El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, convocó ayer las elecciones y se metió de lleno en el fragor de la campaña electoral con una intervención de balance de la legislatura por la mañana y una entrevista en TVE por la noche. Rajoy recurre de forma insistente a varios conceptos equívocos para defender su mandato y vender los supuestos logros económicos de su Gobierno. Como un mantra, allá donde interviene, dice que “España es el país que más crece de Europa”, “hay más empleo indefinido” o que “siempre he cumplido el déficit”. A la misma retahíla, mismos datos como respuestas: el presidente del Gobierno falta a la verdad.
“España es el país que más crece de Europa”.
Este es el estribillo de cualquier banda sonora de la legislatura del presidente. Lo ha dicho mil veces, y mil veces los datos de Eurostat le dicen que no. En en el segundo trimestre de 2015, último disponible, España crece lo mismo respecto al trimestre anterior que Letonia, Suecia y República Checa (un 1%). Si se toma como referencia el dato interanual (lo que se crece respecto al mismo periodo pero del año anterior), la República Checa, Malta y Rumanía crecen mucho más que España y Eslovaquia lo mismo.
“España es uno de los cinco países del mundo que más ha mejorado su renta per cápita en los últimos 40 años”.
Esta afirmación, visiblemente alambicada, es novedosa en el imaginario económico de Rajoy. La utilizó durante la entrevista de TVE para defender las bondades del bipartidismo. Valga o no este dato para defender el modelo de dos grandes bloques, cabe recordar que en España las primeras elecciones democráticas fueron en 1977 y el bipartidismo del momento era UCD y PSOE. Hasta 1982 no se puede hablar de un incipiente bipartidismo PP-PSOE.
Pero volviendo a las cifras de Rajoy, si cogemos 1964 como año de comparación para ver cómo ha mejorado la renta per cápita española, España no está entre los cinco primeros puestos. Según los datos del FMI, los cinco países que más han mejorado son: Guinea Ecuatorial, Corea del Sur, Omán, Singapur y Botsuana. España está en el nada despreciable puesto 13º, con una impresionante mejora del 4.382%. Pero otros países vecinos han logrado mejoras más desorbitantes: Irlanda, Noruega (no está en la UE) y Portugal han logrado mejoras en este indicador aún más espectaculares que la de España. En general, el paso por una dictadura (en el ranking por delante de España también está China) parece un factor más determinante que el bipartidismo.
“Estuvimos a punto de ser rescatados”.
Este es un hit que no falta en ninguna intervención del presidente, y es una negación sin fundamento. Basta enlazar el acuerdo de condiciones para el rescate financiero que firmó España junto con la Comisión Europea cuando lo pidió, o el actual estado de vigilancia al que el país está sometido porque aún no hemos devuelto el dinero a la UE.
“Las pensiones y el desempleo son las únicas partidas que no hemos tocado”.
Las referencias a cómo ha mejorado el poder adquisitivo de los pensionistas son constantes. Pero asegurar que no se ha “tocado” esa partida ni la del desempleo es una aseveración que no se basa en hechos reales. El PP aprobó una reforma de calado en las pensiones que introdujo con el llamado “factor de sostenibilidad” que ha mantenido a las pensiones atadas a un crecimiento del 0,25% durante la legislatura.
La reforma tenía como espíritu ahorrar, así que tocar, se ha tocado y aunque durante estos tres años a los pensionistas no les ha influido con un agravio comparativo frente a la subida de los precios (que han caído en estos tres últimos años) sí lo será en el futuro cuando se normalice la economía.
Igual de clara es la reforma de la prestación del desempleo. El Ejecutivo aprobó en 2012 un recorte para reducir las prestaciones de paro al bajar al 50% la reposición de de la prestación a partir del séptimo mes de estar desempleado con una rebaja en la cuantía media que percibía cada nuevo parado.
“Hay más trabajo indefinido ahora que en 2007”.
