Tener una discapacidad condiciona el sueldo: a pesar de que cuentan con varias bonificaciones a la contratación, el salario medio anual de los trabajadores con discapacidad fue en 2011 de 20.337 euros, un 11,5% menos que el de las personas sin discapacidad, con un sueldo medio de 22.970 euros (la media del sistema es de 22.899 euros). Eso sí, las diferencias varían mucho según la ocupación: en los puestos de categorías más bajas, los que apenas exigen cualificación, la diferencia se agranda hasta llegar a un sueldo un 16,6% inferior al de los trabajadores sin discapacidad, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Las diferencias, no obstante, comienzan ya desde su participación en el mercado laboral: su tasa de actividad es del 36,6%, prácticamente 40 puntos por debajo de la de la población sin discapacidad. Su tasa de ocupación es también mucho más baja, del 26,7%, mientras que su paro es cinco puntos superior al de los trabajadores sin discapacidad.
Las brecha salarial, que entre hombres y mujeres sin discapacidad está en el 23,3%, también se reproduce en este caso: las trabajadoras con discapacidad cobran de media 18.539 euros, un 13,7% menos que sus compañeros, que percibieron un salario medio de 21.493 euros anuales. La evolución ha sido, además, negativa: esta brecha entre hombres y mujeres se agrandó 4,6 puntos desde 2010.
Los datos del INE muestran que conforme aumenta la edad y la experiencia, las diferencias salariales entre trabajadores con y sin discapacidad disminuyen. Por ejemplo, entre los jóvenes la diferencia de sueldo llega a ser del 21,9% mientras que entre los mayores de 45 años esa brecha es del 13,9%. El tipo de jornada laboral también influye: hay menos diferencia en los contratos a tiempo parcial, que suelen estar peor pagados. Lo que apenas tiene impacto es el tipo de contrato, ya que tanto temporales como indefinidos con discapacidad registran brechas salariales similares.
El factor que más influye es el tipo de puesto de trabajo: en los puestos de ocupación medios (empleados, artesanos, y trabajadores cualificados en general), las personas con discapacidad tuvieron un salario medio bruto ligeramente superior (un 1,2%) que el de la población sin discapacidad. En el otro lado de la balanza están los puestos de ocupación altos -como directores, gerentes, técnicos y profesionales científicos- y, especialmente, los puestos sin apenas cualificación; en ambos casos los trabajadores con discapacidad están peor pagados.
Peores sueldos con discapacidad intelectual
Los trabajadores con discapacidad intelectual y mental fueron los que percibieron los salarios más bajos. En el primer caso, el sueldo medio es un 43,7% inferior a la media del colectivo: 11.452 euros. Por el contrario, los trabajadores con discapacidad física o sensorial fueron los que más ganancias obtuvieron, varios puntos por encima de la media del colectivo.
Es en los centros de trabajo más grandes (de más de 200 trabajadores) donde la diferencia salarial es menor, del 10,5%, mientras que las medianas empresas (de entre 50 y 199 trabajadores) registran la mayor brecha, que llega al 27,4%.