Tener todos los servicios esenciales a 15 minutos de casa. Esta premisa, que ha puesto de uñas a la extrema derecha –que ve en ella una supuesta conspiración para encerrar a la gente en su entorno más próximo– es una realidad en la mayor parte de España. El 90% de los hogares situados en ciudades de más de 50.000 habitantes reconoce que dispone en su zona de servicios básicos como colegios, farmacias, centros de salud u hospitales, supermercados, así como bares y restaurantes.
Los datos provienen de la Encuesta de Características Esenciales de la Población y Viviendas que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística (INE). Una realidad de disponibilidad de servicios que, en cambio, cuando se mira el tiempo que se tarda en llegar tanto al puesto de trabajo como al centro de estudios, en muchas ocasiones, deja ver la exigencia de tener que desplazarse más allá de ese teórico radio de un kilómetro de distancia.
El concepto de la ciudad de 15 minutos parte del urbanista colombiano Carlos Moreno, entrevistado este sábado en elDiario.es. La idea de fondo la explica con una premisa de hiperproximidad que permite reducir los largos desplazamientos obligatorios para cubrir necesidades básicas y así limitar la dependencia del coche. “Hablamos de servicios básicos. Vivir en la ciudad no es solo alojarse. Es acceder a tus compras, a un trabajo, con menos desplazamientos engorrosos, con mejor acceso al cuidado de la salud, a la educación, la cultura...”, explica. Una idea aparentemente simple, la de tener todo lo esencial cerca, que es vapuleada por la extrema derecha, que la liga a una supuesta conspiración medioambientalista.
Esta misma semana, el portavoz político de Vox, Jorge Buxadé, aseguró que “el tema medioambiental es una excusa, quieren impedir que podamos pasear por las calles, quitarnos el sentido de pertenencia a un lugar” a través de lo que denominó “agenda globalista”. “No vamos a comprar esa basura”. Críticas como estas han subido de tono en las últimas semanas –espoleadas por una ola de bulos nacida del debate sobre la limitación de los coches en la ciudad de Oxford– y han llevado a Carlos Moreno, que es asesor de la alcaldesa de París Anne Hidalgo, a denunciar amenazas y mensajes de odio de grupos ultras.
España: los servicios básicos, a 15 minutos
Sin embargo, si se aterrizan los datos, esa ciudad de los 15 minutos, descontando los desplazamientos para trabajar, es una realidad en la amplia mayoría de las localidades españolas de mediano o gran tamaño (más de 50.000 habitantes), como se desglosa en el siguiente mapa. Este refleja el porcentaje de hogares que aseguran que disponen en su zona de colegios, farmacias, supermercados, centros de salud u hospitales o bares y restaurantes, según los citados datos del INE.
Este mapa permite ver cómo en los principales núcleos urbanos y en las áreas metropolitanas de las grandes ciudades es donde la amplia mayoría de hogares reconoce tener estos servicios básicos y de ocio en la zona en la que está ubicada su vivienda. Por ejemplo, en Madrid capital, el 100% de los hogares dice que dispone de farmacias próximas; un 98%, de restaurantes y supermercados; el 97%, de colegios y un 94%, de centros de salud y hospitales.
En Barcelona, un 99% tiene restaurantes y farmacias en su zona; un 98%, colegios; y un 97%, supermercados y centros de salud u hospitales. Estas son las cinco categorías que tiene en cuenta el INE para valorar los servicios e infraestructuras de las zonas donde están ubicadas la mayoría de las viviendas.
Estos porcentajes, sobre todo el relativo a los centros de salud disminuyen en gran parte de las capitales de provincia de menor tamaño. Como muestra, Teruel o Soria, donde el porcentaje de hogares con centro de salud u hospital próximos se reduce al 78%.
Si se analiza por comunidades autónomas se puede comprobar que, en la mayoría de territorios, los porcentajes más altos están vinculados a servicios de restauración, seguidos por las farmacias, como se puede ver en la siguiente gráfica.
