El relato de los becarios que trabajan en las cocinas de restaurantes con estrellas Michelín sin cobrar, publicado por El Confidencial, vuelve a poner el foco en las personas, la mayoría jóvenes, que trabajan sin contrato y sin recibir compensación económica alguna.
Algunos de los chefs dueños de estos restaurantes han avivado la polémica, en especial Jordi Cruz, al asegurar que para estos aprendices es un privilegio trabajar en sus locales.
Lo cierto es que son muchos los sectores en los que el trabajo sin remunerar a cambio de obtener experiencia está a la orden del día. El último gran estudio que se hizo sobre el asunto fue encargado por el Ministerio de Trabajo en 2006 y arrojó la cifra de 200.000 prácticas no laborales, un 25% de ellas fraudulentas. En 2015 había 70.000 becarios mensuales cotizando a la Seguridad Social. Llama la atención el caso de los organismos públicos que ofrecen prácticas no remuneradas.
Prácticas sin remunerar en la ONU
La propia Secretaría de Estado de Comunicación y el gabinete de prensa de Presidencia del Gobierno ofrecían el año pasado prácticas sin salario ni ayudas para el transporte o la comida. No es el único caso, a pesar de que la normativa vigente prevé que las universidades y las empresas pueden estipular la llamada bolsa de ayuda al estudio para los estudiantes a través de los convenios de colaboración que firmen.
El Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación también ofrecía unas prácticas que no remuneraba en 2016. Eran para los servicios centrales y también para las embajadas o consulados de España en el exterior. “Estas prácticas están al alcance de muy pocos y son, literalmente prácticas para la élite”, denunciaba una de las personas interesadas. “¿Qué estudiante puede vivir tres meses en Washington o Londres sin que le paguen? Aunque no es algo solo de España, la ONU tampoco paga”.
De hecho, Exteriores mantiene en su web un apartado sobre prácticas en organismos internacionales. Muchas sin remuneración. En la Oficina de las Naciones Unidas en Nueva York o en Ginebra correrán a cargo del estudiante “los gastos derivados de los viajes, seguros médicos, alojamiento y manutención”.
Radio Televisión Española tampoco ofrecía el año pasado ninguna remuneración a los estudiantes de Periodismo, Comunicación Audiovisual o Publicidad que realizan allí sus prácticas. Y revisando las bolsas de prácticas de las universidades se podían encontrar ofertas del Instituto Cervantes, que demandaba estudiantes para sus sedes en Bulgaria, Praga o Utrecht para realizar tareas de biblioteca y gestión de redes sociales y página web a los que no pagarían.
Oficina Precaria
Durante la presentación de una iniciativa parlamentaria el año pasado junto a Unidos Podemos, la organización Oficina Precaria denunciaba que “el 73% de las personas que hacen prácticas realizan las mismas tareas que haría un trabajador”. Por ello, una de sus propuestas era la de limitar el máximo de becarios a un máximo del 5% del total de la plantilla.
De este modo se evitarían situaciones como lo ocurrido con Cadena Ser en 2014, cuando una inspección de trabajo terminó con entre 60 y 80 becarios fuera del medio, según denunció en una carta abierta la Oficina Precaria.
Además, para terminar con el encadenamiento de becarios en el mismo puesto por parte de las empresas, la propuesta contemplaba la promoción de una normativa que fomentara la contratación de los becarios tras el periodo de prácticas, con la fijación de unas cuotas que regulen el número de ellos que se vayan a incorporar a la empresa con contrato laboral.