La OCDE ha elevado dos décimas el crecimiento económico de España al 3% este año y otra más al 2,3% en 2025, pese al golpe de la DANA y pese a la debilidad de la eurozona, cuyo PIB (Producto Interior Bruto) avanzará en conjunto un 0,8% y un 1,3%, respectivamente, principalmente por el estancamiento de Alemania.
El ejercicio de proyecciones de la institución internacional da por cerrada la crisis de precios que se ha sufrido desde 2021. Según prevén los economistas de la OCDE, la inflación en España se quedará en el 2,8% de media este 2024, y se moderará al 2,1% el próximo ejercicio. Esta 'desinflación' será uno de los motores del crecimiento económico al aliviar el 'bosillo' de las familias.
Es decir, los salarios van a dar más de sí, uno de los motivos por los que se espera que “el consumo privado” aumente un 2,7% en 2024 y un 2,4% en 2025, junto con la fortaleza del mercado laboral y a “un mayor ahorro de los hogares”. La creación de puestos de trabajo reducirá el paro desde el 11,5% de este ejercicio al 10,9% el próximo año, y también incrementa el número de personas que trabajan en cada hogar, mejorando la renta de la que disponen cada mes.
Además, “la inversión se recuperará apoyada por menores costes de financiación [por las bajadas de los tipos de interés del BCE] y la implementación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia”, señala la OCDE.
El otro impulso al crecimiento es el sector exterior, y se apoya en el turismo, en las exportaciones de otros servicios [de consultoría, ingeniería, o relacionados con la tecnología, el gran cambio estructural de nuestra economía] y la menor dependencia de las importaciones de energía, según enumera el informe de proyecciones de la institución internacional.
Con estas proyecciones, la OCDE da por bueno el plan fiscal de España —en cumplimiento con los compromisos de la UE— de reducir el déficit (el desequilibrio entre los gastos y los ingresos públicos) al 2,5% en 2025 y al 2,1% en 2026, con un 'ajuste' o 'consolidación' de los Presupuestos de 12.000 millones en los próximos años.
“Las proyecciones suponen que el crecimiento del gasto público quedará restringido, mientras que las medidas contra la inflación introducidas en 2022 concluirán en 2024”, recoge el informe. Por otra parte, “el Gobierno ha anunciado un paquete de ayuda para las áreas afectadas por las inundaciones [provocadas por la DANA] de alrededor del 1,1% del PIB, del cual el 30% son avales”, recuerda. “El impacto en el déficit fiscal es incierto, ya que dependerá del alcance de la ayuda solicitada y el momento de los desembolsos”, continúa.
Desaceleración del crecimiento al 2% en 2026
En 2026, la OCDE confía en que el PIB (Producto Interior Bruto) de nuestro país se desacelerará y avanzará un 2%. En este escenario, “si bien el déficit presupuestario y la relación deuda pública/PIB han disminuido, la consolidación fiscal sigue siendo vital para mantener una trayectoria descendente en la deuda, adherirse a las nuevas reglas fiscales de la UE y acomodar las prioridades de gasto, como las relacionadas con el envejecimiento de la población [las pensiones]”, apunta la OCDE.
La institución considera que las últimas reformas en los impuestos aprobadas por el Congreso van en esa dirección, aunque recomienta una ampliación gradual “de la base impositiva del IVA, el aumento de los impuestos ambientales y la mejora de la eficiencia del gasto público respaldarían los esfuerzos de consolidación y crearían espacio para un gasto que favorezca el crecimiento” económico.
“Los principales riesgos son el incremento de las tensiones geopolíticas que podrían aumentar los precios de la energía y empeorar la demanda de los principales socios comerciales de España, y una implementación lenta del Plan de Recuperación de la UE”, concluye el informe.