La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), el conocido como “banco malo”, aumentó sus pérdidas en 2018 un 55%, hasta 878 millones de euros, encadenando su sexto año consecutivo de pérdidas.
Aunque el negocio puramente inmobiliario registró unas ventas récord de 21.152 inmuebles (casi 58 al día), por importe de 1.400 millones (un 19% más), la cifra de negocios se redujo un 5%, hasta 3.650 millones, lastrada por la gestión de sus activos financieros, que básicamente consisten en la cartera de préstamos a promotores que asumió la entidad de la banca rescatada y que suponen el 80% de los activos que asumió en el momento de crearse.
La entidad semipública (un 45% pertenece al FROB) que preside Jaime Echegoyen tuvo que asumir por mandato del Gobierno en 2012 estos créditos a promotores del ladrillo quebrados, que habían sido concedidos en plena burbuja inmobiliaria por bancos que tuvieron que ser rescatados con dinero público. “Hubo un sobreprecio pagado en el momento de la adquisición de activos”, ha explicado Echegoyen este jueves en la presentación de resultados de la compañía el año pasado. “Sareb compró al precio que se le dijo y nada puede hacer para cambiarlo”. Ha recordado que quienes determinaron estos valores fueron las auditoras Oliver Wyman y Roland Berger y el Banco de España. En todo caso, ha matizado que los precios entonces eran “justos”. “Creo que los españoles hicimos buen negocio, porque de otro modo el sistema financiero habría entrado en crisis”, ha defendido.
En concreto, la entidad pagó 50.781 millones por una cartera de préstamos al promotor e inmuebles adquirida a nueve bancos. Desde entonces, ha conseguido reducir esa cartera en 16.541 millones, el 32,6%. En el caso de los préstamos a promotores, dicha cartera se ha reducido un 44% desde entonces. Su gestión aportó en 2018 unos ingresos de 2.208 millones, un 16% menos.
El precio de los inmuebles se ha recuperado de media hasta lo que se pagaba en 2012 (aunque en 21 provincias sigue bajando). Pero en lo que se refiere a los paquetes de préstamos y su compraventa el panorama es de “elevada competencia”, con descuentos de hasta el 70%. Unos niveles de descuento que Sareb “ni quiere ni debe asumir”, ha advertido su presidente.
“Si vendemos mal, ingresamos poco y nos cargamos la compañía”, ha dicho Echegoyen, que ha reconocido que estaba haciendo un retrato “triste” de una entidad que se puede “defender regular” y aún así está “cumpliendo su mandato”. “2018 fue un ejercicio de gran exigencia por la fuerte concurrencia que se ha registrado en el mercado mayorista no solo en términos de volumen sino de precio”, según el ejecutivo.
De cara al futuro, Echegoyen cree que deben seguir transformando los préstamos y en general los activos financieros en inmuebles e ir reduciendo, al menos hasta que cambie la tendencia del mercado, la actividad relacionada con la cartera de préstamos.
En 2019, la entidad prevé avanzar en dos proyectos: la venta de su socimi, Tempore Properties, que según avanza este jueves Cinco Días tiene al fondo TPG como favorito y que, según Echegoyen, podría estar cerrada en mayo tras un proceso de due diligence que debería estar concluido en abril, y la creación de una alianza para la promoción inmobiliaria, a la que destinará 800 millones de euros.
“Trabajamos para ganar dinero, será difícil que lo ganemos”, ha recalcado Echegoyen. Sobre la venta de su socimi, ha añadido que “no tenemos vocación de ser patrimonialistas” y que puede que en el futuro creen otros vehículos de inversión que les ayuden a deshacerse de los activos que tuvieron que asumir.