Las nuevas hipotecas alcanzan el precio más caro en los últimos ocho años
Miles de hogares miran cada día de manera cercana la evolución del euríbor. De este índice depende su presupuesto mensual y el porcentaje de sus ingresos que se va a pagar la hipoteca. Pero no solo las familias ya endeudadas miran con preocupación la evolución de este coste, también aquellos que buscan adquirir una vivienda y que constatan cómo mes tras mes les es más caro endeudarse para comprarla. Así lo constatan las estadísticas del Banco de España, que apuntan a que el precio medio de las nuevas hipotecas alcanzó en diciembre su nivel más alto desde 2014.
Más de ocho años han pasado desde entonces. La mayor parte de ese tiempo ha estado marcado por el abaratamiento, mes tras mes, de los préstamos hipotecarios. Los tipos de interés no dejaban de bajar y el euríbor, el índice de referencia para estos créditos, se situaba en territorio negativo. Sin embargo, 2022 produjo no solo un cambio de tendencia sino un crecimiento disparado del gasto. En apenas 12 meses se duplicó el coste de los nuevos préstamos.
El precio medio de una hipoteca en diciembre se situó en el 2,91%, frente al 1,38% de un año antes. Los registros siguen lejos de los que existían antes de la crisis financiera. En septiembre de 2008, cuando la economía se asomaba ya al colapso del sector financiero, los tipos de interés de las nuevas hipotecas rondaban el 6%, el doble del actual. Sin embargo, todo apunta a que esa brecha se irá acortando en los próximos meses. El euríbor cerró enero en el 3,3% y la expectativa de nuevas subidas de tipos del BCE apunta a un recorrido al alza que todavía puede mantenerse unos meses. Las subidas de enero provocaron un encarecimiento de 275 euros al mes en la hipoteca media de quienes la actualicen estas semanas.
Sin embargo, la subida de precios que más ha traído las hipotecas a la actualidad informativa es la de aquellas que ya están en vigor. El coste de la deuda viva de los hogares para la compra de vivienda llegó en diciembre al 2,13%. Hay que escalar un poco más en el tiempo, hasta el verano de 2013, para encontrar un nivel similar.
El coste de esta deuda tocó techo en el verano de 2021 y hasta marzo se benefició de un euríbor que se encontraba en negativo, beneficiando a todos aquellos que tenían préstamos a tipo variable. En apenas nueve meses, el coste casi se ha duplicado, a medida que se han ido produciendo las actualizaciones de los préstamos con el banco. Seguirá subiendo en 2023, ya que la banca asegura que se notará especialmente a lo largo de este año, cuando se actualiza la mayor parte de la deuda.
Este crecimiento acelerado llevó al Gobierno a presionar a la banca para crear un nuevo código de buenas prácticas que introdujese medidas de protección para los clientes más vulnerables. La confluencia de la subida acelerada de la hipoteca y el aumento de los precios por la inflación suponen un recorte fuerte en la renta disponible de los hogares con menores ingresos. Pero el debate no quedó ahí y se amplió la semana pasada, tras constatarse que la banca tuvo los mayores beneficios de su historia, con 20.800 millones acumulados entre las seis principales entidades del país.
Fue entonces cuando Unidas Podemos planteó la necesidad de congelar las hipotecas al nivel que tenían en julio del año pasado, cuando el BCE empezó a subir los tipos de interés. Esto se traduciría en un ahorro frente a las actualizaciones de los costes. Por ponerlo en contexto, en aquel mes, el coste medio de la deuda hipotecaria era del 1,35%, frente al 2,13% que había en el cierre del año. Esta propuesta ha chocado con el PSOE y con la propia banca, quienes abogan por estudiar la evolución que tiene el uso del código de buenas prácticas y su utilidad para solventar problemas de las familias con apuros económicos. “Tenemos que tratar de tomar las decisiones y adoptar las medidas que sean más adecuadas desde el punto de vista del interés general y que no generen un impacto colateral negativo o distorsionen también un tratamiento justo para el conjunto de los ciudadanos, en este caso aquellos ciudadanos que tienen una hipoteca tipo fijo y a tipo variable”, aseguró la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, este lunes.
Por el momento, la banca no ha percibido que exista un problema de morosidad en los créditos que tiene concedidos, y menos en el caso de las hipotecas. En noviembre del año pasado, último dato actualizado por el Banco de España, el nivel de los préstamos dudosos —con tres meses de impagos— ha alcanzado su nivel más bajo desde 2008, justo cuando arrancó la crisis financiera y esta magnitud se disparó.
Los préstamos de vivienda suponen la mayor parte de los créditos que conceden los bancos a los hogares y con ellos se juegan uno de sus principales negocios: al tiempo que aumentan los costes de las hipotecas, redundará en mayores márgenes de los bancos para aquellas referenciadas a tipo variable. Sin embargo, los últimos años han estado marcados por una gran intensidad en la oferta de créditos a tipo fijo con precios bajos. Estos clientes esquivarán esta crisis. Aquellos que los firmaron a tipo variable son los que sufren el encarecimiento que trae consigo la evolución del euríbor.
También se encarece el préstamo para empresas
Pero no solo las hipotecas se encarecen. Otro de los negocios de los bancos con los hogares es la financiación al consumo. Durante el mes de diciembre del año pasado, el tipo medio de estos créditos alcanzó el 7,12%. No fue el dato más alto del año, pero sí supuso un encarecimiento de más de un punto respecto al mismo mes del año pasado y un punto y medio más del mínimo histórico, alcanzado en noviembre de 2021. Sin embargo, en este negocio no hay que escalar tanto en el calendario para alcanzar límites similares, ya que éstos se encuentran en el periodo previo a la pandemia.
También las empresas están viendo que cada vez les cuesta más financiarse. El crédito a las sociedades no financieras tuvo un coste medio en diciembre del 2,67%. Se trata del precio medio más alto alcanzado desde la primavera de 2015. Aquí también el encarecimiento ha sido acelerado ya que en apenas seis meses aumentó en un punto.
Pese a la subida del coste, los bancos han tenido un año extraordinario en cuanto a la concesión de créditos a hogares. En total, fueron casi 100.000 millones de euros de financiación para las familias, según las estadísticas del Banco de España. Este registro no se alcanzaba desde 2013 y supuso un crecimiento del 20% respecto al año pasado. 65.000 millones fueron a la concesión de hipotecas, con un crecimiento de casi el 10% frente a 2021 y el mejor dato desde 2010. Los préstamos al consumo movilizaron casi 30.000 millones, un 5,2% más, aunque todavía sin alcanzar el nivel prepandemia.
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