El gasto público y la presión fiscal en España continuarán por debajo de la media europea
Los acuerdos presupuestarios entre el Gobierno y Unidos Podemos han llevado a partidos como el PP y Ciudadanos y a organizaciones como la CEOE a lanzar alarmas por lo que consideran unos presupuestos más expansivos de lo que se puede permitir el país, hasta el punto de que Pablo Casado se ha ofrecido a ir a tranquilizar a la Comisión Europea. Lo cierto es que no son “expansivos” sino “contractivos”. Esto es, baja el gasto público en relación al PIB hasta el 40,9%.
Para comparar lo que significa este porcentaje en relación con el resto de los países de la Unión Europea, hay que acudir a datos de la oficina de estadística comunitaria, Eurostat, de 2017, que son los últimos cerrados por países. Desde entonces, el porcentaje ha bajado unas décimas más, pero sigue siete puntos por debajo.
A falta del cierre de 2018 y de conocer las perspectivas presupuestarias de 2019, Francia es el país europeo con mayor porcentaje de gasto público (56,50% de su PIB), seguido de Finlandia (53,7%) y Bélgica (52,2%). Al otro lado se encuentran Irlanda (26,1%), Lituania (33,3%) y Rumanía (33,4%).
Otra de las críticas que se han lanzado contra los presupuestos de Pedro Sánchez es el aumento de impuestos. Por un lado, se van a crear nuevas figuras al mismo tiempo que en otros países europeos (impuesto a las transacciones financieras y los servicios digitales). Por otro se va a elevar la imposición a, por ejemplo, las rentas de más de 130.000 euros, o al diésel.
En total, el Gobierno elevará la presión fiscal en España en seis décimas el próximo año, pasando del 34,93% al 35,54% del PIB. En el ránking de 2016, con un 34,1%, era uno de los diez países con menor presión fiscal de la UE. Con las próximas subidas, seguirá cinco puntos por debajo de la media (40,2%), que a su vez probablemente subirá también.
La misma circunstancia se repite si se observa la recaudación de los principales impuestos (impuestos sobre la renta, IVA, sociedades, cotizaciones sociales). En Dinamarca recaudaban en 2016 el equivalente a un 26% de su PIB en IRPF, frente al 7,3% en España.