La unión de Orange y MásMóvil dejará el 94% del mercado de la telefonía en manos de tres empresas

Diego Larrouy

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La carrera de fondo estaba lanzada desde hacía meses. Orange y Vodafone, segundo y tercer operador del mercado español, habían avanzado sus intenciones de buscar fusiones y todos los ojos se dirigían hacia MásMóvil, como el posible socio de cualquiera de ellas. Finalmente ha sido la francesa la que ha tomado la delantera y, prácticamente, ha cruzado la meta. Orange y MásMóvil han anunciado este martes sus negociaciones “en exclusiva” y tienen muy avanzado el acuerdo, que prevén cerrar antes del verano. Esta fusión concreta un ansiado objetivo entre los directivos de las grandes compañías de telecomunicaciones: un sector de solo tres competidores.

Para comprender la operación, que prevé crear un grupo valorado en casi 20.000 millones, hay que rebobinar hasta los continuos llamamientos a la concentración que han hecho las compañías de telecomunicaciones no solo en España sino a nivel europeo. Todas ellas han cargado contra las autoridades de competencia y los reguladores por incentivar, según señalaban, un sector basado en la competencia por precio que erosionaba sus márgenes y complicaba las necesarias inversiones en infraestructuras. En los encuentros del sector eran habituales las referencias a China o Estados Unidos donde, según planteaban, los mercados se reparten en un número reducido de operadores, frente a Europa, donde existen cientos.

De este modo, el sector ya había evidenciado su intención de concentrarse. No solo en España hay movimientos de este tipo, también en Italia. El inminente acuerdo entre Orange y MásMóvil dibuja en el mercado español un nuevo mapa en el que se pasa de cuatro operadores a tres. Este trío de operadoras (Movistar, Orange-MásMóvil y Vodafone) controlará la mayor parte de los negocios de telefonía, sumando cuotas de mercado de entre el 94% y el 97%, dependiendo de la actividad. De este modo, aunque hay otros operadores que ganan miles de clientes cada mes como Digi o Avatel, lo cierto es que su cuota de mercado sigue siendo testimonial.

Acudiendo a las estadísticas de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), la suma de Orange y Más Móvil creará la principal operadora en telefonía móvil, banda ancha móvil o fibra. No será considerada la mayor compañía del sector puesto que en ingresos, que prevé sumar 7.500 millones de euros, no alcanza todavía a Movistar. Según la CNMC, la suma de las dos compañías englobará a 24,2 millones de clientes de móvil, frente a los 15,9 millones de Movistar o los 12,5 millones de Vodafone. De ellos, 19,8 millones de clientes tienen además internet en el teléfono, frente a los 13,8 millones de Movistar y los 11,9 millones de Vodafone. El último de los negocios que liderará la nueva empresa será el de banda ancha fija en el hogar —fundamentalmente fibra, aunque incluye otras conexiones—. Orange y MásMóvil suman 6,8 millones de hogares, frente a los 5,8 millones de Movistar. Vodafone queda con 3 millones.

Las tres operadoras controlarán la práctica totalidad de estos tres negocios. En lo que se refiere a los clientes de móvil, sumarán una cuota del 94,3%. Ligeramente inferior es la cuota entre los clientes que tienen internet en el móvil, con un 94% del total sumado por las tres compañías. Finalmente, la mayor cuota de mercado acumulada se producirá en el mercado del internet en el hogar. Los más de 15,6 millones de hogares cuyo servicio de internet depende de estos tres competidores suponen el 97% del total del mercado. Según la CNMC, apenas 477.000 hogares tienen otro proveedor. El otro gran negocio de los últimos años para las compañías de telecomunicaciones es la televisión de pago. En este caso, la cuota será algo inferior, pero igualmente se sitúa en el 80%.

