La UE cambia las estadísticas sobre jubilación y deja peor a España

La ministra de Empleo, Fátima Bánez, anunció este mismo martes que la nueva edad efectiva de jubilación de los españoles se quedó en 2013 en los 64 años y tres meses. La cifra es indiscutiblemente noticiosa. La edad de jubilación efectiva, esto es, a la que realmente se jubila un trabajador, se acerca así a la edad legal (en principio los 65 años aunque la reforma laboral condicionó esta fecha a un mínimo de años trabajados) y se queda como una de las más altas de la Unión Europea.

La titular de Empleo lo anunció además como un éxito de la reforma de las pensiones, que consensuaron todos los partidos políticos en 2011, pero también de los recortes que hizo el Partido Popular el año pasado, con la supresión de las jubilaciones anticipadas (en el gráfico los datos solo alcanzan hasta abril y los ofrecidos por la ministra son de año completo).

Sin embargo, ya no es posible comparar este dato con el del resto de los países de la Unión Europea. Desde Eurostat, la oficina estadística comunitaria, han decidido dejar de publicar esta comparación internacional de edad efectiva de jubilación por “problemas metodológicos”.

Según una nota publicada ya el verano pasado, sin apenas difusión –las fuentes consultadas expertas en la materia no conocían este cambio–, era complicado dar la cifra por países, ya que “matemáticamente” el modelo no funcionaba al no tener información lo bastante buena de los trabajadores que seguían activos más allá de la edad legal de jubilación.

Sea como fuere, Eurostat decidió cambiar el indicador por otro que modifica radicalmente la comparación internacional. Desde 2012 ofrece una comparación de los años de vida laboral a la hora de jubilarse de cada trabajador. Esta nueva aproximación coincide con las reformas auspiciadas desde Bruselas, donde se ha pedido reformar la jubilación prolongando los años de vida laboral ( y no tanto con una edad). Un experto nos traslada su sorpresa ya que la edad de jubilación sigue siendo, en su opinión, “el indicador más procedente habida cuenta de que las legislaciones europeas siguen estando referenciadas a una edad concreta de acceso, con independencia que esta pueda modificarse”.

Con la nueva estimación, España aparece como uno de los países con la vida laboral más corta de sus trabajadores. De media, los españoles que accedieron a la jubilación habían trabajado 34,7 años en 2012, frente a las largas vidas laborales de otros países europeos. En Islandia (que no está en la UE), trabajan 44,4 años de media, seguidos por los suizos (tampoco en la UE), que están en el tajo 41,8 años y los suecos (están en la UE pero no en el euro) que superan los 40,6 años.

Del euro, los alemanes tienen una vida laboral de 37,5 años, y Austria 36,9 años, los mismos que Portugal. Estos países hicieron antes que España sus reformas del sistema de pensiones.

Las distancias con España son evidentes. Si se toma en cuenta la vida laboral, el furgón de cola (con la excepción de Portugal) son los países de siempre. Italia, Grecia, Bélgica y los países del Este (en el gráfico se ha tomado los años de vida laboral de 2002 y los de 2012).

Sin embargo, desde el prisma de la edad real de jubilación, las diferencias no son tan marcadas. Los últimos datos disponibles con comparación internacional los registra la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). En su informe Pensions at a Glance (las pensiones de un vistazo), la OCDE compara las edades efectivas de jubilación por lustros. En el periodo 2007 a 2012, los españoles (hombres) se retiraron de media a los 62,3, más tarde que Alemania, Finlandia o Austria. De hecho, una edad efectiva como la anunciada por la ministra (en el supuesto de que afectara solo a los hombres), se aproximaría a la de Dinamarca, uno de los países europeos que más años trabajan o a Reino Unido.

Si tenemos en cuenta la edad de jubilación de las mujeres (la OCDE ofrece los datos desagregados por sexos), España es una de las 34 economías ricas del planeta que más tarde accede a la jubilación. Así, entre 2007 y 2012, las españolas se retiraron de media con 63,2 años, más tarde que sus vecinas holandesas, alemanas, danesas y en general de cualquier economía occidental.

Estas discrepancias muestran lo que ya denunciaron en su día los sindicatos (que accedieron a firmar la reforma de las pensiones). La vida laboral de los españoles es más corta, pero no por un problema de jubilación temprana. Lo cierto es que a los trabajadores españoles les pasan factura dos hechos diferenciados. Por un lado, a los que se están jubilando en la actualidad, haber pasado muchos años de cotización en negro o sumergida al inicio de su vida laboral.

La segunda, que se percibirá en las siguientes generaciones que se jubilen, es el tardío acceso al trabajo o las lagunas de cotización, propias de los años de la crisis (como la de 1994 o la actual) o por el tiempo pasado cuidando de los hijos en casa o de los mayores.

En el caso de las mujeres españolas, esta circunstancia es evidente. Así, pese a ser de las que más tarde se jubilan en Europa (63,2 años), su vida laboral, la cifra que ahora recoge Eurostat, era de 31,9 años en 2012. Y eso que la mejora ha sido fulgurante en una década. Así, las españolas solo habían cotizado 24,2 años cuando se jubilaban en el año 2000.

Desafortunadamente, años cotizados no son sinónimo de vida laboral, o de años de currar, en los países del sur de Europa. Pero la foto que vigilarán en Europa muestra ahora solo esta segunda comparativa. La de los años que se han cotizado por la vía formal. Pero a los 65 años muchos trabajadores están muy cansados de trabajar unos años que no aparecen en las nuevas estadísticas de Eurostat (en el gráfico, los últimos datos disponibles de Eurostat de edad de jubilación, entre 2009 y 2010).