La Asociación Española de de Operadores de Productos Pretolíferos (AOP) sale a defenderse. Las nuevas políticas impositivas que va a provocar la transición energética ha hecho que los recién nombrados presidente y director general de la AOP, Luis Aires y Andreu Punyet respectivamente, salgan a denunciar el “claro sesgo eléctrico” del informe de la Comisión de Expertos de la Transición Energética y desechar algunas de sus recomendaciones como la iniciativa de incrementar el gravamen de todas las emisiones, no solo las de CO2, cuando su sector reclama que la nueva imposición fiscal “recaiga sobre el motor, no sobre el combustible”.
Aires, que también es presidente de BP España, ha apuntado que en las nuevas figuras impositivas que recomienda el comité de expertos en su informe de transición energética se establece “no solo gravar las emisiones de CO2, sino también las de óxido de nitrógeno, óxido de azufre y partículas”, con lo que “son gases que no tienen nada que ver con el efecto invernadero” y no sirven para cumplir con los objetivos de reducción de CO2 en 2030.
“Si como país queremos gravar las emisiones que sea en el origen, es decir, en los motores, no en los combustibles. Se debería hacer en función de la antigüedad del motor. Un motor diésel contamina un 85% menos de óxido de nitrógeno que hace diez años. El problema de la calidad del aire tiene más que ver pon la antigüedad de nuestro parque de automóviles, que tiene una vida media de 12 años, que con los combustibles. El 15% de nuestros vehículos tiene más de 20 años, si se reemplazaran se rebajaría entre un 30% los problemas de calidad del aire”, argumenta el presidente de AOP.
El directivo de la petrolera ha admitido que es complicado establecer si los nuevos impuestos recaerían sobre el fabricante de los automóviles o sobre el usuario, pero ha insistido en que el “sujeto emisor es el motor”, por lo que según la calidad de esas emisiones se debería pagar más o menos impuestos.
La propuesta de la Comisión de Expertos sobre escenarios para la Transición Energética por subir los impuestos en un 28,6% del gasóleo, frente a un alza inferior al 2% en la gasolina, ha sido calificada por Aires como “preocupante” y “chapuza”, además de argumentar que no responde a las necesidades de país para cumplir con los retos medioambientales de París.
Con este escenario, Aires ha recordado que el comité de expertos establece que el precio de cada tonelada de CO2 emitida pasará a una banda de entre 33 euros y 50 euros. Con los cálculos de la asociación de petrolera “un vehículo medio euro 6 emite 100 gramos de CO2 por kilómetro, por lo que lanzará una tonelada de ese gas al recorrer 10.000 kilómetros con un consumo de 500 litros de combustible. Esto se traduce en que los impuestos directos por emisiones ya se está pagando 200 euros por toneladas, es decir, teniendo en cuenta los cálculos del comité habría que bajar los impuestos para llegar a la banda de entre 33 euros y 50 euros”.
El presidente de la asociación de petroleras también ha cargado contra la recomendación del comité de expertos de que el “déficit tarifario de las eléctricas se pague mediante los Presupuestos Generales del Estado o que se cargue a otras fuentes de energía. Esa subsidiación de unos consumidores por otros no responde a la lógica de mercado. ¿Deberían pagar las eléctricas la evolución tecnológica de las refinerías?”.
También ha puesto en duda la recomendación del comité sobre “el pago de una tarifa logística” por la que las petroleras deberían pagar un impuesto por las carreteras, ya que en la opinión del directivo de BP ya se está pagando por los oleoductos. “Está recomendación tiene poca lógica. ¿Por qué deberían pagar los coches de gasolina y gasóleo el mantenimiento de carreteras y no lo deben pagar los coches eléctricos?”.
Andreu Punyet no ha dudado en preconizar que “el coche eléctrico será el futuro del transporte”, ya que “a finales de la década de los años 20 será coste-eficiente” y que el descenso en el consumo de combustibles pasará del 31% al 27% para el año 2030, ya que habrá una renovación del parque mundial del automóvil de entre el 5% y e 10%, lo que se traduce en que habrá en las carreteras unos 1.600 millones de coches eléctricos e híbridos.