La cuestión inmobiliaria y el problema de la vivienda es un tema recurrente en España. La burbuja que llevó los precios de las casas a cotas imposibles y sus consecuencias financieras son los gérmenes de la crisis económica española. Sin embargo, hace un par de fechas, un amigo brasileño me puso un espejo: “Aquí, claro que hay crisis, pero el metro circula, las cosas funcionan. En América Latina hay tanta gente que querría vivir en vuestra crisis…”.
Sin restarle importancia a los problemas de la gente en Europa, me pareció que tenía buenas dosis de razón.
En 2009, Adolfo Anguiano –mexicano– andaba de visita por el campo de su país y fue testigo, nos cuenta, de ese escalón entre los establecidos y los que viven en la privación. «Se me acercó una señora y le pregunté: “¿Dónde vive usted?”. Me contestó: “Debajo de aquel árbol”. Entonces vi unos cartones». Así que, tras el impacto, se le ocurrió diseñar un sistema de autoconstrucción de vivienda y montarlo como emprendimiento. Lo llamó Casa para ensamblar y en 2013 prevé cerrar con más de 700 viviendas de este tipo. “Una pareja puede levantar su casa en tres días y sin herramientas complicadas”, asegura Anguiano.
Esta empresita americana se dedica a construir paneles que, una vez unidos, crean una vivienda “buena, bonita y barata”, como repite Adolfo. Está compuesta de deshechos de madera reciclados en un 80% y un polímero para el restante 20%. “Es ignífuga, no precisa cemento, impermeable y de mantenimiento sencillo”, enumera el creador de este proyecto que trata de cumplir con el estándar de 34 metros cuadrados, dos habitaciones, aseo y comedor, “a casi la mitad de coste que una construcción tradicional”.
La autoconstrucción se está haciendo un hueco y un nombre a la hora de levantar casas. Si hace poco apareció por Inspira un proyecto andaluz con el objetivo de conseguir espacios funcionales y ecológicos como el Xiglú, también un emprendimiento azteca como el Échale tu casa se centra en la vivienda digna para grupos desfavorecidos. 'Casa para ensamblar' asegura que “ahorrar en mano de obra es clave para el acceso a la vivienda”.
Anguiano se queja de que la financiación es un problema porque “los grupos que necesitan estas construcciones no suelen vivir en zonas donde los bancos conceden préstamos normalmente”. “No soy financiador, así que es una traba para impulsar este emprendimiento”, que se ha adscrito al programa Momentum Project, impulsado por BBVA y Esade. “No podemos gastar el ahorro que supone este sistema en unas pocas casas porque tenemos que financiarlas… Hay que tratar de llegar al mayor número de familias posible, y para eso se requieren apoyos monetarios”, concluye el coordinador.