En cambio, los porcentajes más bajos, en un análisis territorializado, se encuentran en los supermercados y, sobre todo, en los centros de salud y hospitales. En cuanto a los primeros, destaca Castilla y León, donde el porcentaje de hogares que tiene cerca este tipo de establecimientos se queda en el 74%, lejos del 95% de Madrid y el 92% de Illes Balears y Murcia.
De nuevo, Castilla y León está a la cola en la presencia de centros de salud y hospitales que están cerca del 75% de los hogares situados en ciudades de más de 50.000 habitantes. Solo está por detrás de Galicia (76%), Castilla-La Mancha y Canarias, ambas con un 80% de hogares próximos a estas infraestructuras sanitarias.
Que las ciudades de 15 minutos ya sean una realidad en España tiene mucho que ver con el desarrollo urbanístico del país, caracterizado por mucha densidad de población y con edificios en altura. Esto genera ciudades muy compactas que favorecen la disponibilidad de servicios. En este especial se explica, a partir de los datos del Catastro, por qué España vive en pisos y por qué hemos construido nuestras ciudades en vertical.
España es uno de los países del mundo en los que más porcentaje de población vive en pisos y apartamentos, según los datos de la OCDE. La concentración de población en poco espacio es incluso mayor que en países como Suiza, Alemania o Italia. Las ciudades españolas son densas y en la mayoría se registran densidades por encima de las 10.000 personas por kilómetro cuadrado construido.
El reto de reducir los desplazamientos para trabajar o estudiar
Los datos de la encuesta revelan que la infraestructura de la ciudad de los 15 minutos ya existe en la amplia mayoría de ciudades españolas. Un aspecto distinto es cómo se emplean y se utilizan esos servicios esenciales.
Si se analiza cuánto se tarda en ir a estudiar o a trabajar, la perspectiva de tener el trabajo, la escuela o la universidad cerca de casa se diluye. Los datos que publica el INE permiten ver cuánto tiempo emplean las personas de 16 o más años en desplazamientos a su lugar de trabajo o centro de estudios, como se ve a continuación.
En la Comunidad de Madrid, 36 de cada 100 personas tienen que dedicar cada día más de una hora en ir y volver del trabajo o del centro de estudios; y 17 de cada 100, más de hora y media. En el extremo contrario, La Rioja, donde solo el 13% de los ciudadanos tarda más de 60 minutos en estos desplazamientos diarios.
Madrid y Catalunya son las dos comunidades con porcentajes más bajos de población que puede ir a trabajar o a estudiar en menos de 20 minutos: el 13% y el 23%, respectivamente. Donde menos se tarda, en Extremadura. En esta comunidad casi 4 de cada 10 ciudadanos mayores de 16 años tardan menos de 20 minutos, por delante de Castilla-La Mancha y La Rioja, donde el 34% emplea ese mismo tiempo.
En cuanto a cómo se va al trabajo o a estudiar, en este artículo se analiza –también en base a la misma encuesta del INE, que el organismo público ha publicado en dos etapas– que solo en Madrid, Barcelona y Bilbao se usa más el transporte público que el coche para ir a trabajar y estudiar. En la primera es el 43% de los encuestados, mientras que en Barcelona es el 41% y en Bilbao, el 37%. Y solo hay una ciudad donde la mayoría de los mayores de 16 años acude andando. Se trata de Cádiz, con el 38%, frente al 31% que va en coche y el 20% que acude en transporte público.
Esta necesidad de desplazarse también está ligada a la tenencia de coches, que permite realizar una clasificación de ciudades españolas con más vehículos por hogar. Como se ve a continuación, cuatro localidades madrileñas están en el top 5 de ciudades de más de 50.000 habitantes con un mayor peso de viviendas donde sus ocupantes tienen uno o más coches, con porcentajes que rozan o superan el 90%. Se trata de Boadilla del Monte, Rivas-Vaciamadrid, Las Rozas y Pozuelo de Alarcón.