La creación de empleo indefinido quiere ser ahora la conquista número uno de la legislatura. Dentro del catálogo de inexactitudes, esta compite por los primeros puestos. El presidente se remontó al mejor año del empleo de la historia de España porque seguramente alguien le había susurrado que la proporción de temporales entonces era más alta. Lo era porque nunca en la historia ha habido tantos españoles trabajando con todo tipo de contratos: 20,7 millones frente a los 18 que trabajan ahora.
Con este marco está claro que en cantidad no es posible que haya más indefinidos ahora que entonces. Ahora hay 11,039 millones de trabajadores con contrato indefinido, frente a los 11,652 millones de aquel año del boom.
Pero no hace falta irse a tiempos pretéritos para desmontar la idea de que se está creando empleo indefinido. Al inicio de la legislatura (tomando como inicio el último trimestre de 2011), había 11,393 millones de indefinidos en España, es decir, casi 300.000 más que ahora. En este último trimestre, ya en plena expansión económica, se destruyeron 18.900 empleos indefinidos (y se crearon 205.000 temporales). En un año, la composición del 'milagro' del empleo es esta: 178.100 trabajadores más indefinidos y 357.700 temporales.
“He cumplido siempre el déficit”.
Tras la regañina de Bruselas por la falta de rigor de los Presupuestos de 2016, Rajoy lanza su último éxito en argumentos sin datos: España cumple con los requisitos de Bruselas. El pasado ejercicio (2014) ha sido el primero en que España ha logrado cumplir con el objetivo de déficit marcado por Europa en un 5,8%. La cifra se ha conocido casi un año después y no está en línea con lo prometido por Cristóbal Montoro, que aseguró que las cuentas públicas cerrarían con un agujero del 5,5%.
En 2013 el déficit cerró en un 6,8% (frente al 6,5% exigido por Bruselas) y en 2012 las cifras ya se van por los cerros de Úbeda: el objetivo inicial (e inalcanzable) de Bruselas era un 4,4% y España, sin contar las ayudas a la banca, saldó el año con un roto equivalente al 7,1% del PIB. Este enorme bache fue el catalizador de la relajación de objetivos en los siguientes años.
“Es el país europeo de los grandes con más afiliados extranjeros”.
Rajoy echó mano de este recurso para defender que en España no habían empeorado las condiciones de las personas ni la tasa de pobreza. Para defender que estos indicadores no han empeorado, habló de pensionistas y de trabajadores extranjeros. Vaya por delante que el presidente habló de afiliación, pero la comparativa internacional se hace con las mediciones de la EPA, que son homogéneas y que son las que utiliza Eurostat.
Como es fácil sospechar, en Alemania, Reino Unido e Italia, trabajan más extranjeros que en España, según los datos de Eurostat del segundo trimestre de 2015. En España la cifra se acerca a los 1,9 millones (datos EPA), y en Alemania están casi en cuatro millones. Los porcentajes son ajustados pero están en línea: casi un 13% de los trabajadores en Alemania son extranjeros y en España ese dato se queda en el 10%.
“Yo no pongo ninguna traba en materia de energía renovable”.
Esto es algo bastante relativo después de la aprobación del conocido como “impuesto al sol”. El Consejo de Ministros aprobó el viernes 9 de octubre el Real Decreto que regula el autoconsumo eléctrico, una polémica norma que establece la forma en la que los consumidores podrán producir su propia energía a través, sobre todo, de paneles solares en lugar de comprársela a las empresas comercializadoras.
El sector de las energías renovables se ha mostrado muy crítico con esta regulación y ha denunciado que esto es una maniobra que busca proteger los intereses de las grandes eléctricas. En este sentido, han asegurado que pese a las excelentes condiciones de irradiación solar en España, es la más restrictiva del mundo en esta materia. Rajoy también defiende el cambio en la regulación de la prima a las renovables, que ha pasado de un 20%, aprobado por ley, a un 7,5%. Este cambio ha hecho que España sea demandada ante los tribunales internacionales por inseguridad jurídica pero el presidente lo defiende ya que responsabilizaba a estas energías del alto precio de la luz.