varios proyectos a Cobra, entonces filial de ACS, que por aquellas fechas acababa de colocar a su vez el 75% de su negocio de fotovoltaica en España a la petrolera portuguesa Galp.
Esta empresa lusa es dueña desde el año pasado del 100% de esa cartera originalmente promovida por los Botín. Galp pagó 140 millones por el restante 25% de esa joint venture con ACS a Cobra, filial que la constructora de Florentino Pérez vendió a la francesa Vinci en 2021.
Entre las sociedades promovidas por Aleph que son 100% propiedad de Galp están Ictio Solar Orion SLU, promotora de un parque de 150 MW en Torrecillas de la Tiesa y Aldeacentenera, Cáceres, que recibió declaración de impacto ambiental (DIA) favorable del Ministerio para la Transición Ecológica en mayo de 2022.
Ese mismo mes, Galp anunció la puesta en marcha en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) de tres plantas por la misma potencia, troceadas en tres parques de 49,5 MW cada uno, los proyectos Ictio Alcázar I, II y III, que Aleph Capital promovió en esa localidad manchega.
Otros proyectos de menor potencia que también promovió Ictiocentauros y ahora están en manos de Galp son uno en Toledo capital con 49,9 MW y 26,5 millones de inversión, o “Ictio Almaraz”, en Belvís de Monroy, Saucedilla y Almaraz (Cáceres), que tramitó Ictio Solar Perseus.
Multiplicar por 37
El administrador de Ictiocentauros y sus filiales es Eduardo Aguado, socio y consejero delegado de Aleph Capital, que en su web explica que lleva invirtiendo en proyectos de renovables desde 2005, a través de fondos en España, México e Italia. El primer fondo, centrado en España, fue Aleph Sun Capital, lanzado en 2005 para tramitar una fotovoltaica de 30 MW en Olmedilla (Cuenca), con una inversión de un millón de euros que multiplicó por 37 en 2007.
Tras estas sociedades está Cartival, el holding de Jaime Botín y sus hijos. En los últimos años el banquero jubilado de 87 años ha acumulado varios encontronazos con la justicia. Como es conocido, el expresidente de Bankinter y tío de la actual presidenta de Santander, Ana Botín, fue condenado en 2020 a tres años de prisión y una multa de 91,7 millones por contrabando tras intentar sacar ilegalmente un Picasso de España. Eludió la cárcel por motivos de salud.
Otro proceso fue el que afrontó tras defraudar a Hacienda con la compra de un avión privado mediante un esquema con varias sociedades offshore que desveló elDiario.es en 2014. Hace unos meses, la Audiencia Nacional ratificaba en su mayor parte la sanción que la Agencia Tributaria impuso a su holding por deducirse cerca de 650.000 euros en gastos de seguridad privada de las viviendas de Botín y sus hijos.
El banquero es un habitual en los listados de mayores fortunas españolas, aunque no aparece en el último ranking de 100 mayores ricos del país que acaba de publicar Forbes. También es uno de los grandes terratenientes de España. En 2020, El Mundo le atribuía la propiedad de 8.557 hectáreas de cotos privados de caza en Ciudad Real, Cáceres y Madrid.
Varias de esas fincas están a nombre de El Retamoso de la Mancha 2 SLU, propiedad de Cartival y propietaria del 50% de Pista la Perdiz, SL, dueña de un aeródromo privado en Torre de Juan Abad (Ciudad Real). En las cercanías de ese municipio de unos 1.000 habitantes en el Campo de Montiel los Botín tienen cerca de 2.000 hectáreas de fincas.
Esa instalación para jets privados fue noticia en 2016. La Guardia Civil detuvo allí por presunto contrabando a un ciudadano helvético que pretendía introducir en España un cuadro valorado en 160.000 euros que había traído ilegalmente en avión privado desde Suiza.
El administrador de Pista la Perdiz SL es Javier Juan Medem de la Torriente, perteneciente a una acaudalada familia que tenía conexión directa con el dictador Francisco Franco. Medem gestiona la finca La Nava, un exclusivo alojamiento en un coto de caza en el vecino municipio de Castellar de Santiago, en las faldas de Sierra Morena, que desde hace años congrega a grandes fortunas nacionales e internacionales aficionadas a la cinegética.
“La Nava es la única organización privada de caza y eventos en España que cuenta con su propia pista de aterrizaje privada asfaltada desde donde operar vuelos nacionales e internacionales con cualquier avión ejecutivo”, destaca la finca en su web. En ella pueden leerse elogiosas reseñas del financiero Henry Kravis (cofundador del fondo de capital riesgo KKR) y el fallecido multimillonario francés Olivier Dassault.