Más revelaciones sobre cómo aprovechó Rodrigo Rato para su beneficio sus cargos en los gobiernos de José María Aznar. La Unidad Central Operativa (UCO) ha señalado en un informe al que ha tenido acceso El Mundo que el exvicepresidente económico habría trabajado para que empresas de su familia se beneficiaran de contratos con compañías de participación estatal, hasta lograr una facturación de 30 millones de euros. Cifra que se incrementó hasta los 82 millones si también se tienen en cuenta los años en los que fue director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La UCO llega a afirmar que era desde su mismo despacho del Ministerio de Economía donde Rato allanaba el camino a sus propias empresas. Incluso, aprovechando la información privilegiada que tenía del proceso de privatización de compañías públicas, llegó a crear nuevas sociedades para trabajar con el Estado. Fue el caso de Cor Comunicación. Fundada en 1997, consiguió sólo un año después los primeros contratos con compañías de pasado estatal como Teléfonica, Endesa o Repsol. Una cartera de clientes que con los años fue engordando con la entrada de Aldeasa, Argentina/BBVA, Logista, Retevisión o Paradores.
“La facturación de todas estas entidades habrían sido el principal negocio de Cor Comunicación, llegando a suponer el 98% de su facturación total”, sentencia la UCO. Además, dictamina sin reparos cual era su verdadero origen: “Fue una empresa creada ex profeso para la percepción de abonos procedentes de las empresas privatizadas”. Un objetivo que se lograba gracias a que Rato ordenaba, siendo vicepresidente, que empresas controladas por el Estado encargasen campañas publicitarias a la fundación.
En el documento entregado al juez instructor del caso Rato, Antonio Serrano-Arnal, también se evidencia la naturaleza opaca de este tipo de compañías: en todo momento estuvieron lideradas por testaferros. Aún así, la UCO considera indudable el papel relevante y “la capacidad de influencia” de Rato, y le acusa de un posible delito de blanqueo de capitales al nutrirse económicamente de empresas privatizadas aprovechando su puesto privilegiado.
Las acusaciones del informe se nutren de varios testimonios de antiguos presidentes y directivos de empresas que guardaban alguna relación con el Estado. Vicente de la Calle, máximo dirigente de Azucarera Ebro en 1999, ha declarado que el propio Rato le llamó para indicarle que contratara a Cor Comunicación. Un procedimiento que se tiene constatado en otras compañías, como Logista, filial de Tabacalera. Su exconsejero delegado, Juan Rizo, declaró que la llegada de Cor Comunicación viene dada por su entonces presidente, Pablo Isla, actual presidente de Inditex.
Un proceso similar se dio en la empresa pública Paradores. Su responsable de Marketing, Javier Blanco, ha testificado ante la UCO que a diferencia de lo habitual, él no eligió a Cor Comunicación. En ese caso, fue desde la dirección general donde le indicaron que le invitaran a participar. Desde 2012, la presidenta de esta empresa pública es Ángeles Alarcó, exesposa de Rodrigo Rato.