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El PP reabre la batalla política sobre pensiones y ensalza la reforma de 2013 que dejó en un cajón

El líder del PP, Pablo Casado, y el expresidente Rajoy, intervienen en la Convención Nacional del PP celebrada en Santiago de Compostela, a 27 de septiembre de 2021, en Santiago de Compostela, Galicia, (España).

Laura Olías

27 de septiembre de 2021 22:25 h

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El PP intenta tumbar el primer bloque de la reforma de pensiones del Gobierno, que pactó con los sindicatos y empresarios en el diálogo social. Se trataba del primer acuerdo social en pensiones en una década, que costó mucho alcanzar y que en el Partido Popular tacharon en seguida de “gran error”. En los últimos días, el partido de Pablo Casado ha elevado su ofensiva contra el proyecto legislativo, con la presentación de una enmienda a la totalidad que pide devolver el texto de nuevo al Gobierno. El partido ha sacado además a primer plano al expresidente Mariano Rajoy este lunes, que ha enarbolado su reforma de pensiones de 2013. Aquella que dejó de aplicar el propio Rajoy al final de su mandato, en medio de protestas semanales y masivas de jubilados contra la legislación, y que ahora los de Casado vuelven a defender.

El primer bloque de cambios de la reforma de pensiones, que está liderando el ministro José Luis Escrivá, forma parte de los compromisos adquiridos con Europa para 2021 dentro del Plan de Recuperación y Resiliencia. La legislación recupera la subida anual de las pensiones según el IPC y deroga el factor de sostenibilidad de las pensiones, de manera que acaba con los dos elementos clave de la reforma del PP de 2013. Además, reduce “gastos impropios” de la Seguridad Social y contiene incentivos para el retraso voluntario de la jubilación, entre otras medidas. A este bloque de cambios le seguirán más, según el calendario marcado por el ministro Escrivá.

Este jueves, el Congreso de los Diputados será testigo del intento del PP de frenar la primera parte de la reforma. El Pleno debatirá la enmienda a la totalidad de los de Pablo Casado, que el PSOE ha pedido este lunes que retiren para no retrasar más la tramitación parlamentaria. La legislación tiene que estar plasmada en el BOE antes del 31 de diciembre, con un importante fleco pendiente: diseñar e incluir el mecanismo de equidad intergeneracional que sustituirá al factor de sostenibilidad del PP.

La enmienda defiende que el Gobierno del Partido Popular “adoptó medidas responsables” en su reforma de 2013, con el índice de revalorización de las pensiones (IRP) –por el que las pensiones solo suben el 0,25% al año– y mediante el factor de sostenibilidad que ligaba las pensiones futuras a la esperanza de vida. Ahora, consideran los de Casado, “no se garantiza la sostenibilidad del sistema”, por lo que exigen la devolución del texto al Ejecutivo. El rechazo del PP también señala la falta de debate del futuro mecanismo de equidad, ya que se pretende incluir en el proceso de enmienda, lo que supone que no pasara los mismos trámites previos que el resto del proyecto de ley, como la valoración del Consejo Económico y Social.

¿Fin al consenso del Pacto de Toledo?

Parece que nada queda del espíritu de consenso político en pensiones que se alcanzó hace menos de un año en la comisión del Pacto de Toledo, que logró acordar 22 recomendaciones para el futuro del sistema. Entre ellas, recuperar el IPC como referencia para revalorizar las pensiones. Estas fueron respaldadas por la amplia mayoría de la Cámara el pasado noviembre, solo con el voto en contra de la CUP y la abstención de Vox.

El nuevo clima de diferencias se intuyó ya en la comparecencia en el Pacto de Toledo de José Luis Escrivá una vez alcanzado el acuerdo con los agentes sociales. Los partidos de la oposición, pero también sus socios de legislatura (e incluso de Gobierno), dejaron claro al ministro que había cuestiones que les inquietaban del proyecto legislativo. Sobre todo, el futuro mecanismo de equidad que todavía está sin definir y sobre el que el ministro hizo una polémica declaración sobre un posible recorte en la pensión de los baby boomers, de la que se retractó más tarde. En los últimos días, otras declaraciones del ministro sobre trabajar hasta los 75 años han vuelto a levantar críticas. Escrivá ha tenido que precisar sus palabras.

Los grupos políticos se emplazaron en el Pacto de Toledo a discutir el texto legislativo en el periodo de enmiendas, pero en el PP endurecieron ya entonces su discurso. En lugar del portavoz habitual de los 'populares' en la comisión, Tomás Cabezón, tomó la palabra la portavoz del grupo parlamentario en el Congreso, Cuca Gamarra, que fue la más dura contra el ministro, con mensajes en los que avisaba de que este primer paquete de medidas era “el tráiler edulcorado de lo que está por venir”, que aseguraba que serían “pensiones más bajas”. Gamarra a la vez defendía la reforma de 2013, por la que desde organismos internalizaciones como la OCDE se estimaba un fuerte descenso de las pensiones futuras en España.

Rescate de la reforma de 2013

Desde los días posteriores al acuerdo social, Pablo Casado marcó el nuevo discurso en pensiones. Por un lado, y en mitad de las tensiones de la derecha con el líder de la CEOE por sus declaraciones sobre los indultos de los presos independentistas catalanes, el líder del PP tachó de “gran error” el pacto alcanzado con los sindicatos y empresarios. Por otro, Casado defendió el “éxito” de la reforma de pensiones de 2013, sobre la que el PP solía mantener un perfil bajo en los últimos años.

¿El motivo? Que la legislación del PP sacó a la calle a miles de pensionistas todas las semanas, para reclamar el fin de las subidas del 0,25% y del factor de sostenibilidad, tras lo que el propio Gobierno de Rajoy la dejó sin aplicación. Lo hizo para poder sacar sus Presupuestos de 2019 adelante, en un acuerdo con el PNV. El Ejecutivo del PP aceptó aumentar las pensiones según el IPC y dio una patada de cuatro años al factor de sostenibilidad, que en lugar de implementarse en 2019 se pospuso su arranque hasta 2023.

Rajoy tuvo que dejar poco después la Moncloa por la moción de censura y, ya en la oposición, el PP no había hecho una destacada defensa de su reforma de pensiones de 2013. Hasta ahora. En el Pacto de Toledo, el partido respaldó la revalorización según el IPC, contraria por tanto a su IRP, y estaba alineado con consensuar un nuevo diseño del factor de sostenibilidad, como había recomendado la comisión parlamentaria hacía una década.

Ahora, los populares definen el factor de sostenibilidad como “un mecanismo riguroso y firme, elaborado por un Comité de expertos y avalado por la Comisión Europea donde se hacía primera la sostenibilidad del sistema y la solidaridad intergeneracional”. El PP critica que la reforma de Escrivá no tiene en cuenta a los jóvenes, un punto que rechazan los sindicatos, que recuerdan que eran los máximos perjudicados por el factor de sostenibilidad.

El PP ha sacado a la palestra este lunes a Mariano Rajoy, que incluso ha rechazado que las pensiones suban con los precios. El expresidente del Gobierno ha llamado a que el PP anule la legislación de pensiones del actual Gobierno cuando vuelva al poder. “Supongo que la tendrás que cambiar tú”, afirmó Rajoy mirando a Casado, sentado a su lado. “Entonces, igual te hacen otra huelga pero es que no te va a quedar otra”, ha sostenido.

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