“Creo que el carbón tiene poco futuro”, ha señalado este viernes la nueva ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, preguntada por qué cabe a esperar para esta tecnología, lo que confirma su compromiso con el cierre de las centrales eléctricas que utilizan esta fuente. Una opción que el anterior Gobierno intentó torpedear por la vía del decreto y que puede levantar ampollas entre algunos barones socialistas.
En una entrevista en La Sexta tras el Consejo de Ministros, Ribera ha dicho que “es muy difícil pensar” que el carbón pueda persistir en el futuro y ha apostado por articular “alternativas que puedan ser atractivas” para las “comarcas con monocultivo como pueden ser las minas o las centrales térmicas”.
Ribera también ha dado por finiquitado el denominado “impuesto al sol” que creó el anterior Gobierno (aunque nunca ha llegado a aplicarse porque no se aprobó el reglamento correspondiente) para favorecer el autoconsumo eléctrico, una solución que se está facilitando en el resto de países“. ”Nuestros recursos son el sol, fundamentalmente, y el viento“, ha subrayado.
“Yo creo que el cierre de las centrales nucleares está implícito en el momento en que se abren”, ha señalado Ribera, preguntada por el calendario de cierre de estas plantas. No obstante, la ministra no ha precisado fechas, ha abogado por una “gestión ordenada” del apagón nuclear y se ha limitado a recordar que estas plantas “están diseñadas para tener 40 años de vida útil”, algo que ocurrirá a lo largo de la próxima década.
Previamente, en otra entrevista en Antena 3, Ribera ha señalado: “No creo que el coste de las nucleares sea menor simplemente porque tengamos que abordar más residuos nucleares o porque tengamos que abordar más seguridad por su prorroga y funcionamiento en el tiempo”.
Ribera también ha sugerido que una “actualización” del sistema de fijación de precios de la electricidad (en el que todas las tecnologías cobran lo mismo) es algo que “probablemente tengamos que abordar en el futuro próximo” porque “el recibo de la luz hoy refleja cosas que hay que revisar y actualizar”.
“En gran medida el sistema de fijación de precios de la electricidad podía ser uno hace 20-30 años en el que más o menos todo costaba más o menos lo mismo y los generadores eran pocos, y hoy ya no es así. Hoy ya tenemos opciones muy distintas. Con productores que emplean tecnologías muy diferentes, con costes muy diferentes. Y unificar todo eso en el sistema que tenemos en la actualidad pues a veces genera distorsiones que hacen que parezca que resultan muy caras algunas solucuinoes como las renovables”, cuando en realidad existen “márgenes diferentes en cada una de las tecnologías” y “costes ambientales que se socializan”.