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Hasta esta semana era el club de Clemens Tönnies, magnate de la industria cárnica. Uno de sus mataderos es el foco de COVID-19 más grande de Europa. Clemens Tönnies ha sido el hombre fuerte del Schalke 04 durante las casi dos décadas en las que ha estado al frente del Consejo de Vigilancia del club. A sus despachos, Tönnies, un magnate de la industria cárnica con una fortuna valorada en unos 2.000 millones de euros, entró en los años noventa.
La crisis de la COVID-19, en la que uno de sus mataderos se ha convertido en lo que se conoce aquí como “el mayor brote de Europa”, lo ha terminado sacando del equipo de fútbol. Este miércoles se anunciaba su salida del club, al que deja en una situación financiera delicada.
Tanto es así que ahora se estudia la posibilidad de que el Gobierno conservador de Renania del Norte-Westfalia, Land del oeste alemán en que se encuentra Gelsenkirchen, la ciudad del Schalke 04, inyecte 40 millones de euros en las cuentas del equipo.
Al Schalke 04 se le conoce en Alemania como el tercer gran equipo de la Bundesliga, la liga de fútbol profesional de Alemania. En importancia, sólo está por detrás del Bayern de Múnich, el más laureado en el país de la canciller Angela Merkel, y del Borussia de Dortmund. Habitual de las grandes competiciones europeas, en las filas del Schalke 04 recaló al final de su carrera Raúl González Blanco, leyenda española del Real Madrid.
Sin embargo, esta temporada el Schalke 04 ha terminado en el puesto 12º de la clasificación liguera, muy por detrás del Bayern de Múnich y compañía. Peor aún es que la ausencia de público por la pandemia haya dejado al equipo sin una de sus fuentes de ingresos más importantes.
En su estadio, el Veltis Arena, caben algo más de 62.200 personas. Pero sin la venta de entradas ni perspectivas de grandes contratos televisivos por no poder competir en Europa el año próximo, sus responsables confiesan que la existencia del club está en peligro. De ahí que esté sobre la mesa la posibilidad de que los responsables políticos de Renania del Norte-Westfalia acaben rescatando al equipo.
El diario económico Handelsblatt ha sido el primero en informar sobre el eventual 'rescate' de Armin Laschet, presidente de Renania del Norte-Westfalia y uno de los aspirantes más serios para liderar la Unión Cristiano Demócrata (CDU), el partido de Angela Merkel. “¿Ayudas del estado para el Schalke 04?”, se interrogaba dicho periódico un día antes de la salida de Tönnies de los despachos del equipo.
El Handelsblatt habla de “garantías” económicas del Gobierno del Land, el más poblado de Alemania, para ayudar a un club donde “la mala gestión” ha sido algo “crónico”. Al parecer hay 200 millones en obligaciones financieras que pesan sobre un club que cerraba el ejercicio de 2019 con 26 millones de pérdidas. “La ayuda de Laschet es muy bienvenida”, según describía el diario económico el estado de ánimo del club ante el eventual apoyo público.
En España también ha surgido la polémica porque varios equipos de fútbol utilizaron las ayudas públicas en forma de avales del Estado. Tanto el Real Madrid como el FC Barcelona habrían pedido avales del Instituto de Crédito Oficial (ICO) para obtener créditos de 200 millones de euros con los que tener liquidez para pagar a sus jugadores, según publicó El Confidencial.
Las ayudas al club que ha estado gestionado por Clemens Tönnies todos estos años no se termina de ver con buenos ojos. Especialmente ahora que al magnate de la carne se le ve como principal responsable de un brote de coronavirus con algo más de 1.550 casos positivos en su matadero de Rheda-Wiedenbrück.
Al igual que en otros mataderos del país, las condiciones de trabajo en Tönnies dejan mucho que desear. Los sindicatos las describen como propias de una “industria enferma”. En cualquier caso, el brote de Rheda-Wiedenbrück ha supuesto para dos regiones de Renania del Norte-Westfalia la vuelta de las medidas más agresivas de distanciamiento social impuestas en el país para evitar la propagación de la COVID-19. “Llevamos a cabo una prohibición del contacto [entre personas] como la de marzo”, según ha explicado Laschet.
A Laschet, que pasó en abril por ser el principal defensor de la relajación de las medidas de distanciamiento social para poner en marcha la economía se le llama ahora “reconfinador”. Tönnies, por su parte, ha pasado a ser la “oveja negra del debate sobre el coronavirus”.
Con esos términos lo ha descrito en el popular diario Bild Sigmar Gabriel, ex vicecanciller alemán, otrora líder de los socialdemócratas germanos y ahora consultor que ha estado hasta hace nada al servicio del magnate de la carne alemana. Gabriel cree que Tönnies está recibiendo un trato público “exagerado”. Pero tal vez lo sean también los 10.000 euros mensuales que el propio Gabriel ha recibido en los primeros tres meses de este año a cambio de asesorar a la compañía del industrial cárnico.
Más razonables resultan las dudas que han generado las ayudas de 40 millones de euros para el Schalke 04. “La política envía una señal equivocada”, según editorializaba sobre la cuestión el influyente diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung.
“La tradición futbolística es una cosa muy bonita, pero no es relevante para el sistema”, escribía esta semana a cuenta de la situación del Schalke 04 Michael Ashelm, experto futbolístico del periódico de la capital financiera alemana. Otras grandes empresas del país que han recibido ayudas públicas, como recientemente la compañía aérea Lufthansa, por ejemplo, han sido 'rescatadas' con dinero del estado tras haber sido golpeadas por la COVID-19.
Por lo visto, el caso del Schalke 04 es diferente. “Las miserias” no tienen que ver con el coronavirus, sino con la gestión que precedió a la pandemia, según Ashelm. El señalado aquí es Clemens Tönnies, alguien cuya gestión en los mataderos de su empresa ha terminado generando una gran crisis de confianza con las autoridades sanitarias de Renania del Norte-Westfalia.
De hecho, éstas últimas han confesado tener una “confianza cero” en Tönnies, en vista del brote de 1.550 trabajadores positivos por COVID-19 en Rheda-Wiedenbrück. Mientras la prensa económica habla de “grandes daños para la imagen” de su empresa, en el Schalke 04 se ha despedido de Tönnies en un clima protestas contra el empresario. Está por ver si el dinero de los contribuyentes termina tapando los agujeros de su gestión.
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