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Ni el mejor año del turismo salva a Sarasola: Room Mate registró pérdidas de 7,4 millones en 2019

Analía Plaza

20 de enero de 2021 22:58 h

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Room Mate, la empresa hotelera fundada y presidida por Enrique Sarasola, no gana dinero ni aunque en España haya más turistas que nunca. La compañía anotó pérdidas de 7,4 millones de euros en 2019 para una facturación de 40 millones, frente a los 5,8 millones de pérdidas y 35 millones de facturación de 2018. Las cuentas, recién depositadas en el Registro Mercantil a las que ha tenido acceso elDiario.es a través de la plataforma Insight View, reconocen que fue el mejor año en la historia del turismo español, pero no explican el porqué de estos malos resultados. 84 millones de turistas internacionales visitaron nuestro país entonces, antes de que la pandemia reventara al sector.

Room Mate opera 26 hoteles: 14 en España a través de Room Mate S.A y el resto fuera, a través de sociedades dependientes del grupo. Las cuentas a las que aquí nos referimos son las de la sociedad española. A falta de que presenten las consolidadas, el documento avanza que casi todas las demás sociedades siguen en pérdidas. Las únicas que se salvan son las correspondientes a los hoteles de Ámsterdam e Italia. “En positivo siguen destacando hoteles como Aitana, en Ámsterdam, y Giulia, en Milán, que consiguen batir nuevamente sus resultados del año anterior”, destaca la memoria.

La ocupación media de los hoteles alcanzó el 84,8%. El precio medio de una habitación fue de 142 euros. Y el ingreso medio por habitación (es decir, el rendimiento que le saca la empresa a cada una de las habitaciones que explota) de 123 euros. ¿Qué falla entonces? Los precios altos de los alquileres, de personal, de alta dirección (un millón de euros anual) y un ambicioso plan de expansión. Room Mate no ha respondido a una solicitud de información de este diario.

El grupo Room Mate lleva años siendo un lastre económico, sostenido gracias a la inversión de ROSP Corunna, la empresa de participaciones empresariales de Sandra Ortega, hija de Amancio Ortega y heredera de la fortuna de su madre, Rosalía Mera. ROSP posee el 30% del accionariado. Su presencia es clave para que los bancos presten dinero, porque saben que si todo falla hay una garantía detrás. Room Mate debe 102 millones en préstamos y pólizas de crédito a distintas entidades. En 2019, firmó un nuevo préstamo de seis millones con Abanca y amplió el vencimiento de un préstamo de 54 millones con Citi Bank de 2020 a 2024.

En ROSP ha habido cambios recientes que pueden afectar al futuro del grupo hotelero. La hija de Amancio Ortega destituyó el pasado mes de noviembre al máximo responsable de controlar su fortuna, José Leyte Verdejo, por pérdida de confianza. El apoyo constante a Room Mate pese a sus malos resultados es una de las decisiones más controvertidas que tomó este ejecutivo y uno de los motivos por los que Ortega podría haberle cesado.

La marca Room Mate, valorada en 25 millones

El patrimonio neto —el valor de la empresa, la diferencia entre lo que tiene y sus deudas— de Room Mate lleva casi una década en negativo, lo que técnicamente indicaría que está en quiebra. En 2019, Room Mate pasó de 32 millones de patrimonio negativo a 14 millones. La compañía aumentó sus recursos propios al valorar la marca Room Mate en 25 millones de euros. Hasta entonces no era de su propiedad, sino de Sarasola. El empresario la poseía a través de Castaño 55, una sociedad perteneciente a su compañía Tafay.

A mediados de 2019, la junta aprobó una ampliación de capital junto a una prima de emisión de 25 millones mediante la cual Sarasola aumentaba sus acciones y porcentaje en Room Mate. Lo hizo gracias a la aportación de esta marca. La valoración “fue realizada por un tercero independiente”. ¿En qué se basó? Según se desprende de las cuentas, de ciertas hipótesis de crecimiento: se preveía que aumentaran tanto los ingresos de los hoteles como su nivel de ocupación en los próximos años. Sin embargo, es una valoración previa al coronavirus.

Room Mate tiene a más de 400 empleados en ERTE hasta marzo de este año. En julio, cuando terminó el primer estado de alarma y se recuperó cierta normalidad, Sarasola fue noticia por abroncar en vídeo a los trabajadores. Según dijo, algunos ponían excusas para no volver a trabajar. “Señores, ¿qué narices es esto?”, se le escuchó decir en un vídeo publicado por El País. “¿Qué narices estáis diciendo, que estáis en la playa...? Señores, no estáis de vacaciones. Estáis en un ERTE. Y encima os estamos complementando el sueldo. Como yo me entere de que alguien vuelve a poner una sola excusa para incorporarse al trabajo mi actitud va a cambiar radicalmente”.

El empresario recalcó que Room Mate llevaba meses ingresando “cero”. Y que justo por eso durante el confinamiento había hecho 'precio amigo' a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, dejándole dos apartamentos de lujo en el centro de Madrid a 80 euros la noche. “¡Conseguir una clienta y que esté dos meses y me reporte 5.000 euros!”, dijo en televisión. Las cuentas de 2020 reflejarán ese pequeño negocio, pero es de esperar que las pérdidas se disparen aún más.

De momento, la crisis del coronavirus obligó a Be Mate Community, la deficitaria empresa que centraliza el negocio de alquiler de apartamentos de Sarasola, a pedir a su matriz holandesa una nueva inyección de 3 millones de euros para “sanear” la precaria situación financiera que ya arrastraba antes de la pandemia. La aportación ha llegado tras renegociar los 3,4 millones en préstamos que le concedió el Gobierno de Mariano Rajoy en 2015, poco después de crearse. Buena parte estaban vencidos o a punto de hacerlo.