Por todo ello, esta operación abre un importante asunto para las normas de la competencia, tanto en España como en Europa. Las cifras de este acuerdo convierten la fusión en una de las más importantes en los últimos años en el sector de las telecomunicaciones en España. Orange y MásMóvil se repartirán al 50% la nueva compañía, que parte con una valoración de 19.600 millones de euros, por lo que por el tamaño hará previsiblemente a la Comisión Europea que tenga que analizar este acuerdo. Los directivos del sector vienen desde hace meses confiando en que las condiciones que exijan las autoridades de Competencia (conocidas como remedies) sean más leves que en el pasado. Estas exigencias comunitarias llevaron a descarrillar en 2016 la fusión de O2 (Telefónica) y Hutchinson. Por ello, el resultado de esta operación podría marcar a otras que lleguen en el futuro.

A la espera de Competencia

Consultada por esta operación, la CNMC señala que hasta que no le sea formalmente comunicada no podrá valorar las implicaciones que tiene este acuerdo para la competencia o las dudas que puede generar el alto grado de concentración del sector. Las negociaciones, aunque están ya muy avanzadas, todavía no han culminado en el acuerdo final. Ambas compañías confían en que el acuerdo esté cerrado antes del verano, durante el segundo trimestre del año, para lo que deberán contar con el aval de las autoridades de competencia. Una vez que sea acordada la operación, se deberá comunicar formalmente a la CNMC, que comenzará entonces un proceso que puede durar hasta dos meses y medio.

El proceso ante la CNMC y las autoridades comunitarias marcarán al sector por dos motivos. El primero, por el propio éxito de la operación y las implicaciones que el mismo tenga sobre otros acuerdos en Europa. El segundo, para la composición del mercado español. En caso de que la CNMC considerara que existan problemas para la competencia el nuevo esquema de mercado podría obligar a realizar desinversiones en algunos negocios. No en vano, Orange-MásMóvil tendría una cuota de mercado del 43% en telefonía móvil y de un 42% en internet en el hogar. En televisión de pago, donde Telefónica es el mayor operador, la cuota sería algo inferior, del 24%.

Casualmente, Orange y MásMóvil están unidas por una de esas desinversiones obligadas tras una fusión. En 2016, la compañía francesa anunció la fusión con Jazztel. Competencia obligó a Orange a desinvertir un paquete de clientes de fibra con 750.000 hogares. El comprador de aquella bolsa de clientes fue MásMóvil en lo que fue una de sus primeras grandes operaciones con las que fue escalando hasta convertirse en el cuarto operador del país. Tras ello llegaron Pepephone, Yoigo, LlamaYa, Lebara, Hits Mobile, Lycamobile, y la última de ellas, Euskaltel. Con esta operación, realizada el año pasado, adquiría la quinta compañía del sector (a su vez propietaria también de R y Telecable) y lograba acercarse más a las tres grandes operadoras. Ahora, junto con Orange, escalará hasta la segunda.

Orange llega a esta operación tras haber sufrido, al igual que Vodafone y Movistar, los reveses de la guerra de precios que ha sacudido al sector desde 2018. La presión de precios bajos que han hecho los nuevos operadores —también MásMóvil— había provocado la pérdida continuada de ingresos a los grandes grupos del sector. Esta fue la justificación que tanto Orange como Vodafone habían planteado cuando anunciaron sendos ERE que afectaron a cerca de un millar de trabajadores. Los malos resultados de la francesa en España había obligado a la 'teleco' a recortar a menos de la mitad el valor contable que le daba a su filial española: de 6.800 a 3.000 millones de euros.

Con esta operación hay una damnificada. Vodafone España queda relegada en el sector de la telefonía por detrás de Telefónica y Orange, a una distancia importante. La filial de la compañía británica había sido señalada como la principal candidata a fusionarse con MásMóvil y, de hecho, había informado en repetidas ocasiones su intención de participar “activamente” en la consolidación del sector de las telecomunicaciones. Por ejemplo, frente al 42% del mercado de internet en el hogar que tendrá Orange-MásMóvil y el 35% de Movistar, Vodafone quedará con el 18%, lejos de sus competidores. Consultada por este medio sobre la nueva situación que se abre para la compañía, Vodafone ha evitado hacer valoraciones. Las acciones de la compañía han caído un 3,45% tras anunciarse la negociación de Orange y MásMóvil.