Retrasos, sobrecostes millonarios, sospechas de comisiones para altas instituciones del Estado y previsiones de viajeros infladas. Un nuevo estudio de mercado encargado por el consorcio de empresas españolas que se adjudicó la construcción del tren de alta velocidad (AVE) a La Meca, en Arabia Saudí, confirma que la demanda de viajeros de esta infraestructura es “sensiblemente inferior a la estimada” hasta ahora. Así lo reconoce Renfe Operadora, responsable de la explotación de la línea, en sus cuentas de 2018.
El consorcio encargó el año pasado a la firma holandesa Royal Haskoning un nuevo análisis para actualizar el estudio de mercado de la línea, los patrones de viaje, los posibles perfiles de los pasajeros y las expectativas de los clientes en relación con el servicio. Según Renfe, el informe, cuya versión definitiva aún no está disponible, arroja “una estimación de la demanda sensiblemente inferior a la estimada en ejercicios anteriores”. Inicialmente, se preveían unos 60 millones de viajeros anuales.
El recorte se va a traducir en una disminución de los ingresos esperados por Renfe por este proyecto y ha propiciado una llamada de atención de los auditores de la compañía estatal, que inciden en el “estrecho margen” que comporta para el grupo.
Renfe estima cada año los ingresos derivados del AVE a La Meca en función de su grado de avance. En 2018, ha amortiguado el impacto de las peores previsiones alargando en sus cuentas cinco años, hasta doce, el plazo de la futura fase de operación de la infraestructura. Es el “escenario más probable” y la hipótesis más optimista. El gobierno saudí tiene el derecho a terminar el contrato al séptimo año.
Al alargarse ese plazo, en 2018 los ingresos estimados del AVE a La Meca se han situado, según Renfe, en 47,917 millones de euros, frente a 41,631 millones de 2017, y el importe pendiente de facturar a la estatal Saudi Railways Organization (SRO), contratista de la obra, se ha elevado desde 127,4 millones en 2017 a 163,4 millones.
Los incrementos se explican por el mayor plazo de la fase de operación y por una reducción de los gastos. Según Renfe, “al redimensionar los gastos a esta nueva demanda para el periodo de 12 años de operación, el margen del proyecto no ha sufrido una variación significativa”.
Sensible disminución de pasajeros e ingresos
En su informe de auditoría, la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) advierte de que los datos “provisionales” de ese nuevo estudio de mercado, “aún no finalizado”, reflejan “una sensible disminución de la demanda de viajeros y, en consecuencia, de los ingresos asociados a la misma”, aunque esa ampliación de plazo y el recorte de gastos previstos permiten a Renfe “considerar que se mantiene el estrecho margen previsto en ejercicios anteriores”, destaca la IGAE.
A preguntas sobre este asunto, Renfe se remite al consorcio del AVE a La Meca, que declina precisar las nuevas previsiones de ese estudio.
El AVE del desierto alcanzó el pasado 28 de mayo su primer medio millón de pasajeros desde que comenzó sus operaciones en pruebas el 11 de octubre, tras ser inaugurado por el rey saudí Salman bin Abdelaziz de Arabia Saudí el 25 de septiembre.
El proyecto entró así en su segunda fase, “la explotación limitada del servicio por 1 año”; la tercera y definitiva es la de operación de los trenes y explotación comercial de los servicios de viajeros de la línea férrea.
La infraestructura cubre 450 kilómetros entre La Meca y Medina, las dos ciudades más importantes para el Islam, en el oeste de Arabia Saudí. El proyecto fue adjudicado por 6.736 millones de euros en octubre de 2011, en lo que se convirtió en el mayor contrato de un consorcio español. El contrato inicial preveía la circulación comercial a pleno rendimiento a comienzos de 2017, pero hubo dos retrasos no atribuibles al consorcio español, que se zanjaron con sendos acuerdos de compensación económica con SRO que elevaron el montante a unos 7.100 millones.
Renfe participa en el consorcio junto a las también estatales Adif e Ineco y las privadas OHL, Copasa, Imathia, Indra, Consultrans, Cobra, Dimetronic e Inabensa. Esas 11 empresas españolas controlan el 88% del capital. El 12% restante se reparte entre las árabes Al Shoula y Al Rosan.
Supuestas comisiones por la adjudicación
Además de los retrasos, la sombra de la corrupción ha planeado siempre sobre este proyecto. La Fiscalía Anticorrupción ha pedido recientemente que se interrogue por videoconferencia a Corinna zu Sayn-Wittgenstein por las supuestas comisiones pagadas al rey emérito Juan Carlos I por la adjudicación de esta infraestructura en 2011, según informó la Cadena SER. Se lo ha solicitado a la Serious Fraud Office (SFO) –el departamento responsable de investigar los grandes fraudes en Reino Unido, porque Corinna reside allí– para saber si se ratifica en las afirmaciones que realizó en las conversaciones grabadas por el comisario Villarejo.
En las grabaciones, Corinna daba a entender que Juan Carlos I cobró comisiones por la adjudicación del proyecto y aseguró que el monarca tenía cuentas en Suiza y la usó como testaferro en un terreno en Marruecos. En concreto, en una parte de la conversación con el excomisario y el expresidente de Telefónica Juan Villalonga, hablaba de una comisión de 80 millones por la adjudicación del AVE del desierto.
El abogado Robin Rathmell, que se encarga de la defensa de Corinna, negó que su clienta tuviera alguna participación en el acuerdo del AVE a la Meca y ha asegurado que la ex aristócrata estaría “encantada” de cooperar con las autoridades judiciales para aclarar el asunto. “Nuestra clienta aún no ha sido contactada en relación con el acuerdo AVE, un acuerdo en el que no tuvo ninguna participación”. “Dada la amplia variedad de la conducta ilegal en su contra, ella da la bienvenida a la oportunidad de ser escuchada públicamente”, concluyó.