Una partida extra de tres millones de euros para chóferes reabre el debate sobre los privilegios de los eurodiputados

De manera recurrente las ventajas pecuniarias y materiales de las euro-señorías aparecen sobre la escena. Estos días la cuestión ha vuelto a reabrirse, tras una polémica partida del Parlamento Europeo -finalmente paralizada- para contratar a 110 chóferes con sus correspondientes uniformes y un número indeterminado de coches oficiales. El desembolso de tres millones de euros -116.000 euros al año en trajes- habría salido adelante de no haberse filtrado la partida a Politico. El Parlamento Europeo, con sede en Bruselas y Estrasburgo (a esta última, en Francia, los electos acuden una vez al mes para la sesión plenaria), ya dedica siete millones a los servicios de transporte de los eurodiputados.

¿Por qué más coches y más chóferes? Hay una explicación laboral, que tiene que ver con las condiciones de los chóferes por un lado, pero también hay otra razón más enigmática que la propia institución no se aviene a responder. “Ha habido algunos incidentes y riesgos identificados que no podemos revelar por seguridad y por razones que tienen que ver con datos personales. Así que la mejora de la seguridad es una de las causas”, explica Marjory Van den Broeke, del servicio de comunicación de la Eurocámara.

En este sentido, otro de los motivos es el traslado de “documentos altamente confidenciales”. Una de las partidas iba a ser asignada a acoplar botones de alarma en los coches. “Instalar botones de alarma parece totalmente absurdo”, criticó la semana pasada la liberal estonia Kaja Kallas en su blog.

Kallas disparó contra los gastos tras la revelación de Politico. Sin esa noticia, la partida hubiera pasado sin debate alguno, reconocen fuentes del Parlamento. Este medio ha consultado a prácticamente todos los partidos. PSOE, Podemos y Ciudadanos se han manifestado ante este medio en contra del desembolso.

“En el PSOE consideramos que la propuesta no está lo suficientemente detallada ni justificada. Por lo tanto, nos hemos opuesto a que se apruebe la propuesta en los términos actuales y hemos pedido más información y alternativas en cuanto a los contenidos y a los costes”, subraya la eurodiputada Eider Gardiazábal. En términos similares se expresa Carolina Punset, de Ciudadanos.

Lo que gana un eurodiputado

La última vez que el debate sobre los privilegios de los cargos electos en Bruselas cobró fuerte relevancia fue poco después de las elecciones europeas. Podemos, un partido que apenas tenía unos meses de vida, dio la campanada con cinco escaños. Los cinco miembros de la formación anunciaron que cobrarían algo menos de 2.000 euros en 14 pagas y que donarían el resto a lo que ellos consideren, como así hacen.

¿Cuánto gana un eurodiputado? Según el Estatuto Único vigente desde julio de 2009, todos reciben lo mismo, que en julio de 2015 era una cantidad que ascendía a 8.213 euros brutos que se quedan en 6.400,04 euros netos. Es el 38,5% de lo que gana un juez del Tribunal de Justicia Europeo.

Todos ellos tienen derecho a percibir una pensión al cumplir los 63 años: una pensión que será del 3,5% del sueldo de cada ejercicio anual completo de un mandato. El coste de las pensiones se hace con cargo al presupuesto de la UE. En 1989 se introdujo un plan de pensiones complementario del que el Parlamento Europeo se desligó en 2009 tras una polémica aparecida en la prensa, que resucitó con virulencia en 2014 en los medios españoles al saberse que varios eurodiputados (Miguel Arias Cañete, Elena Valenciano, Rosa Díez) habían participado en ese plan, similar a una sicav. La polémica se llevó por delante al entonces portavoz de IU, Willy Meyer.

Dietas, el otro gran sueldo

Pero el salario de los eurodiputados de algo menos de 6.500 euros netos no se entiende sin el otro gran emolumento: las dietas. “Para las actividades que desarrollen fuera de su Estado miembro de elección, los diputados tienen derecho al reembolso de sus gastos de viaje, alojamiento y otros gastos asociados hasta un máximo anual de 4.264 euros”, se lee en una parte del argumentario del Parlamento Europeo. Para recuperar el dinero de trenes, aviones y coche, los eurodiputados deberán presentar el recibo con una tarifa máxima equivalente a un billete de clase Business, un pasaje de tren en primera (sin especificar cuantía, este apartado ya generó otra discusión hace un lustro abanderada por el fallecido izquierdista portugués Miguel Portas) o 50 céntimos por kilómetro. Además, todos ellos reciben indemnizaciones fijas en función de la distancia y duración del desplazamiento.

Para las actividades desarrolladas en el propio estado miembro durante las conocidas como “semanas blancas” (semanas en las que el cargo electo no tiene que venir a Bruselas o Estrasburgo) el eurodiputado tendrá derecho al reembolso de los gastos de transporte, con un máximo anual establecido para cada país.

Hay más. Una “dieta diaria” fija de 304 euros para cubrir alojamiento y los gastos relacionados con la jornada de trabajo. Estos gastos precisan de una firma de asistencia del eurodiputado para que se sepa que está en Estrasburgo o Bruselas. Si el eurodiputado se ausenta de la mitad de los votos nominales en la sesión plenaria, pierde la mitad de la dieta. Para reuniones celebradas fuera de la UE, la dieta asciende a 152 euros. Las facturas de hotel van aparte.

Y hay otra dieta denominada “para gastos generales”: cubre gastos de alquiler y administración de oficinas, teléfono, correo, compra de material informático y de celulares… Es una dieta para material que totaliza otros 4.320 euros al mes, lo que permite al cargo electo no desembolsar un duro de su bolsillo en Bruselas si lo desea.

Finalmente, para los gastos médicos los eurodiputados tienen derecho al reintegro de dos terceras partes de sus gastos. Y al terminar su mandato, tienen derecho a una indemnización transitoria equivalente a su salario a razón de un mes por año de mandato. Esta partida la pierden al encontrar trabajo.

La última partida de la que dispone uno de los 751 miembros del Parlamento Europeo es la destinada a asistentes. Hay casi 24.000 euros al mes por eurodiputado, que cada cual distribuye como quiere. Puede haber dos tipos de asistentes: los acreditados en Bruselas, cuyo sueldo corre a cargo del Parlamento, y los asistentes locales, en el estado miembro del eurodiputado. No se pueden contratar a parientes cercanos. En la pasada legislatura, un eurodiputado polaco causó sensación al contratar hasta una veintena de asistentes locales con su sueldo.