¿Cómo pasar de una deuda del 120% y un déficit de más del 10% a una deuda del 60% y un déficit del 3%? De momento, la norma que establece esos topes, el Pacto de Estabilidad y Crecimiento está suspendido por la Comisión Europea. Hay barra libre para el gasto público: los Estados que más tienen más pueden gastar –con el riesgo que eso supone para el mercado interior en cuanto a ayudas públicas– y los que más desequilibrio fiscal tenían pueden eludir procedimientos de infracción –como España, Italia, Grecia o Francia–.
La duda que planea por encima de todas las cabezas es: ¿Hasta cuándo?
La Comisión Europea, igual que activó la cláusula de escape para suspender las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, será la que posteriormente lo reinstaure. El comisario europeo de Finanzas, Paolo Gentiloni, decía recientemente en Financial Times: “La discusión tendrá lugar en los próximos meses, pero si todavía estamos en una recesión económica severa, tendremos que mantener esta cláusula de escape general activada”.
En sus últimas previsiones, la Comisión Europea auguró que la economía de la eurozona se contraería un 7,8% este año antes de crecer un 4,2% en 2021 y un 3% en 2022. Para el cuarto trimestre de 2022, España e Italia serán los más rezagados en alcanzar sus niveles de producción anteriores a la crisis, según muestran las previsiones, seguidos por los Países Bajos, Croacia y Bélgica.
Gentiloni explicaba que mandó un mensaje a los Estados miembros para que hicieran “todo lo necesario durante el tiempo que sea necesario para apoyar sus economías”. Y añadió: “La recuperación se ha interrumpido y entraremos el año que viene con un nivel de actividad económica muy, muy baja”.
“La recuperación en forma de V es una ilusión”
El comisario reconoció: “La idea de una recuperación en forma de V es una ilusión y nunca creí en ella. La cláusula de escape general permanecerá vigente [durante] todo el 2021. Pero eso no significa que a partir del 1 de enero de 2022 desactivará”.
Mientras que los 27 Gobiernos de la UE acordaron un reglamento sobre el fondo de recuperación de la UE –la parte de los 672.000 millones que gestionarán los programas nacionales de los 750.000 totales; el resto va a programas de la Comisión Europea– que mantenía la vinculación con estas reglas fiscales suspendidas hasta el punto de prever una hipotética suspensión de los fondos en el caso de incumplimiento del Pacto de Estabilidad. Un pacto que ahora está suspendido pero que, como decía Gentiloni, puede regresar en algún momento de 2022.
Sin embargo, en la posición acordada con la que llega la Eurocámara a las negociaciones, que han empezado este viernes, el vínculo del fondo con la obligación del cumplimiento de las normas fiscales europeas –artículo 9– se suprimió, y se sustituyó por un mecanismo de revisión por el cual se encarga a la Comisión Europea presentar una nueva propuesta legislativa sobre la forma de articular el Reglamento con las normas fiscales una vez que se suprima la cláusula de salvaguardia general del Pacto de Estabilidad.
Según publicaba recientemente el HuffPost Italia, “el PP europeo en la Eurocámara, liderado por el alemán Manfred Weber, está retrasando la aprobación de todo el paquete, que debería votarse en sesión plenaria a finales de noviembre. La razón hay que buscarla en los enfrentamientos internos dentro de los populares, la mayor familia política de Europa que también incluye a la CDU de Angela Merkel, enzarzada en la disputa interna por la sucesión a la canciller. Y una vez más, la clave es la austeridad”.
“Weber está empezando a usar excusas para intentar retrasar la ratificación del marco financiero plurianual [presupuesto de la UE 2021-2027] y también introducir condicionalidad macroeconómica en el fondo de recuperación”, explican fuentes parlamentarias. La discusión está en que se pueda ratificar ya en Parlamento Europeo lo acordado –el presupuesto, el mecanismo del Estado de Derecho y la creación de nuevos impuestos comunitarios (recursos propios)– y, posteriormente, el reglamento del fondo una vez concluyan las negociaciones. Si se quiere esperar, podría dilatarse aún más la entrada en vigor del fondo de reconstrucción.
“Tenemos urgencias”, reconoce la negociadora socialista, Eider Gardiazabal: “Ya que tenemos el paquete inicial, vamos a aprobarlo y así podemos darnos un poquito de margen para el reglamento del fondo, no podemos retrasar todo por eso y tampoco tendría sentido para los intereses del Parlamento Europeo reducir los plazos de negociación. Queremos votar ya el paquete inicial, pero hay que esperar a que lo vote el Consejo [los Gobiernos], que lo tiene que ratificar y luego vamos nosotros. Pero no queremos retrasar lo que ya está negociado, y esperemos que no sea una táctica para pasar por encima de la posición del Parlamento Europeo como el semestre europeo y macrocondicionalidad, sería una deslealtad de reabrir el acuerdo y no defender lo que hemos acordado”.
“Las cosas están bien”, dicen fuentes populares europeas, “y al final está por ver si lo quienes lo terminan bloqueando son Polonia y Hungría en el Consejo por el mecanismo del Estado de Derecho. Otra cosa es el fracaso del intento de los socialistas de intentar usar el reglamento del fondo de recuperación para enterrar las reglas del Pacto de Estabilidad para siempre, cuando el propio Gentiloni ha vuelto a decir que están suspendidas y ya se verá en 2021 para el año siguiente, lo que coincide al 100% con la posición del PPE. Otra cosa será negociar eso con el Consejo, donde los frugales tienen más voz e influencia que en el Parlamento Europeo”.
En efecto, los primeros ministros de Polonia y Hungría, Mateusz Morawiecki y Viktor Orbán, han enviado sendas cartas a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen y al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en las que insisten en su rechazo al acuerdo que vincula fondos europeos al Estado de Derecho.
Ni Hungría ni Polonia pueden vetar este mecanismo, pues se puede aprobar por mayoría cualificada, pero sí que pueden usarlo para bloquear el paquete completo, que incluye el presupuesto comunitario para los próximos siete años y el fondo de recuperación.
Morawiecki, que también ha mandado la carta a la presidencia de turno de la UE, la canciller alemana, Angela Merkel, defiende que “no puede aceptar” el mecanismo porque “conduce a una primacía de criterios políticos y arbitrarios”.
“Si se adopta el borrador elaborado por el Parlamento Europeo y la presidencia alemana que incorpora un mecanismo de condicionalidad y estado de derecho en el presupuesto de la UE, haremos de la UE una Unión Soviética”, ha dicho por su parte Orbán.
Influencia de los 'frugales'
Los eurodiputados holandeses, daneses, finlandeses, suecos y austriacos no son tan influyentes como los cinco jefes de Gobierno en una habitación con 27. Y los frugales lo han dejado claro desde el principio: incluso la negociación del MEDE sanitario en primavera fue durísima para que la única condicionalidad tuviera que ver con gastos relacionados con la pandemia. Y el fondo de recuperación se negoció en cinco días porque Holanda y autodenominados frugales sólo querían créditos –no transferencias ni subvenciones– y exigían controlar el destino de los fondos así cómo aumentar las condicionalidades económicas.
Con una vacuna en el horizonte y el presupuesto europeo encarrilado, la batalla abierta en la UE tiene que ver con las reglas fiscales, con volver o no volver o cuándo volver a los límites de deuda y gasto. Y, en eso, el sur siempre va a tener enfrente a Holanda y sus aliados (y viceversa).