Un centenar de trabajadores de Renfe se manifestó este lunes en la Puerta del Sol de Madrid para denunciar su situación “sin rumbo determinado”. Pese a que la operadora recupera poco a poco su normalidad y oferta billetes de larga distancia y AVE, los trabajadores de logística y servicio a bordo —los que cargan la comida al tren, atienden la cafetería y a los viajeros durante el trayecto— siguen metidos en un ERTE hasta el 31 de enero.
“Vemos que aumentan las frecuencias”, explica una manifestante a eldiario.es. “Mientras todo se reactiva, a nosotros nos tienen apartados por razones que desconocemos”.
La secuencia ha sido la siguiente. Renfe subcontrata el servicio a bordo a Ferrovial. Es un contrato cuantioso, de alrededor de 400 millones de euros por cinco años. El contrato terminaba el pasado 30 de marzo. Pese a que el pliego estaba preparado y varias empresas pujaban por él —Ferrovial, LSG y Newrest— la pandemia hizo que Renfe no cerrara la adjudicación ni prorrogara el contrato anterior. Ferrovial anunció que haría un ERE, se encontró con las críticas de los sindicatos y, finalmente, llegó a un acuerdo con Renfe para prorrogarlo hasta el 31 de enero de 2021. Los trabajadores llevan en un ERTE desde que se inició el estado de alarma.
La teoría era que volverían a sus puestos a medida que se recuperaba el servicio. El propio ministro de Transportes, José Luis Ábalos, aseguró hace dos semanas en el Senado que así sería. Pero la realidad, denuncian los sindicatos, es que hay solo 70 trabajadores en activo de los 2.000 que son.
“En los trenes no está yendo nadie, solo el maquinista y un interventor”, indican. Parte de su trabajo lo hace ahora ese interventor o el personal de 'check-in'.
“Además de la restauración a bordo, hacemos acompañamiento de menores, estamos repartidos por el tren por si hay que desalojarlo y tenemos formación en primeros auxilios para incidentes”, comenta Luis Miguel Zavala, delegado sindical de USO. “Ese trabajo no lo está haciendo nadie”.
Los sindicatos no solo protestan por su situación actual. También demandan un plan para su futuro. “El ERTE hasta el 31 de enero no nos garantiza la vuelta”, añade Zavala. “Es como alargar una muerte anunciada”.
Ferrovial les ha comunicado que Renfe va a sacar una nueva licitación durante el mes de julio, pero sospechan que será “a la baja”, lo que significaría destruir puestos de trabajo o rebajar sus condiciones. La de este martes ha sido su cuarta manifestación en Madrid, después de concentrarse frente al Congreso, la sede de Renfe y en Atocha. “En esa lucha seguimos, para que el Gobierno nos garantice sus palabras de que no van a dejar a nadie atrás”, zanja Zavala.