La negociación decisiva del futuro de las pensiones arranca el próximo lunes
El lunes 12 de septiembre se retoma la negociación sobre la reforma de pensiones. El Ministerio de la Seguridad Social ha citado a los agentes sociales, sindicatos y patronales mayoritarios, a una reunión de la mesa de diálogo ese día por la mañana, según explican fuentes de la negociación a este medio. La reapertura del debate es muy esperada, con mucha expectación por la propuesta del Gobierno sobre los dos cambios que cerrarán la reforma: los años que se tienen en cuenta para el cómputo de la pensión y el aumento de lo que cotizan los salarios más altos.
La reunión del próximo lunes, salvo imprevisto, se celebrará para dar inicio al último bloque de la negociación sobre pensiones. Una vez la Seguridad Social logró cerrar en julio con un amplio acuerdo la reforma en la cotización de los autónomos y han finalizado las vacaciones de verano, el Gobierno llega al último capítulo de su reforma de pensiones, que incluyó en el Plan de Recuperación pactado con Bruselas.
Aunque en varias ocasiones estos primeros encuentros del diálogo social se ciñen a una toma de contacto entre las partes, puede que en esta ocasión la Seguridad Social acuda a la mesa ya con papeles. El ministro José Luis Escrivá anunció a mediados de agosto que su departamento presentaría la propuesta del Ejecutivo “a principios de septiembre”.
No hay mucho tiempo que perder. El Ministerio debe negociar los dos cambios, algo controvertidos para los agentes sociales (por distintos motivos), y llevarlos al BOE antes de que termine el año. El calendario pactado con Bruselas establece que ambas cuestiones deben aprobarse en el último cuatrimestre de 2022 y su cumplimiento está ligado a nuevas entregas de fondos europeos por la pandemia.
Último bloque de cambios
La propuesta del Ministerio sobre los cambios pendientes es muy esperada porque ambas medidas han generado recelos en los agentes sociales y también polémicas internas en el Gobierno. Tras muchos rumores, llega el momento de que el Ejecutivo presente qué quiere hacer con los años que se tienen en cuenta para calcular la pensión futura y cuánto quiere aumentar la cotización de los sueldos más elevados (y, en consencuencia, la pensión máxima).
Sobre los años de cómputo, en estos momentos se sitúa en los 25 últimos años de carrera laboral. Estos son los que se tienen en cuenta para calcular la jubilación. Ahora, el Gobierno ha acordado con Bruselas su revisión ante la existencia de “nuevas carreras laborales” menos continuas, según ha explicado Escrivá. En sus declaraciones al respecto, el ministro ha advertido de que “hay distintas combinaciones posibles”, como la ampliación de los años para el cómputo junto a la posibilidad de excluir ciertos años, así como una mejora de cómo computan las llamadas “lagunas de cotización” (años sin trabajar en la carrera laboral).
Al igual que con la reforma de los autónomos, en el Ministerio han insistido en que una posible ampliación de estos años no tiene fines recaudatorios. Sin embargo, en los sindicatos han advertido de sus recelos sobre la medida porque, aunque en algunos casos hay personas que se verían beneficiadas (como personas desempleadas al final de su vida laboral), también podría ocasionar una reducción de la pensión media. Todo depende de su letra pequeña.
Ahora, es momento de desvelar las cartas del Ministerio y de hacer números entre todas las partes. “Hemos estimado que un 30% personas ya no tienen esas carreras laborales lineales que había antes, que iban de menos a más”, afirmó recientemente el ministro Escrivá.
Por otro lado está el aumento de lo que cotizan los salarios más elevados, ahora con un tope en los 4.139,40 euros mensuales. Por encima de esa cantidad, los salarios no cotizan a la Seguridad Social, con una lógica ligada a que las pensiones públicas también tienen un máximo (2.819,5 euros al mes). En este punto, las mayores reticencias parten de los empresarios. Tanto por pagar más a la Seguridad Social por sus trabajadores, como por pagar más ellos mismos (al estar situados en estas franjas de remuneración más elevadas).
El llamado 'destope' de las base máximas de cotización es una medida muy reclamada por Unidas Podemos en materia de pensiones y que también ha generado algunas tensiones y confusiones con la parte socialista del Gobierno. De nuevo, ahora ha llegado el momento de exponer hasta dónde se quiere llegar con este destope y cómo de acompasado irá al aumento de la pensión máxima.
El ministro José Luis Escrivá ha insistido en que el aumento de esta cotización se aplicará de manera muy progresiva, como otros cambios ya aprobados. En concreto, los documentos pactados con Bruselas en el Plan de Recuperación recogían un periodo de 30 años para este incremento.
Además, habrá que ver si la mesa de diálogo social vuelve a tratar en el tramo final de la negociación el 'Mecanismo de Equidad Intergeneracional' (MEI). Bruselas mantiene dudas con el mecanismo, que sustituyó al factor de sostenibilidad del PP.
El ministro Escrivá ha explicado que su departamento está trabajando en esta cuestión y sigue defendiendo lo que denomina como 'regla semiautomática' (acordar una cotización adicional temporal y dejar otras medidas para más adelante, al Gobierno que esté en el poder en 2032) frente a las automáticas de muy largo plazo que prefieren las autoridades europeas. En caso de no convencer a la Comisión, el MEI podría volver a la mesa de negociación, de donde salió solo con un acuerdo con los sindicatos.
3