Precisamente, dos de ellas, Pozuelo y Boadilla, ocupan los primeros puestos de localidades con renta media por hogar más alta. En la primera, los hogares manejan una media de 90.902 euros anuales. En el extremo contrario en cuanto a vehículos por familia o convivientes, tres ciudades catalanas son las que menos coches tienen por vivienda. En Santa Coloma de Gramenet, el 54% de los hogares tiene coche; en L'Hospitalet de Llobregat es el 55%; y, en Barcelona, el 61%.
El impacto de la gestión política en Madrid
Si se pone el foco en la Comunidad de Madrid, los sucesivos gobiernos del PP han ido en dirección opuesta a la iniciativa urbanística para impulsar las ciudades de los 15 minutos. La medida aprobada por Esperanza Aguirre en 2013 para favorecer la supuesta libre elección de centro educativo o sanitario ha provocado un aumento de los desplazamientos en la región. “Los madrileños llevamos años escogiendo en libertad médico, hospital o colegio, y disfrutando de la libertad de horarios comerciales, conquistas de los españoles que hoy son derechos”, presumió precisamente la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, sobre esta norma durante el acto por el 40 aniversario del Estatuto de autonomía.
Según un estudio publicado en 2018, aquellas medidas de deslocalización que permiten a las familias elegir el colegio público o concertado preferido sin límites espaciales al eliminar las antiguas “zonas de escolarización”, han tenido efectos sobre la movilidad en el centro de Madrid. La distancia media entre las casas familiares y los colegios aumentó en 180 metros entre 2010 y 2016, según el estudio Effects of School Choice on Students' Mobility: Evidence from Madrid, realizado por el economista David Mayor Alcaraz. El número de familias que optaron por un centro fuera de su distrito pasó de 3.240 a 5.200 entre 2010 y 2016. Un 15%. Y la proporción de padres y madres que optaron por un centro que no está en su distrito creció un 33%.
Otro de los problemas que tiene Madrid en muchos casos para implantar estas mini urbes dentro de las ciudades, es la falta de los servicios públicos esenciales en los barrios, uno de los motivos también de que Aguirre apostase por ese modelo de “libre elección” que el PP vendió como un símbolo de libertad. Madrid creció rápidamente en la periferia pero no así sus servicios públicos. Barrios enteros, como el de Butarque en Villaverde que cuenta con 20.000 habitantes, llevan 17 años esperando un centro de salud. Sus vecinos tienen que hacer desplazamientos de hasta 45 minutos para poder ser atendidos por un médico de familia.
Una de las consecuencias de este modelo ha sido un aumento de la desigualdad. Madrid es la comunidad autónoma de España cuyas aulas están más segregadas por nivel socioeconómico. La apuesta por la educación concertada frente a la pública –Madrid es la región que menos invierte en educación pública– ha ayudado a hacer el resto del trabajo.
Los problemas de los municipios
El INE también pregunta a los ciudadanos cuáles son los problemas más comunes en las zonas donde viven. Los principales: el ruido, la escasa limpieza en las calles y falta de zonas verdes.
Como se ve a continuación, cuanto más grande es la localidad, más se acrecenta la percepción de que hay un problema con el ruido y la poca limpieza de las calles. También, de delincuencia y contaminación.
Sin embargo, en las ciudades más pequeñas tiene más peso la falta de comunicaciones, que preocupa casi a un 20% de los ciudadanos, mientras que solo se queja de eso el 8% de quienes viven en ciudades de más de medio millón de habitantes.
Quienes más ponen el foco en la falta de limpieza son los ciudadanos de la localidad gaditana Sanlúcar de Barrameda, más de 6 de cada 10 hogares. En Madrid, son el 40%, prácticamente igual que en Sevilla o en Barcelona.
Los que más echan en falta las zonas verdes, quienes viven en Arrecife (Lanzarote) y Ceuta, más del 55% de los hogares. Y más de la mitad de las viviendas tiene un problema con el ruido exterior en L'Hospitalet de Llobregat, Las Palmas de Gran Canaria, València y Barcelona.
Esta Encuesta de Características Esenciales de la Población y las Viviendas (ECEPOV) del INE tiene un tamaño muestral de más de 172.444 viviendas, en todo el territorio nacional, en las que residen 424.493 personas.
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