Setas por la integración social

Es pleno otoño. Llueve. Los bosques se ponen dorados. Los campos reciben a los buscadores de setas. Luego, en muchas cocinas, se multiplicarán las recetas con boletus, con champiñones, con amanitas... Pero si a alguno se le da mal la jornada micológica, no tiene porqué significar que no coma setas, ¿No? Puede hacerse con un buen puñado en Bolet Ben Fet (seta bien hecha, en catalán). Podrá contar con la tranquilidad de aprovechar la agriculura ecológica y comprometida de esta empresa barcelonesa.

Bolet Ben Fet nació hace 15 años. Pero fue en 2007 cuando Carles Díaz se alió con el TEB (Grupo Cooperativo para la Integración de Personas con Discapacidad) para producir sus shiitakes con gente con discapacidad intelectual. “Me hizo ilusión trabajar con chavales a quienes les pudiera gustar dedicarse a la agricultura”, dice Díaz. Emplear a estas personas suposo un proceso de adaptación. “No pueden trabajar con la maquinaria más común porque sería peligroso”, comenta. Así que inventaron un carro especial para cortas las setas sin riesgo. Además, el director técnico de este proyecto valora que su equipo, “se implica mucho y muy fácilmente en todo el proceso agrícola”.

Por lo tanto, una granja de setas, “de gran calidad, puntualiza el gerente y que saca adelante la producción con un colectivo de personas con alguna discapacidad. La idea, apoyada por Momentum (iniciativa de BBVA y ESADE) es crecer con el proyecto y formar una red de productores con los que ampliar las variedades. Pero: ”El objetivo principal es hacer la explotación rentable y mantener los puestos de trabajo“, explican.

Bolet Ben Fet es agricultura ecológica. Responsable con su entorno cercano y el medio ambiente general. En sus calderas utilizan biomasa para producir calor (30 toneladas) pero también dan salida a los residuos de su producción micológica como abono. Sus setas son 10 toneladas de producto ecológico. “La idea es que todo el círculo encaje”, resume Carles. Encaje en la sociedad como motor social para los discapacitados, como motor agroecológico para el consumidor y como motor verde para su entorno al no contribuir al deterioro ambiental en su producción.