UBS acuerda la compra de Credit Suisse para evitar el colapso
El banco UBS ha llegado a un acuerdo este domingo para comprar Credit Suisse, una entidad envuelta en graves problemas financieros y hundida en bolsa. La operación se ha negociado contra reloj durante el fin de semana con las dos empresas, el Gobierno suizo, el Banco Nacional y las entidades reguladoras y de competencia de cara a evitar un nuevo desplome en la primera sesión bursátil del lunes. Finalmente la cifra de la fusión es de 3.000 millones de francos suizos (unos 3.037 millones de euros), según datos de la propia empresa adquirida.
UBS, el mayor banco del país por volumen de mercado, absorberá a su competidor —la segunda entidad más importante— con el aval del Gobierno suizo: “Es una solución apoyada por el Gobierno, que garantiza las condiciones marco para su éxito”, ha dicho el presidente de Suiza, Alain Berset, en una rueda de prensa convocada este domingo por la tarde. El Banco Central Europeo (BCE) ha elogiado este domingo por la noche la rápida intervención de las autoridades suizas: “Ha sido decisiva para restablecer el orden en las condiciones de los mercados y garantizar la estabilidad financiera”, ha expresado en un comunicado la presidenta del BCE, Christine Lagarde.
La cifra anunciada es superior a la oferta de 1.000 millones de dólares que UBS habría hecho horas antes y que Credit Suisse habría rechazado por juzgarla perjudicial, ya que valoraba en 0,25 céntimos de franco suizo sus acciones, frente a los 1,86 francos a los que cerró el pasado viernes. Con este acuerdo, las acciones han sido valoradas en 0,76 francos suizos, un 40 % de su precio de cierre.
Además, el Gobierno garantiza 100.000 millones de francos suizos para la liquidez del banco y la Confederación Suiza otorgará una garantía equivalente a más de 9.000 millones de euros para reducir los riesgos en los que incurre el banco UBS al absorber el Credit Suisse. Según ha explicado la ministra de Finanzas, Karin Keller-Sutter, esta garantía funciona “como si fuese un seguro” y cubrirá eventuales pérdidas “de un portafolio muy específico” únicamente si estas pérdidas superan un umbral que la ministra no ha precisado.
Keller-Sutter ha argumentado que la quiebra de Credit Suisse “hubiese tenido consecuencias irreparables” no sólo para Suiza, sino para la banca en el resto del mundo y que por esta razón asumen “responsabilidades que van más allá” de sus fronteras.
Un banco envuelto en graves problemas
Envuelto en graves problemas financieros y de imagen, Credit Suisse sufrió una caída del 24% en la bolsa de Zúrich el pasado miércoles, después de que su principal accionista desde 2022, el Banco Nacional Saudí, asegurara que no iba a invertir más en la entidad suiza para sanear sus maltrechas cuentas.
Para calmar al mercado, el Banco Nacional Suizo anunció horas después de ese desplome bursátil un préstamo de 50.000 millones de francos (50.500 millones de euros, 54.000 dólares) a Credit Suisse, lo que permitió que la entidad se recuperara un 19% en la Bolsa de Zúrich el jueves, pero el viernes las dudas de los accionistas regresaron y las participaciones cayeron nuevamente un 8%.
Credit Suisse, un banco fundado en 1856 que llegó a estar entre los diez más importantes de Europa, encadena dos años de pérdidas millonarias: en 2021 fueron de 1.572 millones de francos suizos (1.600 millones de euros, 1.690 millones de dólares), y en 2022 casi se quintuplicaron, hasta los 7.293 millones de francos (7.400 millones de euros, 7.800 millones de dólares). A los problemas financieros se suman muchos otros en torno a la reputación del banco, con varias dimisiones de sus directivos inmersos en distintos escándalos, que han causado una amplia remodelación de la directiva en los últimos años.
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