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Cómo crear en comunidad tu casa

Uno de los talleres realizados por Lógica'eco para acompañar a los grupos en la creación de sus casas. / Lógica'eco

María Muñoz

Hace 10 años un grupo de familias comenzó a hablar de por qué no juntarse y decidir cómo, dónde y por cuánto sería el edificio de casas en el que querían vivir juntas en comunidad en el centro de Madrid. Llegó la especulación del suelo y desistieron ante los elevados precios. Hace tres años, la crisis, y la bajada en el coste del suelo, les impulsó a retomar su proyecto. Nació Entrepatios, una cooperativa de viviendas de cesión de uso, que en el último año y medio ha empezado a tomar carrerilla de la mano de Lógica'eco, una empresa que promueve e impulsa precisamente lo que ya es y aún será más Entrepatios: una comunidad de vecinos que decide desde el principio de manera participativa dónde vivir, cómo vivir de manera más sostenible, la forma de su casa, de los espacios comunes que compartirán, qué energía consumirán, cómo y cuánto pagarán por ello o qué proyectos podrán aportar al entorno.

“Entrepatios es la razón que nos hizo arrancar el proyecto”, explica Leo Bensadón, una de las tres patas que puso en marcha Lógica'eco, junto a Francisco Romero y Mariano Barratech. Los tres suman años de experiencia en gestión en grandes empresas, en proyectos de ciudades sostenibles y cooperativas. “Nos apetecía empezar un proyecto que ayudara a la gente a vivir de otra manera, de una forma más sostenible, pero que no fuera solo desde un punto de vista medioambiental, sino también organizativo, que pudiéramos ayudarles a crear comunidad, que fuera de una manera muy participativa y sobre todo que pudieran ponerse en marcha y se materializasen”, señala.

En el norte de Europa, explica Bensadón, este tipo de iniciativas, en las que un grupo de personas decide en comunidad dónde y cómo es la casa en la que quiere vivir, es más habitual. “En Dinamarca, más del 10% de las viviendas se construyen bajo esta modalidad [conocida también como cohousing] porque existe una cesión de suelo público y por tanto la incidencia en el precio final es menor”, subraya uno de los responsables de Lógica'eco, quien explica que en España el suelo supone más del 50% del coste de todo el proyecto. De ahí que las iniciativas, pocas, que se han puesto en marcha siguiendo este modelo de construcción comunitaria hayan sido en municipios pequeños, donde el precio del suelo se reduce considerablemente. Y pone como ejemplo la cooperativa de mayores Trabensol, en la que sus socios llevan ya dos años habitando las casas y los espacios que ellos mismo diseñaron en una localidad cercana a Madrid, que precisamente por la dificultad de encontrar un suelo asequible fue un proyecto que tardó más de 10 años en llevarse a cabo.

Estatutos aprobados

Lógica'eco y Entrepatios se encontraron hace un año y medio y empezaron a trabajar juntos. Ya han logrado la financiación a través de la banca ética y sobre todo acaban de terminar los estatutos -y la Comunidad de Madrid los ha aprobado- que los define como cooperativa de vivienda con derecho de uso. “Se diferencia del resto de cooperativas de viviendas en que el propietario no es cada vecino sino la propia cooperativa”, señala Bensadón. Esta figura permite hacer una aportación en torno al 20% de la vivienda y a partir de ahí cada familia paga una cantidad mensual que le da derecho al uso de la vivienda y de los espacios comunes. En caso de que alguien al cabo de los años, por las razones que sea, decide dejar la cooperativa, recupera su inversión inicial en cuanto otra socia ocupe su lugar. “Es una forma de luchar contra la especulación porque la cooperativa será siempre la propietaria de la vivienda”, afirma. Y añade: “Una gran diferencia con la propiedad privada también es que la hipoteca no es contra una sola familia, sino que el préstamo es a la cooperativa”.

En el caso de Entrepatios, sus socios han establecido en los estatutos que la aportación inicial de cada familia no será más de 50.000 euros y el coste mensual no más de 800 euros, que en función de dónde finalmente se construya el edificio puede incluso bajar. Además, los socios han decidido crear una especie de fondo de solidaridad en caso de tener que apoyar a familias que por las razones que sean no puedan hacer frente a las cuotas mensuales. También, han establecido los cauces necesarios y límites legales para que la entidad pueda seguir funcionando ante impagos reiterados.

En los próximos días deberán elegir el solar donde empezar a construir su futura casa a partir de las propuestas presentadas por Lógica'eco. “Nosotros les ofrecemos las posibilidades y son ellos los que tienen que elegir y hay una última propuesta, que se sale de la M-30, pero como decía el otro día uno de los socios en una reunión 'el solar no es exactamente la zona que me gusta pero en este proyecto es más el cómo que el dónde”, explica Bensadón. Iñaki Alonso, uno de los cooperativistas de Entrepatios, subraya la importancia de una gestión externa para este tipo de proyectos. “Lo hemos creado pensando en lo común, en trabajarlo en grupo pero que te ayude alguien de fuera en gestionar el suelo, los estatutos e incluso a resolver conflictos es importante”, explica Alonso.

Creación de nuevos grupos

Bensidón señala que en Entrepatios muchos de los socios proceden de los movimientos sociales y estaban muy acostumbrados a debatir, a decidir en asamblea y bajo consenso. Pero Lógica'eco también ha empezado a trabajar con personas que no se conocían entre sí. “En la página web pueden registrarse aquellos que estén interesados en este tipo de proyectos, ya sea en el mundo rural o urbano, y aportando una mínima información empezamos a juntar a la gente”, señala. En las próxima semanas comenzarán los talleres con un grupo de nueve familias que han coincidido en su deseo por comenzar un proyecto en la Sierra Norte de Madrid. “Estamos viendo que hay una necesidad de impulsar estos proyectos, que existe una demanda pero llevados a cabo exclusivamente desde la autogestión avanzan muy despacio”, afirma Bensadón.

Entrepatios deberá a partir de ahora empezar a decidir dónde colocar su huerto ecológico, su lugar para comidas comunes, o con amigos numerosos, cómo construir un edificio lo más ecológico posible, cómo deben ser los espacios de juegos para los niños o si debe haber espacios comunes de lavandería para dedicar el espacio interior de las casas a otros usos. Si finalmente dan el visto bueno en las próximas semana al último solar presentado, las primeras viviendas urbanas construidas en España de forma participativa y pensando en lo común podrían estar listas en 18 meses.

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