Los salarios crecen en España por debajo de la media de la eurozona desde 2019

Daniel Yebra

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Los salarios han crecido en España por debajo de la media de la eurozona desde 2019. Según los datos recopilados por el Banco Central Europeo (BCE), los sueldos por empleado en nuestro país se han incrementado cerca de un 6,5% desde el nivel previo al shock de la COVID, mientras que el aumento es de casi un 8% para el conjunto de los países que comparten el euro.

El BCE justifica el menor incremento de las remuneraciones de los trabajadores en España en la tasa de paro más elevada respecto a la mayoría de socios europeos. “En los países con mayor desempleo, el crecimiento de los salarios ha sido el más moderado durante todo el período posterior a la pandemia”, explican Katalin Bodnár y Julien Le Roux, economistas de la institución en un informe publicado este lunes.

Un menor paro permite mayor poder de negociación a los trabajadores, que parten de situaciones de más estabilidad económica y certidumbre. Y, así, en Alemania o Francia, que sufren tasas de desempleo menos elevadas que nuestro país, el crecimiento de los salarios roza el promedio de la eurozona.

Una cifra que superan otros países que afrontan contextos comparables, y en los que la escalada de precios está presionando más las remuneraciones en los últimos meses, como Bélgica, Austria o Portugal. Por otra parte, esta media del 8% la baten ampliamente estados bálticos como Letonia, Lituania o Estonia. En estos casos por el efecto de una crisis de inflación más extrema.

Este mismo martes, se conoció otro dato que refleja la misma realidad. Los salarios negociados en los convenios en España cerraron 2022 con una mejora del 2,8%, lo que implica una fuerte pérdida de poder adquisitivo en promedio por el daño de la inflación, que se exacerbó desde febrero del año pasado por la invasión rusa de Ucrania.

Eso sí, se trata de un mordisco a las rentas generalizado en toda la eurozona. “Los salarios reales en conjunto han caído un 8% desde el final de la crisis de la pandemia en 2020”, lamenta el economista Michael Roberts.

Un cálculo que coincide con otros realizados por el propio BCE o por la OCDE. Y que, más allá de las comparaciones entre países, es más acusado para las familias más pobres, que no disponen de ahorro y para las que el ascenso de la factura de la luz o de los alimentos supone un golpe mayor porque representan un porcentaje mayor de su gasto total.

Menos inflación en España

La caída de las rentas reales solo la está aliviando la moderación de la inflación en los últimos meses gracias a las medidas de choque (tope al gas, descuentos en el transporte...) y las compensaciones diseñadas por el Gobierno (como el aumento del IMV, los cheques, la limitación en la renovación de los alquileres...).

Pero, al mismo tiempo, el golpe al poder adquisitivo lo agrava la decisión del BCE de subir los tipos de interés oficiales. La institución busca encarecer los préstamos y los hipotecas, ahogar la demanda y la inversión de hogares y empresas y luchar de esta manera contra las subidas de precios. Una estrategia que asume el riesgo de una recesión económica y de romper el dique de contención que está siendo hasta ahora el mercado de trabajo. Incluso en España, gracias a la reforma laboral, pese al problema de paro estructural.

“La subida de tipos del BCE no se detendrá frente a esta reducción de poder adquisitivo de muchas familias. Y así está escrito, pues las autoridades monetarias no son las encargadas de velar por una justa distribución de los costes que enfrentamos, esto es y seguirá siendo materia de cada Gobierno de la eurozona”, observan Cecilia Posadas y Alejandro Neut, de BBVA Research, en un artículo reciente.

Este mismo martes, Isabel Schnabel, la cuota de Alemania en el Comité Ejecutivo del BCE, reiteró el mensaje de que los tipos aún tendrán que “aumentar significativamente a un ritmo constante”. Para el economista Ignacio Ezquiaga, la caída de los salarios reales “es la inercia de décadas de pérdida de poder de negociación de los trabajadores y reflejo de la credibilidad del BCE”.

Según un artículo de este experto difundido hace apenas unos días, “mientras, muchas empresas globales parecen mostrar un alto poder de mercado y trasladan costes a precios, incluso aumentando márgenes [la capacidad de obtener beneficios de las ventas]”.

“En este contexto, al caer los salarios reales, la propia inflación ha provocado una desaceleración del consumo, sobre todo el energético. Los salarios reales son la gran diferencia respecto a los shocks energéticos de los años 1970. Ponen las cosas más fáciles al BCE, pero aumentan su responsabilidad social”, continúa Ignacio Ezquiaga.

Los salarios en la pandemia

En el informe, que firman Katalin Bodnár y Julien Le Roux, se analiza también la evolución de los sueldos según las distintas respuestas de los estados a los confinamientos forzados por la emergencia sanitaria por la COVID. Desde la financiación pública de los ERTE aplicada en España y en otro países, hasta las reducciones de las jornadas que fueron más comunes en países como Alemania o Francia.

La protección de los gobiernos consiguió que el hundimiento de las horas trabajadas, consecuencia de las restricciones de la pandemia, no se tradujera en una caída similar de los salarios. Las remuneraciones se redujeron mucho menos.

Por ejemplo, en nuestro país, según el BCE, las horas trabajadas por empleado retrocedieron casi un 20% tras la primavera de 2020 respecto al cierre de 2019. Pero los salarios solo cayeron un 4,7% y, como consecuencias de la financiación de los ERTE, el salario por hora aumentó un 13,8% (se trabajaban muchas menos horas, pero se mantuvieron las rentas. Ahora, la inflación ha distorsionado el efecto de estas medidas.

“A medida que la pandemia ha retrocedido, el aumento de la inflación ha entrado en juego en todos los países como un factor que afecta el crecimiento de los salarios, con una fuerte heterogeneidad en las magnitudes de la inflación y el traspaso a los sueldos”, concluyen los expertos del BCE.

“La economía española tiene un mayor porcentaje de trabajadores dedicados al turismo y la hostelería. Los ERTE ‘borraron’ la aportación de sus salarios (que están por debajo de la media) del salario medio por hora que, como resultado, subió por una cuestión matemática (los trabajadores que pudieron seguir trabajando durante la pandemia tiene un salario por hora más alto)”, reflexiona Carlos Martín Urriza, director del gabinete económico de CCOO.

“En España este fenómeno ha sido más intenso que en Alemania o Francia porque allí el sector servicios de turismo no tiene tanto peso, aun siendo muy importante en en el país vecino”, añade.

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