Reyes Maroto repite al frente de Industria con el reto de impulsar un sector en declive
Reyes Maroto (Medina del Campo, 1973) seguirá al frente del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo con el reto de impulsar el peso de la industria en el PIB, que está en declive desde hace años. Ahora sí, podrá hacerlo con un Gobierno en plenas facultades en el que tendrá margen para sacar adelante medidas que llevan tiempo en cartera pero que no habían podido ver la luz hasta ahora por la situación de interinidad del Ejecutivo.
El nuevo Gobierno de coalición del PSOE y Unidos Podemos quiere intentar revertir esa tendencia a la baja de la industria con la aprobación del anunciado Plan de Desarrollo Industrial recogido en el acuerdo entre ambas formaciones que, con 2030 en el horizonte, buscará “maximizar las oportunidades” de la transición ecológica y la descarbonización para la industria, mejorar la competitividad de esta actividad e incrementar su aportación al PIB.
La encargada de ponerlo en marcha será esta licenciada en Economía por la Universidad de Valladolid, Máster en Economía y Finanzas por el Centro de Estudios Monetarios y Financieros (CEMFI) y Máster en Evaluación Sanitaria y Acceso al Mercado por la Universidad Carlos III, en cuyo Departamento de Economía fue profesora asociada durante años.
Maroto se convirtió en ministra en junio de 2018, tras la moción de censura que descabalgó a Mariano Rajoy de Moncloa, para asumir un departamento que había quedado subsumido en el Ministerio de Economía en 2016, tras la abrupta dimisión del hasta entonces ministro de Industria José Manuel Soria por el escándalo de Los Papeles de Panamá.
Procedía de la Asamblea de Madrid, donde era diputada y portavoz de Presupuestos, Economía, Empleo y Hacienda del PSOE. Con fama de trabajadora, minuciosa y dialogante, había sido reclutada por el portavoz socialista en la Asamblea, Ángel Gabilondo, y por el secretario general del PSOE madrileño, José Manuel Franco.
Esta vallisoletana, casada y con dos hijos y muy vinculada al municipio madrileño de Alcorcón, llegó a la primera línea de la política española de manera tardía y no se afilió al PSOE hasta 2017. Antes de ser diputada regional, había estado vinculada a este partido como responsable del Área de Economía, Sostenibilidad y Bienestar en la Fundación IDEAS (2011-2013).
Previamente había sido responsable de Proyectos del Área de Economía Aplicada y Territorial en Analistas Financieros Internacionales, la firma de análisis que preside Emilio Ontiveros, y directora de Proyectos de la consultora Asistencia Técnica Quasar, firma de consultoría vinculada al actual consejero de Agricultura del Gobierno de Aragón, Joaquín Olona.
Durante los algo menos de 20 meses en los que ha estado al frente del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, Maroto ha tenido en su haber la sucesión de récords en la llegada de turistas extranjeros a España pese a importantes contratiempos, como los efectos de la quiebra del touroperador británico Thomas Cook y la onda expansiva del Brexit.
También ha tenido que bregar con los anuncios de cierre de factorías de multinacionales como Vestas, Cemex o Alcoa, la ofensiva arancelaria de Estados Unidos y la incertidumbre que se cierne sobre el futuro de la automoción, un sector clave para la economía española, como consecuencia de la transición al vehículo eléctrico y de las dudas sobre el futuro del diésel.
Maroto, que no ha logrado incorporar a España al pionero y multimillonario macroproyecto de baterías promovido el año pasado por la Comisión Europea (su departamento ha culpado a la “dejadez” del Gobierno de Rajoy), tiene en cartera entre otros asuntos la aprobación de un Estatuto del Consumidor Electrointensivo para aliviar los costes energéticos de la industria, la redacción de una nueva ley de la Industria que sustituya a la actual, que data de 1992, y la elaboración del citado Plan de Desarrollo Industrial.
Ese plan, uno de los compromisos enunciados por Pedro Sánchez durante el debate de investidura, buscará reducir la dependencia de la economía nacional de los servicios y alinear la estructura productiva del país con las directrices de la Comisión Europea, que recomienda que la industria suponga un 20% del PIB este año, un objetivo que España va a incumplir.
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