Por qué el precio de los alimentos debería bajar en los próximos meses pero el café, el azúcar o los cereales lo puede estropear

La industria alimentaria y el sector del gran consumo ya hablan de la crisis de precios como algo del pasado. De hecho, los grandes del sector prevén que en los próximos meses la economía se adentre en un escenario donde la inflación de los alimentos se sitúe en negativo. Es decir, anticipan una caída de precios que tendría que reflejarse en la cesta de la compra en los próximos meses. El motivo, que hay elementos básicos, como el aceite de oliva, que tienen que comenzar a aflojar porque las cosechas son buenas.

Más allá de las percepciones, el último dato oficial sitúa la inflación de los alimentos en España en el 1,8%, al cierre de septiembre. Es la cifra más baja de los últimos tres años. 

Dentro de ese porcentaje están productos que ya han reducido su precio. Por ejemplo, los cereales de desayuno (-1,6%), las pastas alimenticias y el cuscús (-0,7%) o las frutas (-3,4%). También el aceite de oliva, que se abarató un 2,9% en septiembre.

El ‘oro líquido' ha sido el elemento que más ha encarecido la cesta de la compra en los últimos meses, porque su coste ha despegado casi un 300% en tres años. Ahora hay factores que empujan su precio en direcciones opuestas. Por un lado está la subida del IVA del pasado 1 de octubre, del 0% al 2%, que se aplicó a otros productos básicos como la leche, el pan o los huevos. También se incrementó el IVA de las verduras y las hortalizas, así como el de las pastas alimenticias. Estas últimas subieron del 5% al 7,5%.

Sin embargo, el sector –los fabricantes y los distribuidores– ha repetido en los últimos días que los alimentos van a bajar, capitaneados por el aceite. Respecto a cuándo bajará este producto básico y cómo se va a notar al pagar, no hay consenso. Dependerá de una cosecha que ahora comienza y que se espera significativamente buena, aunque también hay un sector comercializador que tiene sus almacenes vacíos, después de arrastrar dos años con la peor producción en un siglo, y que podría aprovechar para llenarlos y no llevar al mercado todo el aceite de oliva que se produzca en los próximos meses.

El factor clave del clima

Si hay bajada de precios se tendría que ver, según el sector, antes de la campaña navideña. Sin embargo, hay materias primas internacionales que pueden dar al traste con esa aspiración. La FAO, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, actualiza cada mes un índice de precios de los alimentos, de materias primas esenciales, como los cereales o los lácteos. Este índice subió un 3% durante el mes de septiembre. Fue “el mayor aumento intermensual desde marzo de 2022”, destaca, justo después de la invasión de Ucrania por Rusia.

La FAO desglosa que las cotizaciones de todos los alimentos básicos que analiza se fortalecieron, con incrementos que van desde el 0,4% de la carne al 10,4% del azúcar. “En comparación con niveles históricos, el índice de precios de los alimentos de septiembre fue un 2,1% superior al de hace un año”. Sin embargo, en el lado positivo, está un 22% por debajo de los niveles que se llegaron a alcanzar en la primavera de 2022.

Este organismo de Naciones Unidas apunta, entre otros, a los cereales, que se encarecieron más de un 3% en el último mes. En el caso del maíz, el aumento se debió a los bajos niveles de agua en regiones clave para este producto, como las del río Madeira (Brasil) o el Misisipi (Estados Unidos), que se suman a una fuerte demanda en los mercados brasileño y argentino. Y, aunque aquí estemos pendientes del aceite de oliva, otras variedades como el de palma, soja, girasol o el de colza, están subiendo (de media, algo más de un 4%), porque las producciones han sido más bajas de lo normal tanto en Asia como en América. 

La agencia estadounidense Bloomberg también publica un índice centrado en productos básicos, como la soja o el maíz, que repuntó un 7% en septiembre. Un incremento que no se veía desde hace dos años. Detrás, de nuevo, las caídas de producción, bien por la sequía, bien por las inundaciones, que han afectado a productos como el azúcar, el cacao o el café. 

Hace tiempo que el azúcar se convirtió en una de las materias primas que más ha golpeado el coste de la cesta de la compra, como contamos en este tema. El problema está ahora en la caída de la producción en uno de los principales mercados, Brasil, por la falta de lluvias en los últimos meses. En cambio, en India, que también es productor, ha ocurrido lo contrario, un exceso de precipitaciones que también ha dañado las cosechas.

En cambio, el cacao empieza a dar alguna buena señal. La materia prima del chocolate lleva meses empujando al alza los costes por la caída de las cosechas en Costa de Marfil, que junto a Ghana son los principales productores de esta materia prima. De hecho, en las últimas semanas, el precio de las chocolatinas y los dulces ha acaparado titulares en Estados Unidos –por ejemplo, del Washington Post– porque este año los dulces de Halloween van a ser mucho más caros. Sin embargo, en las últimas jornadas la cotización de esta materia prima ha comenzado a dar un respiro porque parece que la demanda en Europa y Estados Unidos no es tan alta como se preveía.

No ocurre lo mismo con el café, que disparó su coste un 8,4% en septiembre, en comparación con agosto; y casi un 70% respecto a hace un año, según los datos publicados por la Organización Mundial del Café (ICO en sus siglas en inglés). El motivo, de nuevo, la caída de las cosechas en mercados clave, como Brasil o Colombia y, también, un aumento de la demanda en los principales mercados consumidores. Además, en ese mes, el comercio de este producto se vio interrumpido por la huelga de estibadores en Estados Unidos, que acabó a principios de octubre.

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